El primer día que Luzmar Andrade, venezolana de 52 años, tuvo que enfrentarse a su nuevo trabajo como empleada doméstica interna en Alicante, reconoce que se le saltaron las lágrimas. Esta cirujana había abandonado su Venezuela natal a toda prisa hacía apenas dos años «por razones obvias» y había decidido venir a España por el idioma y porque le parecía el destino europeo donde tendría «mayor oportunidad de ejercer» su profesión.
Han pasado cuatro años y medio desde su llegada a España, incluso tiene la nacionalidad española, pero Su título de médico aún no está homologado Y sigue trabajando como interna. “Ser interna es un trabajo digno, claro, pero dices: ‘Yo estudié para algo’”, dice Andrade, en conversación telefónica. “Sabemos muy bien que cuando llegamos aquí tenemos que aguantar un poco porque empiezas de cero y todo comienzo es duro, y si llegamos sin papeles la cosa se pone más difícil, pero ya van cuatro años y medio”.
El caso de Andrade es sólo uno de los casi 70.000 casos de profesionales sanitarios extracomunitarios -incluidos españoles licenciados fuera de la Unión Europea- cuyo proceso para la convalidación de su título universitario sigue atascado en alguna oficina del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Pese a la falta de profesionales médicos denunciada por varias comunidades autónomas, miles de titulados extranjeros siguen esperando, No hay novedades sobre el proceso de homologación y en una situación que está llevando a muchos al límite psicológico.
Muchos de ellos se han organizado en Homologación Justa Ya, una plataforma que ha organizado varias concentraciones y tiene previsto otro el 22 de octubre frente al Congreso de los Diputados en Madrid. «La mayoría de las personas en proceso de homologación son latinoamericanos que viven aquí en España y que están haciendo trabajos para los que están muy sobrecualificados y se encuentran en situaciones muy vulnerables», afirma Rami Ahmadi, pediatra iraní-estadounidense y presidente del movimiento Homologación Justa Ya. «Mientras tanto, en España hay escasez de personal sanitario. Es un problema que no se entiende bien».
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades sostiene que en los últimos años se ha producido una mejora sustancial en los plazos del proceso de homologación. Según los datos facilitados por el Ministerio a este medio, En 2023 se resolvieron favorablemente un total de 8.747 homologaciones de títulos de Medicina a ciudadanos extracomunitarios, una “cifra récord en la serie histórica”, frente a las 3.136 homologaciones de 2017 -el único otro dato facilitado por el propio Ministerio-.
Representantes de esta plataforma se reunieron el mes pasado con Francisco García Pascual, secretario general de Universidades, quien, según Ahmadi, les prometió un «nuevo sistema informático, porque el que están usando es muy antiguo». «Es lo mismo que nos dijeron el año pasado y el anterior», lamenta el portavoz de la plataforma, que recuerda que el proceso de homologación suele tardar entre tres y seis años. «No hay transparencia durante esta espera interminable, no hay forma de comunicarse con nadie. Es un silencio administrativo total que genera frustración en la gente y muchos de nosotros tenemos trastornos de salud mental».
Andrade inició su trámite de homologación una vez que se encontraba en situación regular en España, pero El proceso ha sido tan largo que ha conseguido antes la nacionalidad española.La primera notificación que recibió al respecto fue hace cuatro meses, un año y medio después de iniciar el trámite, y simplemente indicaba que se había registrado correctamente el pago de la tasa obligatoria. “Se te va la moral por los suelos, es desesperante”, asegura la cirujana, que ha dejado dos hijos en Venezuela. “Es una pesadilla y una angustia total. Todos los días, cada cuatro horas, reviso la página web del Ministerio para ver si ha cambiado algo, pero nada, se te van las esperanzas, se te van los sueños, todo…”
Seis meses de plazo que nunca se cumple
La convalidación de títulos universitarios obtenidos fuera de la UE se realiza a través de la página web del Ministerio de Universidades. Los interesados deberán abonar una tasa de 166,50 euros y presentar una serie de documentos que acrediten su formación universitaria en su país de origen y su competencia lingüística en español.
El Gobierno publicó en octubre de 2022 un real decreto en el que anunciaba la configuración de unos procedimientos de homologación «ágiles y eficientes», apoyados en una intensa digitalización, que deben garantizar que el tiempo de instrucción y resolución no supere los seis meses. La realidad, sin embargo, es bien distinta y desde la plataforma de homologación aseguran que La espera a menudo se extiende durante años..
Al mismo tiempo, las comunidades autónomas, que tienen las competencias sanitarias en España, lamentan que la falta de profesionales sanitarios les esté impidiendo encontrar trabajadores para las plazas vacantes, con la consiguiente sobrecarga para la función pública. Algunas comunidades autónomas, como la de la Comunidad de Madrid, han señalado al Gobierno central como responsable y han exigido que se agilicen los trámites de homologación.
Otros, como los de Aragón y el País Vasco, han pedido que se les transfiera esta competencia. El País Vasco lo consiguió el pasado mes de abrilPero la decisión, fruto de un acuerdo entre el Gobierno central y el autonómico vasco, fue anulada en julio por el Tribunal Supremo tras un recurso interpuesto por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). Este organismo se opuso al traspaso por considerar que podía «poner en riesgo el principio de equidad y no discriminación, favoreciendo a territorios de acceso ‘duro’ y a otros de acceso ‘blando’ al reconocimiento de títulos».
