La DANA que arrasó varias localidades de Valencia y Castilla-La Mancha ha dejado un devastador saldo de más de 200 muertos y al menos 89 desaparecidos. Además de las pérdidas humanas, existen numerosas pérdidas materiales.
Las calles de municipios como Paiporta, Masanasa, Chiva, Algemesí, Aldaia y Catarroja quedaron completamente inundadas durante las primeras horas del temporal. En estos municipios el agua dio paso al barro y la humedad. Desde el pasado miércoles, cientos de personas se han dedicado a limpiar las calles y ofrecer su ayuda.
Con el paso de los días, los médicos resaltan la importancia de utilizar equipos de protección para evitar enfermedades e infecciones. A esta convocatoria se ha sumado la farmacéutica y comunicadora científica, Boticaria García.
Boticaria García pide “prudencia y ciencia”
El experto ha pedido en primer lugar que no se difunda información errónea sobre este tema: «Prudencia y ciencia». En este sentido, explica que lo mejor es alejarse del «alarmismo» para abordar lo «realmente importante», según fuentes oficiales.
«En los últimos días se han difundido muchos bulos sobre enfermedades infecciosas que pueden aparecer en aguas estancadas», explica. Según comenta, una de las preguntas más recurrentes entre la población es si existen riesgos derivados de la presencia de restos humanos en el agua. Su respuesta es clara: «No debemos alimentar los titulares más sensacionalistas.»
Insiste en que la OMS indica que «la cadáveres «No suelen representar un riesgo significativo de brotes de enfermedades tras estos fenómenos». La explicación es que la «mayoría de Los agentes infecciosos no sobreviven. mucho en el cuerpo humano después de la muerte.
«Las infecciones agudas tienen más probabilidades de aparecer entre la población superviviente de las zonas afectadas porque pueden ser portadoras de enfermedades contagiosas», destaca.
Otro tema tiene que ver con enfermedades como cólera o tifus. Sobre estos, Marían García explica que «cuando la muerte se produce por cólera o fiebres hemorrágicas, como en el virus del Ébola, los riesgos humanos sí representan riesgos para la salud y son necesarios protocolos estrictos». Sin embargo, Boticaria recuerda que «afortunadamente No son enfermedades endémicas en España».
«Aunque nada es imposible, la experiencia en emergencias nos enseña a nunca subestimar los riesgos; hoy lo más probable es que no suframos ninguna epidemia de cólera», enfatiza. Asimismo, destaca que hay otros problemas a los que se debería prestar más atención.
Enfermedades que pueden aparecer tras la DANA
Entre las enfermedades de corta duración que tienen mayor riesgo de aparecer se encuentran «la heridas y traumas al entrar en contacto con barro y otros materiales contaminados, infecciones de la piel por el mismo motivo, enfermedades gastrointestinales en teoría de estar en casa como la salmonella, campiterobacter oe coli.
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Heridas y traumatismos al entrar en contacto con barro y materiales contaminados.
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infecciones de la piel
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Enfermedades gastrointestinales
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A medio plazo: vigilar los mosquitos y las enfermedades respiratorias provocadas por hongos
En cuanto al consumo de agua, Boticaria García destaca que son las autoridades quienes advierten sobre si es apta para el consumo. De momento no hay, por lo que insiste en que hay que beberlo. agua embotellada: «No se recomienda, salvo que las autoridades digan lo contrario, hacer cloración casera de ningún tipo».
Una vez pasadas las primeras fases tras la catástrofe, a medio plazo será necesario vigilar los mosquitos que pueden transmitir vectores, así como las enfermedades respiratorias fúngicas porque «La humedad es el hábitat perfecto para el moho».
De esta manera, Boticaria García se alinea con el resto de expertos que están dando consejos en la última semana y pregunta «no alarmarse por enfermedades exóticas por ahora y cuidarse de extremar las medidas de higiene».
Además, recuerda la importancia de estar al día con vacunas como la del tétanos en la zona afectada. «La gran olvidada es la gripe porque mucha gente pasa mucho tiempo en lugares concurridos y una gripe inoportuna es lo último que necesitan ahora los afectados».