La delegación del PSOE volvió de Suiza, tras reunirse con Puigdemont, hecha un auténtico lío:Las cosas no salieron bien y los reproches dominaron la reunión.A pesar de los intentos del partido mayoritario en el Govern de convencer al líder de Junts de que le convenía apoyar la senda de déficit del Ejecutivo este jueves en el Congreso y los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025, más adelante. En realidad, deberían decir que le convenía a Cataluña, pero no os voy a engañar en este punto: En este mundo las cosas se resuelven primero por el poder, lo que no quiere decir que puedan coincidir. -e incluso se intenta hacerlas coincidir- con las aspiraciones ciudadanas, y en ocasiones -y aunque los socialistas negocian a contrarreloj con un partido de derechas, independentista y catalán-, incluso progresistas.
Decíamos aquí hace menos de un mes que los PGE del año que viene pintaban mal, además, después de haber extendido ya los de 2023 a 2024, pero que todavía había espacio hasta los de 2026 antes de visualizar una elección anticipada; porque Para alcanzar el récord de los Presupuestos de Cristóbal Montoro (PP), que estuvieron vigentes durante 889 días y noches, incluido el primer año de Pedro Sánchez en La Moncloa, fueron necesarias tres prórrogas.
Los PGE de 2025 pintan mal, sostenemos, pero ya en el análisis de finales de agosto dejábamos un diez por ciento de posibilidades de que, finalmente, Junts diera su apoyo a las cuentas, porque así vivimos hasta el último momento: Sin poder predecir nada que no sea susceptible de ser lo contrarioAhí lo tienen, hace siete días, la votación frustrada de la ley de alquileres de temporada, cuando el partido de Puigdemont, tras confirmar por activa y por pasiva su apoyo a Sumar, votó en contra junto al PP, Vox y UPN, después de hacer acudir al presidente del Gobierno al Parlament a votar en el último momento porque no quedaba ni un cuarto del «Sí».
El martes por la mañana el Gobierno anuló la votación del jueves, convencido de que había fracasado tras las lúgubres negociaciones en Suiza. Y este mismo martes nos anunciaban que se reabrieron las negociaciones PSOE-Junts, lo que No todo está perdido:No sé si Sánchez ha hablado con Puigdemont entre una decisión y otra o si se está guardando esta baza para el golpe final; nada está descartado ni confirmado ni desmentido, pero Una vez más, después de los indultos, la reforma del Código Penal, la amnistía, la «financiación singular» sea lo que sea, … los socialistas dormirán con el «Nunca digas nunca» tatuado en la almohada..
Los separatistas piden aumentar la capacidad de endeudamiento del déficit de Cataluña, tal y como defendió el PSC en 2014 en el Parlament tras una propuesta de ERC. Entonces se habló de 1.800 millones más para los catalanes; ahora no se dan cifras, pero Esta posibilidad se acepta sin cuantificación y, lógicamente, debería extenderse al menos a los territorios cuyos partidos nacionalistas/regionalistas tienen representación en el Congreso. y estaban en el acuerdo de investidura, es decir, además de Cataluña, el País Vasco, Galicia, la Comunidad Valenciana o Aragón -ambas en Sumar-, o Canarias. A estas alturas -y supongo que en todas-, el Gobierno da por hecho que el PP no les va a dar ni agua para hacer cuentas. Ingenuidad, la justa.
Los compromisos de déficit que adquiere Sánchez -y algunos más que habría que reactivar porque ya se adquirieron en acuerdos anteriores- pueden ayudar a aprobar el paso previo -aunque no imprescindible- para dar luz verde a los PGE 2025. La negociación de éstos, sin embargo, se antoja muy dura, con un PP dispuesto a arrasar con todo, muy consciente de que el éxito del Gobierno para el año siguiente -sumado a la Presidencia catalana de Salvador Illa– confirmaría el ejercicio de una legislatura plena. Lo saben también el Gobierno, el PSOE, Sumar, sus socios de investidura,… El verano ha terminado, pero el otoño y el invierno se avecinan aún más calurosos si cabe, por lo que el Ejecutivo empieza a agarrarse con fuerza al que será el argumento estrella que sustente tanto la relajación de los objetivos de déficit como una reforma al alza de la financiación autonómica: Una economía, la española, que ha mejorado razonablemente a pesar de la pandemia y de las dos guerras que nos rodeanUno en Europa y otro donde el sionismo pretende destruir el Medio Oriente -por el momento- que no es judío. Casi nada.