Barcelona entra en preemergencia por la sequía con restricciones para más de cinco millones de habitantes | Cataluña | España

Barcelona y su zona de influencia se enfrentan a un escenario de restricciones hídricas tras tres años de sequía. La baja probabilidad de lluvias a corto y medio plazo, los bajos niveles de las cuencas hidrográficas internas (al 18,85% de su capacidad) y las altas temperaturas han llevado al ministro de Acción por el Clima, David Mascort, a anunciar este martes las medidas para adoptarse en la fase previa a la emergencia. Esta fase es previa a la llamada “emergencia” y busca concienciar a la ciudadanía antes de fijar duras restricciones, que podrían llegar a finales de diciembre si continúa la tendencia actual. En total, 202 municipios y más de cinco millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona, y algunos municipios de Girona, se verán afectados por este plan. “Entramos en modo de emergencia. “Todos tenemos que hacer un esfuerzo extra para gestionar bien los recursos que tenemos”, afirmó el consejero.
Por ahora no se espera que se corte el suministro como ocurre en otras localidades, pero sí que se reduzca la presión sobre el suministro de manera que el consumo baje de 230 a 210 litros por habitante y día. Se prohíbe el riego de parques y jardines públicos o privados (excepto los espacios dedicados a deportes federados, que podrán regarse a 200 metros cúbicos por hectárea, y los árboles); limpieza de vehículos y calles con agua potable; y el llenado de piscinas privadas de uso individual y fuentes ornamentales. Las restricciones de los sectores económicos se mantienen, con una reducción del recurso del 15%.
El principal motivo para adoptar la prealerta es concienciar a la población y extender las medidas más severas más allá de diciembre, según ha afirmado este lunes el presidente Pere Aragonès. Preguntado sobre si se encargaría de hacer llover a la Virgen de Montserrat, como en 2008 el consejero medioambiental Francesc Baltasar, Mascort fue tajante. “No me encomiendo a ningún santo ni a ninguna virgen. Me encomiendo a los ciudadanos del AMB, que han conseguido mantener el consumo en los niveles más bajos de la zona desde hace meses. El agua durará mientras podamos estirarla”, afirmó Mascort.
El Gobierno, que también estudia la posibilidad de traer agua en barcos como ocurrió en 2008, quiere transmitir la extrema necesidad de reducir el consumo de agua y reutilizarla para diferentes usos. Por ello, destinará 407 millones de euros hasta 2040 a plantas de regeneración, como la que ya funciona en el Baix Llobregat, y acelerará los estudios de los beneficios que este recurso puede tener en los espacios públicos. Además, llevará a cabo campañas de divulgación para el ahorro de agua en edificios públicos, como colegios, residencias de violencia machista, centros penitenciarios u hospitales. También se llevará a cabo una campaña de ayuda al turismo para promover inversiones que reduzcan el consumo de agua. Mascort ha subrayado que pequeñas acciones permitirán prorrogar la declaración de emergencia: “Estoy convencido de que, con el esfuerzo de todos, nuestro país superará este desafío”.
Cataluña lleva 36 meses sumida en una prolongada sequía, la más extensa e intensa de su historia. En ese tiempo, solo ha habido dos periodos de precipitaciones normales: en la primavera de 2022 y el verano pasado. Mascort afirma que si no se hubieran adoptado las medidas del Plan Especial Sequía en 2021, el territorio catalán habría entrado en medidas de emergencia hace un año. Los 1.400 litros por segundo que han caído en los últimos tres años son insuficientes para abastecer los embalses que alimentan el área metropolitana de Barcelona, que necesita 1.900 litros por segundo, la cantidad de lluvia que cae durante un año en régimen normal de precipitaciones. .
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