El presidente sirio, Bashar Assad, llegó a los Emiratos Árabes Unidos el domingo, su primera visita al rico país del Golfo Pérsico desde el devastador terremoto que azotó a Turquía y Siria el mes pasado.
Assad, que llegó con su esposa Asma y una delegación de funcionarios sirios, fue recibido por el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, según un comunicado de la oficina de Assad.
El jeque Mohammed declaró en Twitter que los dos «tuvieron conversaciones constructivas con el objetivo de desarrollar las relaciones entre nuestros dos países».
Es otra señal de las mejores relaciones entre Siria y los demás países árabes, más de una década después de que la Liga Árabe suspendiera Siria debido a la brutal represión que lanzó Assad contra los opositores en medio de la guerra civil.
La empatía internacional por Siria tras el terremoto parece estar acelerando la reconciliación regional. Antes del terremoto, los Emiratos Árabes Unidos ya habían restablecido relaciones con Damasco. Assad visitó los Emiratos el año pasado y luego en enero de este año.
Después del terremoto, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos visitó Damasco y el país árabe envió ayuda humanitaria a Siria.
Siria espera que la reconciliación regional conduzca a la liberación de millones de dólares en asistencia para reconstruir el país devastado. Sin embargo, los analistas coinciden en que esto es poco probable, al menos en el corto plazo.
Un obstáculo es el hecho de que Siria no ha implementado la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en diciembre de 2015, como hoja de ruta para la paz en Siria. Aceptar ese mapa es una demanda clave de Estados Unidos y la Unión Europea para normalizar las relaciones con Damasco.
El Banco Mundial pronosticó el domingo que es probable que el producto interno bruto de Siria se contraiga un 5,5% en 2023 debido al terremoto. Se estima que los daños físicos ascienden a 3.700 millones de dólares, y las pérdidas económicas a 1.500 millones, con lo que el impacto económico total ascendería a 5.200 millones. Y a esto hay que sumar el impacto económico de 12 años de guerra civil.
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