Los países de la Unión Europea que aún no han presentado sus cuentas públicas para el próximo año, entre ellos España, deberán hacerlo «lo antes posible». Éste fue el mensaje emitido este lunes por el Eurogrupo, el organismo que reúne a los ministros de Finanzas de la eurozona, al analizar los exámenes que la Comisión Europea ha presentado tanto de los planes fiscales a medio plazo como de los proyectos de Presupuestos. que ya han sido recibidos en la capital comunitaria. El llamado de atención a los tres miembros que aún no han puesto sobre la mesa sus planes presupuestarios para 2025 es claro, pero destaca por encima de todo España. Los otros dos son Bélgica y Austria, donde sus Ejecutivos están en funciones y sus Parlamentos llevan meses negociando coaliciones de gobierno.
La llamada de atención no ha llegado sólo en el comunicado final del encuentro, aunque en esta ocasión el principal destinatario fue Francia y su crisis política, desatada a raíz del rechazo de los presupuestos presentados por el caído Gobierno de Michel Barnier. «Tengo un gran respeto por el trabajo de los parlamentarios en Francia y tengo plena confianza en que los líderes franceses encontrarán una manera de avanzar en esta cuestión y poner las finanzas públicas sobre una base sostenible», afirmó el presidente del Eurogrupo, el irlandés. Paschal Donohoe, en una reunión a la que se unió -por primera vez desde el Brexit- la ministra de Hacienda británica, Rachel Reeves.
La referencia a España, por el contrario, debe leerse entre líneas y de forma superpuesta: «Esperamos que se presenten lo antes posible los planes a medio plazo pendientes y los proyectos de planes presupuestarios», dice el texto final. Declaración emitida tras la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro, a la que también asistió el nuevo comisario de Economía y Finanzas, Valdis Dombrovskis.
El comunicado también señala que en el conjunto de los proyectos de presupuesto, “las previsiones son ligeramente contractivas para 2025 en la zona del euro, impulsadas por la restricción del gasto corriente neto, junto con el crecimiento continuo de la inversión pública”. Precisamente esta restricción de los desembolsos ordinarios era uno de los objetivos perseguidos con las nuevas reglas fiscales «dados los elevados niveles de déficit y deuda de la zona del euro y la necesidad de apoyar el actual proceso de desinflación».
«Confiamos en que el nuevo marco fiscal será eficaz para garantizar que los ajustes no se realicen a expensas de las inversiones», afirmó Dombrovskis.
Para seguir este camino es necesario, recuerda la nota publicada el lunes por la noche, que haya coherencia entre los planes fiscales a medio plazo, que incluyen cuál debe ser la evolución de este gasto corriente en los próximos años, y los presupuestos anuales. La Comisión Europea ya lo ha puesto varias veces sobre la mesa en las últimas reuniones del Eurogrupo y, de nuevo, está en el texto final de la reunión de este lunes: “Los proyectos de presupuesto serán una importante herramienta de vigilancia para el control anual del gasto neto .
Por eso no basta con que España haya presentado ya su plan fiscal a medio plazo con el compromiso de un aumento medio anual del gasto corriente del 3% durante los próximos siete años. También es necesario que lleguen los presupuestos de 2025, algo que el Gobierno todavía está empezando a negociar con sus socios parlamentarios.
Precisamente en este terreno el Ejecutivo ha sufrido este lunes un duro golpe por parte del lado catalán. El líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha reclamado a Bruselas que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se someta a una cuestión de confianza e incluso ha señalado que no tiene intención de ayudar a que las cuentas de 2025 salgan adelante. .
Pese a ello, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha manifestado su esperanza en que el Gobierno pueda sacar las cuentas públicas en 2025: “Vamos a estar negociando hasta el último momento, hasta que sea posible, con la intención de acordar sobre los presupuestos”, señaló al llegar a Bruselas.