Comediante, actor, presentador y, como anunció en ABC, inminente empresario, Arturo Valls (Valencia, 1975) es una «pequeña vergüenza» de libro de texto. Así se define y así entiende esa versatilidad que le mantiene, desde hace 25 años, como uno de los rostros más populares del país. -Se negocia todo en la vida menos tu valencianismo. Incluso ha participado en presentaciones de futbolistas-Eso no se puede negociar. Tengo una buena relación con el club y ha sido un placer participar en algunas de esas presentaciones y conocer a los jugadores y al personal. Estar más cerca de ellos. -¿Incluimos a Lim? -La buena relación es con el equipo de comunicación y los jugadores. No tengo ninguna comunicación con Lim ni quiero tenerla. Su desinterés por el club es absoluto. Eso es lo que más duele a los fans. La falta de cariño y compromiso. Para él es sólo un negocio. Y luego habría que analizar su gestión, que es un desastre. Pero el club es mucho más que él. Es tu gente y tu equipo y no puedes darles la espalda en un periodo tan duro como este. -Cómo se pueden ver tus inicios en el periodismo deportivo cuando analizas el club. -Así empecé. Me gustaba mucho el deporte, pero también la política. Mis primeras oportunidades laborales llegaron a través del deporte, en una emisora de radio local. Cubriendo la información del Valencia.-Y usted sería el más objetivo, estoy seguro.-Bueno, eso me costó un poco de disgusto porque hay que separar al aficionado del periodista. En los medios locales no pasa nada pero, cuando yo estaba en ‘Caiga Qui Caiga’, cubriendo el Madrid-Valencia de una final de Champions, bueno, había que ser objetivo y a mí me costaba mucho. Si tenía que entrevistar a Raúl tenía que hacerlo y ocultar el enfado que tenías hacia él. – Ahí es donde quería ir. ¿Qué te pasó en aquella final de Champions con Raúl que casi te desheredó? -Uno de los objetivos del programa era regalar las gafas del programa a algún protagonista. Nos miraban con mucho recelo a los periodistas de ‘Caiga Qui Caiga’, porque siempre nos escabullíamos en los lugares y hacíamos la pregunta más incómoda. Logré, con mucha dificultad, acceder a la cancha y le tiré las gafas del programa a Raúl. Y se los puso. En mi familia eso fue visto como una traición. Se lo tomaron muy mal. ¡Querían que les hubiera echado en cara! – ¿Es usted muy antimadridista o simplemente justo? – No especialmente. Es un gran equipo, con mucho presupuesto y, a veces, con prepotencia porque se saben campeones. El guapo, rico y poderoso siempre se mira desde abajo, aunque Valencia nunca le ha mirado desde tan abajo. Estándar Noticias relacionadas Si Ferran Adrià añade «bulliarte» al catálogo de Vila Viniteca Sergi Doria El chef ilustra una crónica de la gastronomía muy personal a través de collages, dibujos y esquemas con colores primarios – ¿Dices lo del orgullo por la actitud ante el no ser premiado? ¿El Balón de Oro? – Eso fue muy extraño. Yo hubiera ido. Esa mala educación es una rabieta escolar. -Afortunadamente, a la hora de la verdad, el Real Madrid ha podido estar ahí. Ha sido el primero en brindar apoyo ante la tragedia de la DANA. – Por supuesto. La rivalidad está en el campo, el equipo a batir, con los mejores jugadores, pero, cuando ha sido necesario, el aficionado valencianista se ha apoyado en los homenajes y toda la ayuda que se ha prestado. -¿Qué jugador te hubiera gustado? ser?-Muchos. George Best (que jugó muy bien pese a ser un fiestero) o cualquiera de esos jugadores que han mantenido su fidelidad a un club, como Gayá. Los típicos jugadores de club que no han querido ir a equipos grandes. Y luego me gustan mucho los jugadores creativos, libres… el típico jugador que se burla de ti, como Ronaldinho o Neymar. A pesar del enfado que te da cuando los tienes como rival. -Bueno, Neymar queda libre en poco tiempo. No os cuento más…-Para la delantera del Valencia sería fantástico. Ese Hugo Duro-Neymar, ¡ojo, oye!-Hablemos un poco de tenis, su otro vicio confesable.-Sí. Casi me gusta más que el fútbol. Lo sigo, lo practico, viajo a los Grand Slams, planifico en base al evento de tenis. Sólo necesito Australia. Me encanta.-¿Tanto te gusta?-Cómo me gustaría el tenis porque tengo dos pasiones. Una es hacer paellas al horno de leña los fines de semana y jugar al tenis. Bueno, voy a juntar ambos y voy a conseguir una marca de arroz. Ese es mi proyecto. Se llamará ‘Rolang Arroz’. Noticias relacionadas Aficionados estándar Sí José Luis Garci: «En España hay un complejo con el boxeo, a ver si lo sacamos» María José Hostalrich El cineasta se sincera con ABC sobre sus gustos deportivos: «Vivimos una invasión de idiotas que «Te doy una reunión un día así y dices que no, porque juegan el Madrid, el Barça o el Atleti, y se molestan». – ¿Eso me lo dices en serio? – Claro. Ya estoy hablando con una marca valenciana, que es va a distribuir y ya estoy hablando con abogados y preparando el lanzamiento. -Rafa ya está jubilado y Carlos encontrará un lugar seguro. -Les enviaré un paquete a Rafa y a Carlos para que hagan publicidad por mí. juntos y podemos continuar. Entonces compartes esa sensación de orfandad que nos invade a muchos tras el adiós de Rafa. -Aunque, afortunadamente, tenemos a Alcaraz, que me gusta mucho, ese estilo más creativo, más alegre pero más irregular. Sabías lo que iba a pasar, que iba a ser una lucha hasta el final, épica, desgastando al rival hasta aplastarlo. Lo de Carlos es más inesperado y eso me gusta más, como espectador. Esos tiros geniales… -¿Y tú eres más Rafa Nadal o más Carlitos Alcaraz, en la vida? -Yo soy más Carlitos. Más creativo y menos basado en el sacrificio o el esfuerzo. Yo era de los que estudiaba el día anterior y siempre pasaba, para adornar la respuesta. Para actuar, para presentar, no soy yo quien prepara a fondo los guiones. Me baso más en la intuición y la suerte. Porque todo esto también tiene mucho que ver con la suerte. Y con esto no digo que Carlos no funcione, pero sí que tiene ese golpe más improvisado: «ahora voy a intentar este paralelo o me fío más del drop shot…». Cada uno de los puntos de Rafa fue pensado y trabajado. Vamos a jugar al partido. ¿Se salva el Valencia? -Por supuesto. La tendencia va a cambiar. Tengo mucha confianza en que Baraja conectará, una vez más, emocionalmente con los jugadores. El año pasado, con estos jugadores, casi nos clasificamos para Europa. Debemos recuperar la confianza. Además, será más divertido: luchar para no caer es más emocionante que estar en mitad de la tabla.
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