En cualquier caso, el laberinto burocrático para los solicitantes no termina con la homologación del título. Aunque pueden empezar a trabajar como profesionales sanitarios en España desde ese momento, todavía tienen que conseguir la homologación de su especialidad para poder ejercerla. Este trámite, que lleva a cabo el Ministerio de Sanidad, también puede durar años, lo que hace que muchos médicos extracomunitarios desistan de intentarlo.
Fuentes sanitarias señalan que «el problema es que la mayoría de los aspirantes no aportan certificados de ejercicio profesional ya que finalizaron su formación». Esto provoca un retraso en el procedimiento.ya que debe solicitarse y ellos, a su vez, deben solicitarlo en sus respectivos países. Además, se paraliza el trámite en estos casos y, con ello, la obligación de la Administración de resolver en el plazo de seis meses.
Por otro lado, estas mismas fuentes ministeriales admiten que, hasta 2022, se ha producido un importante retraso en la tramitación de las solicitudes, «debido a la escasez de personal y a la complejidad del procedimiento» y proponen como solución al atraso «la publicación de un nuevo Real Decreto que agilice el procedimiento, al eliminar algunos trámites innecesarios e implantar un procedimiento de presentación de solicitudes por vía electrónica».
Flujo médico y malas condiciones laborales
La llegada de profesionales sanitarios de América Latina a España y otros países del sur de Europa forma parte de lo que Ángela Hernández, secretaria general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), define como el “flujo médico”. Los médicos del norte de Europa emigran para ejercer en Canadá y Estados Unidos, dejando vacantes ocupadas por médicos del sur del continente, muchos de ellos españoles, que a su vez dejan un espacio que poco a poco va siendo ocupado por estos profesionales de América del Sur y Central.
Hernández, quien entiende que los largos plazos de entrega Homologación porque “tiene que ser un proceso muy garantista”se centra en evitar que este flujo se siga produciendo mejorando las condiciones laborales de los profesionales sanitarios en España y alerta de los riesgos de que las vacantes en el sistema sanitario sean cubiertas temporalmente por profesionales extranjeros.
«Por un lado, es bueno que vengan a ayudarnos cuando hay ciertas carencias, pero ¿qué será de ellos dentro de tres años? No es bueno atraer a gente cuando hay escasez de una determinada especialidad y luego, en tres años, deshacernos de ellos porque ya tenemos suficientes», afirma la sindicalista. Según ella, tras la caída de estudiantes de las profesiones médicas tras la crisis de 2008, ya se ha producido un aumento de las matrículas desde hace cuatro o cinco años, lo que supondrá un mayor número de licenciados en el mercado laboral en aproximadamente tres años.
“Faltan condiciones laborales adecuadas para que los especialistas quieran quedarse aquí en lugar de irse a otros países”, argumenta Hernández. “No es una cuestión de racismo ni de proteccionismo. Lo que ocurre es que estamos privando a los médicos allí donde también son necesarios. Recordemos que ellos se forman y también son necesarios en Sudamérica”.
El final de un sueño
Para muchos de los miles de médicos que esperan que les reconozcan su titulación, el cuello de botella burocrático del Ministerio es lo que les frena a la hora de acceder a ese flujo. Es el caso de una médica de 25 años de un país centroamericano que prefiere mantener el anonimato por temor a que su testimonio pueda influir en el procedimiento. Lleva 10 meses esperando la aprobación sin recibir noticias. mientras aún se encontraba en su país natal.
“Lo hice teniendo en cuenta que el título iba a estar homologado en seis meses”, explica la doctora, que ha tenido que modificar sus planes y los de su pareja, un español que, ante la demora, ha decidido trasladarse a Centroamérica para esperar con ella a que finalice el trámite. “Incluso desde allí me habían encontrado trabajo en zonas donde no hay médicos, en varios consultorios de pueblos donde hay muy pocos médicos y donde hay una gran escasez. Incluso me dijeron que me aceptarían sin tener el MIR -la especialidad-, solo con la homologación de mi título de médico general, porque es lo que necesitan en atención primaria. Pero como no tengo las certificaciones de allí, no puedo ejercer”.
La demora en el proceso y, sobre todo, la incertidumbre sobre su futuro están provocando que este médico y muchos otros profesionales latinoamericanos se sientan optando por tirar la toalla y abandonar su proyecto migratorio a España.
“Ha sido un poco frustrante. Al principio dejé de hacer muchas cosas aquí pensando que en cualquier momento conseguiría la homologación y que tendría que salir del país, pero viendo la situación actual me resigné un poco y he estado tratando de estabilizarme aquí porque no puedo contar con algo que no tengo”, comenta el médico. “Mientras no tenga la homologación, no puedo estar poniendo mi vida a merced de algo que no sé si va a suceder ni en cuánto tiempo va a suceder. Las ilusiones, como cuando presenté mis papeles de homologación, se han desvanecido por completo”.
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