Asma al Asad (nacida Asma Fawaz al Akhras) tenía 25 años cuando se casó con un oftalmólogo de origen sirio, experto en glaucoma que trabajaba en el Western Eye Hospital de Londres, Bashar al Assad.
Hija de cardiólogo y madre diplomática Estacionada en la embajada siria, Asma nació en 1975 en la capital inglesa y se formó en el King’s College. Licenciada en Informática y Literatura Francesa, empezó a trabajar en el Deutsche Bank hasta llegar al JP Morgan en la sede de Nueva York.
La joven aspiraba a una vida cómoda en Inglaterra, pero en 2000, la muerte de su suegro, el dictador Hafez al Assad, y la de su cuñado mayor precipitaron el regreso de su marido a Siria para tomar su lugar y convertirse en el ahora depuesto presidente de su país, acusado de ser un dictador y un criminal.
Asma, que fue un paradigma de exquisitez, de quien se esperaba un toque de modernidad para su pueblo, es madre de tres hijos (Hafez, Zein y Karim). Con ellos y su marido, Bachar ha huido del país, un drama personal al que se suma la enfermedad. La esposa del expresidente sirio sufrió en 2018 un cáncer de mama del que se recuperó.
Pero este año, la ex primera dama recayó y le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. un cáncer agresivo que afecta la médula ósea y la sangre.
Llamada en su momento por algunos sectores La Rosa del Desierto, Asma no pudo cumplir con las expectativas que supuso su llegada a Siria, donde comenzó a impulsar iniciativas encaminadas a para aliviar la pobreza y mejorar la situación de las mujeres.