La lluvia de estrellas más intensa de todas, las Gemínidas, parece ser el último gran fenómeno astronómico del año. Sin la fama de la que gozan cada verano las Perseidas, con las que compiten en intensidad, las estrellas fugaces de tonos azules, rojos y amarillos que parecen originarse alrededor de la constelación de Géminis son especialmente visibles en el hemisferio norte, donde se desarrollan las noches más oscuras y largas. antes del inicio del invierno y los cielos despejados traen consigo una oportunidad inmejorable para mirar al cielo.
Esta lluvia de meteoritos se origina a partir de los fragmentos del asteroide 3200 Phaeton, un gigante de cinco kilómetros de diámetro que completa un periodo alrededor del Sol cada 1,4 años. Con la llegada de diciembre, la órbita de la Tierra coincide con una densa nube de escombros formada por los restos del asteroide, dando lugar a incipientes bólidos multicolores que recorren fugazmente el cielo nocturno. A mediados de mes, las Gemínidas alcanzan su pico de máxima actividad y en condiciones ideales es posible observar hasta 120 meteoros por hora.
Cuándo ver la lluvia de meteoritos desde México
El máximo de Gemínidas en 2024 se producirá durante las noches del 13, 14 y 15 de diciembre. Este año, sin embargo, el momento coincide con la última Luna llena del año, factor que jugará en contra de la oscuridad necesaria para capturar más meteoros. De ahí que el mejor momento para observar la lluvia de estrellas sea en las horas previas al amanecer, justo cuando la Luna se pone sobre el horizonte y la luz del Sol aún no ha aparecido por el este.
Como ocurre con cualquier otra lluvia de meteoritos, la clave para ver más meteoros en el cielo nocturno reside en dos factores básicos: la oscuridad y el ángulo de visión más amplio posible. Al estar el sitio de observación alejado de las grandes ciudades y libre de contaminación lumínica, la experiencia será más enriquecedora. Lo mismo ocurre con el campo visual: un sitio libre de árboles o edificios cercanos que ofrezca una vista panorámica de la bóveda celeste es fundamental para ver más estrellas fugaces.
La mejor forma de ver las Gemínidas es a simple vista. A unos 35 kilómetros por segundo, los coches recorren el cielo nocturno en cualquier dirección, una apariencia fugaz imposible de captar a través de un telescopio, binoculares u otros instrumentos ópticos. Dejar de lado la luz de los móviles y otros dispositivos también es clave para captar detalles más sutiles de la bóveda celeste y por tanto observar más meteoros.