Nueva prueba de mercado aprobada por la economía española, en este caso en forma de emisión de bonos por parte de una empresa estatal. El que se considera el gran motor de la inversión pública, Adif Alta Velocity, ha realizado una colocación simultánea, con dos plazos diferentes, por un total de 1.500 millones de euros. El objetivo es cumplir con los vencimientos de deuda, al tiempo que amplía la base inversora y diversifica el perfil de sus tenedores de deuda.
El primer tramo, de 650 millones, tiene un plazo de cinco años y soporta el pago de un cupón anual del 3,125%, 45 puntos básicos sobre el Tesoro. La segunda remesa, de 850 millones de euros a diez años, tiene un interés del 3,625%, con un diferencial de 43 puntos básicos sobre el Tesoro.
La emisión se ha cerrado con notable éxito: ha tenido una sobredemanda de 6,3 veces, con solicitudes de 9.300 millones de euros repartidas en 277 pedidos. Este nivel histórico de exigencia supera en un 130% al de la última emisión de Adif, en abril de 2024. Y los cupones anuales están por debajo, en ambos casos, de los obtenidos hace un año, cuando Adif Alta Velocity también emitió deuda por 1.500 millones. Una de las novedades es que la Comisión Europea ha participado como demandante de estos bonos.
Este jueves ha sido la emisión con mayor número de pedidos recibidos desde el lanzamiento de Adif Alta Velocity, lo que habla del apetito por el sector público español y de la confianza en el proyecto del gestor de infraestructuras ferroviarias, ahora inmerso en una segunda ola de liberalización del tráfico de pasajeros o en la construcción de los corredores Atlántico y Mediterráneo.
El 71% de los inversores que han optado por el bono a cinco años son internacionales: un 20% del Reino Unido, otro 20% de países como Alemania, Suiza o los Países Nórdicos, un 10% proceden del Benelux, y el resto de Francia o Portugal. Por su parte, en el bono a diez años los inversores internacionales han representado el 75% del total, siendo la mayoría un 24% de Francia, un 23% de Alemania, Suiza o los Países Nórdicos, un 9% de Reino Unido, un 8% de de Portugal y el resto de Italia o Benelux.
Adif Alta Revolución ha vuelto a emitir deuda apenas una semana después de firmar un préstamo de 350 millones con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para cubrir actuaciones en rutas convencionales y de alta velocidad. La compañía que preside Pedro Marco de la Peña suele ser un actor recurrente en el mercado de deuda corporativa, al que accede con un rating de grado de inversión (Baa2 de Moody’s y A- de Fitch).
En enero del año pasado emitió los citados 1.500 millones en dos lotes de bonos: 700 millones a un tipo de interés del 3,25%, y 800 millones al 3,65%, con vencimientos a cinco y diez años, respectivamente. Posteriormente, en abril, repartió 600 millones en bonos verdes a ocho años con un cupón anual del 3,5%.
La deuda de Adif Alta Velocity a 30 de septiembre de 2024 alcanza los 18.380 millones, de los cuales 7.100 millones están colocados en emisiones de bonos, con 1.000 millones a corto plazo. Los otros 11.280 millones del marco financiero de Adif Alta Calidad responden a préstamos a largo plazo, prácticamente la mayoría con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La vida media de la deuda de esta entidad pública es de nueve años y el tipo de interés medio apenas alcanza el 2,2%.
Adif aparece como la primera empresa pública estatal en emitir bonos verdes, con su debut en 2017 y un total de 4.000 millones en circulación. Además, acaba de incorporar una nueva modalidad de financiación: préstamos vinculados a indicadores de sostenibilidad. En este ámbito, ha firmado préstamos sostenibles por un importe total de 500 millones de euros con tres entidades financieras: BBVA (250 millones de euros), Banco Sabadell (150 millones de euros) y Cajamar (100 millones de euros). Todos ellos están ligados al ahorro de emisiones, en toneladas de CO2, de las líneas de alta velocidad y convencionales.