El Gobierno de Canarias se niega rotundamente a introducir un impuesto a los turistas que visitan las islas, figura que sí tienen Baleares y Cataluña. El Parlamento de Canarias tiene previsto votar entre el martes y el miércoles el proyecto de ley del grupo socialista que busca crear la denominada Tasa de Estancia Turística en Canarias y medidas para fomentar el turismo sostenible. Coalición Canaria, el Partido Popular y sus socios minoritarios han anunciado que votarán en contra escudándose en que este impuesto sería inconstitucional si no se aplica también en Canarias. El informe elaborado por el propio Gobierno y los expertos consultados se limita, sin embargo, a afirmar que eximir a los residentes debe estar debidamente justificado para no incurrir en inconstitucionalidad. Mientras tanto, el municipio grancanario de Mogán ha introducido su propia ecotasa, una medusa que los expertos consideran ilegal.
La tasa turística lleva años sobrevolando las islas. No en vano, esta fue una de las principales reivindicaciones de las multitudinarias manifestaciones de abril y octubre en las Isas. El anterior Gobierno, encabezado por el actual ministro socialista de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, no lo introdujo. Este año, sin embargo, ha presentado dos propuestas, una en abril y otra en octubre, para gravar las pernoctaciones. Estas propuestas, así como otra reciente de Nueva Canarias que fue rechazada por el Consejo de Gobierno del día 2, se han topado con el no del actual Ejecutivo (y del sector de peso), con la ministra de Turismo, la popular Jessica de León, actuando como estilete principal.
Los servicios jurídicos del Ejecutivo han elaborado recientemente un informe, al que ha tenido acceso este diario, que respalda este desmentido. El documento advierte sobre el riesgo de sobreimposición, ya que el impuesto recaería sobre un hecho imponible ya gravado por el IGIC, además de una posible vulneración de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). El principal argumento de la consejera Jessica de León se ha basado en que este impuesto sería inconstitucional si pretendiera excluir a los canarios, ya que no puede haber discriminación por razón de residencia. «No vamos a subir impuestos a los canarios que quieran pasar sus vacaciones en su tierra», afirmó el día 4 en declaraciones a la radio pública canaria.
El informe del Tesoro, sin embargo, no llega a mantener esta inconstitucionalidad, y se limita a afirmar que esta diferenciación debe tener una «justificación objetiva y razonable según criterios generalmente aceptados», sin, «en ningún caso». , la disparidad en el trato es desproporcionada”.
“Tratar de forma diferenciada a residentes y no residentes no es ni constitucional ni inconstitucional per se”, subraya el catedrático del Área de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Autónoma de Madrid y subdirector del Instituto de Derecho Local de esta institución, César Martínez Sánchez. “Tenemos que ir más allá. “Tenemos que preguntarnos cuál es la justificación, porque en algunos casos puede estar justificada y en otros no”. El fiscal razona que el proyecto de ley argumenta que lo que aportan los residentes para sufragar los gastos públicos “es mucho más de lo que aportan los no residentes”. “Los turistas no están sujetos a impuestos directos, al impuesto sobre la renta de las personas físicas. Y además, Canarias tiene la particularidad de que su fiscalidad indirecta es muy inferior a la peninsular”.
Esta menor aportación del turismo a las arcas públicas constituye, precisamente, la justificación del proyecto de ley presentado en octubre por el PSOE. Según sus datos, el transporte aéreo y marítimo, que representa casi el 28% del gasto de los visitantes a Canarias, está exento del IGIC. Además, el tipo impositivo que se aplica a los alojamientos turísticos en Canarias es sólo del 7%, sensiblemente inferior al de otras regiones como el resto de España (10%) o países como Francia e Italia (20%). Por otro lado, también quedan excluidas de la tributación directa muchas operaciones realizadas por turoperadores y agencias de viajes ubicadas fuera de Canarias, siguiendo un régimen especial de normativa del IVA aplicable al IGIC. Esto reduce aún más la base imponible sobre la que se recauda.
En consecuencia, según el PNL, aunque el turismo representa alrededor del 35% del PIB de Canarias, su contribución fiscal a través del IGIC y el IRPF combinados representa sólo entre el 13,2% y el 15,8% del presupuesto autonómico. “Los datos indicados subcarga «Parecen aconsejar la introducción de una mayor contribución fiscal que permita un mayor gasto e inversión en estos aspectos, así como mejorar las infraestructuras y servicios de la población local».
En muchas ciudades de Europa hay una decena de ciudades, entre ellas Venecia, Nápoles, Roma y Ámsterdam, que discriminan entre residentes y no residentes en función de su situación fiscal, sin que esto se considere discriminación basada únicamente en la residencia. La propuesta socialista pasa por que los hoteles de 4 estrellas paguen 2,50 euros, frente a los 1,70 de Cataluña. Los hoteles de tres estrellas pagarían 2 euros en Canarias, frente a 1 en Cataluña. Las casas vacacionales pagan entre 3,50 y 2,25 en Cataluña o 2 euros en Baleares.
Las previsiones oficiales se dan porque el archipiélago bate su récord turístico este año. Las islas recibirán alrededor de 18 millones de turistas, gracias a los 15,5 millones de turistas extranjeros previstos, frente a los 14,3 millones de 2017 y los 14,2 millones de 2023. En octubre, los turistas extranjeros ascendieron a 1,4 millones. En el acumulado del año, los visitantes suman 12,3 millones, un 9,7% más que un año antes.
El turismo, sin embargo, está viviendo un auge en toda España, que cerrará este año con otro récord. Por ello, Cataluña y Baleares, las dos únicas comunidades autónomas que gravan las pernoctaciones de los turistas, han anunciado que aumentarán estas tasas en 2025 como fórmula mágica para intentar frenar el descontento ciudadano. La Generalitat de Cataluña ha manifestado su voluntad de aumentar estos recargos, vigentes desde 2012, que imponen tarifas que oscilan entre un euro y tres euros por estancia por turista fuera de Barcelona, mientras que en la capital catalana suben de cinco a siete y un Medio euro por noche y viajero sumando el recargo municipal. Por su parte, la presidenta balear, Marga Prohens, anunció hace cuatro semanas una subida de la ecotasa (con tasas de 1,10 euros por día y pernoctación a 4,40 euros en hoteles de lujo), que se limitará a tres meses. temporada alta (junio, julio y agosto) y que tendrá lugar el próximo mes de febrero, «para contener la llegada de flujos turísticos y abordar el problema de la escasez de vivienda».
Santiago de Compostela y Toledo también han anunciado su intención de cobrar una tasa a los turistas en 2025. El municipio grancanario de Mogán hizo lo mismo la semana pasada. La alcaldesa, Onalia Gómez (Ciudadanos por el Cambio), pretende que las personas que se alojen en cualquier establecimiento tendrán que pagar 0,15 euros al día. Expertos como César Martínez Sánchez, sin embargo, dudan de la legalidad de esta medida. “Los ayuntamientos tienen una capacidad muy limitada para exigir impuestos. “Sólo pueden exigir los impuestos que la ley permite”. Se trata de cinco: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) y el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), además del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y la plusvalía municipal. Si la intención es cobrar una tasa, los ayuntamientos también tienen “muy limitada capacidad de exigencia”, dado que tienen que especificar exactamente qué servicio quieren cobrar. “No se puede hacer una referencia genérica a todos los servicios de los que se benefician los turistas”, afirma.