Una de las personas que más ha llamado la atención en el Congreso Federal del PSOE celebrado este fin de semana en Sevilla no ocupa ningún cargo en el partido. Begoña Gómez Recibió el aplauso de los diputados y luego abrazó a los ministros y dirigentes socialistas. Los fotógrafos y cámaras han estado muy atentos a la mujer de Pedro Sánchez. Nombrada en una de las múltiples actuaciones judiciales que asedian al Gobierno, Begoña Gómez ha sido protagonista y ha elegido un rojo furioso para la ocasión porque no caben medias tintas y, como diría el propio José Mota, «si hay que ve, vete».
La esposa del presidente no pudo elegir el camino de la discreción porque ser discreta o no aparecer y dar la cara hubiera sido mucho más llamativo que cualquier color o cualquier vestimenta. Pero su baño de masas contrasta su silencio atronador por momentos ante cada vez más preguntas que estrechan el círculo a su alrededor. Menos de dos meses después de celebrar su primer medio siglo, la bilbaína de corazón leonés se desató este domingo con los periodistas cubriendo el Congreso que renovó (casi por aclamación popular) a su marido como secretario general del PSOE. Begoña Gómez se acercó a la carpa central y conversó con los periodistas durante unos minutos fuera de cámara y en un ambiente distendido e informal. Dice estar «tranquila, enérgica y convencida de que todo pasará». También ha tenido la oportunidad de hablar con mucha gente de las federaciones socialistas y, según él, le dicen que resista y que eso le reconforta.
La «presidenta consorte» ha gozado de mucho protagonismo en este Congreso, hasta tal punto que este domingo, en el acto de clausura, se unió a las máximas autoridades, a los máximos dirigentes del Partido Socialista. «La mujer del presidente sale de aquí con marca de partido y, sobre todo, como símbolo, como icono de resistencia», nos cuenta una persona considerada del núcleo duro de Moncloa. Pedro Sánchez, nuevamente proclamado líder del partido, confesó hace meses que está enamorado de su mujer. Una vez más, el presidente ha reivindicado el «paso adelante» que ha dado pese al «odio y agresiones» que, según él, han afectado a su esposa, así como a él y a su partido, al que considera acosado y agredido «con engaños.» » y «por tierra, mar y aire».
En el centro de la polémica
Begoña Gómez ha ganado protagonismo público desde abril de este año debido a la investigación judicial y la polémica política asociada. La esposa del presidente del Gobierno nació en Bilbao hace cinco décadas, se trasladó con su familia al municipio leonés de Valderas, donde vivió hasta trasladarse a Madrid, donde se licenció en Marketing. Aunque inicialmente muchos medios aceptaron su currículum, en el que constaba que había obtenido el título de la Escuela Superior de Ingenieros Comerciales, nada más asumir su marido la presidencia del Gobierno se demostró que, en realidad, el título lo otorgaba el MEGABYTE. Escuela Superior de Marketing y Negocios, academia cuyo título no tiene valor oficial. Por tanto, su nivel de estudios es Bachillerato. En su currículum también constaba que tiene dos titulaciones propias: una en Gestión Empresarial y otra en Administración de Relaciones con el Cliente y Gestión de Datos, aunque ningún medio ha confirmado cuándo ni dónde las obtuvo.
De 1996 a 1999 dirigió el Centro de Empresas Atenea. Comenzó a trabajar en el grupo Inmark en el año 2000 y llegó a ser Directora de Consultoría de Outsourcing Comercial, cargo que ocupó hasta 2018, cuando llegó como inquilina al Palacio de La Moncloa. Entre 2018 y 2022 fue directora ejecutiva del Centro África del Instituto de Empresa (IE). Desde 2020 codirige la muy controvertida Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid y también ejerce como codirectora y docente del máster que ofrece dicha cátedra.
Está casada con Pedro Sánchez desde 2006 y tienen dos hijas: Ainhoa, nacida en 2005, y Carlota, nacida en 2007. La boda civil fue oficiada por la concejala del Ayuntamiento de Madrid y exministra Trinidad Jiménez.