Menos de 24 horas después de su toma de posesión como el 47º presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha comenzado a firmar actos ejecutivos para revertir todas las políticas de la administración Biden.
Declaración de intenciones. Hay un dicho muy famoso que dice: “Quien advierte no es traidor”, por lo que no debemos sorprendernos con las nuevas medidas tomadas por Trump, quien bajo el lema «Make America Great Again» basó su campaña en la promesa de más perforaciones petroleras y la eliminación de las políticas energéticas y climáticas establecidas durante la administración anterior. Sin embargo, la velocidad de los acontecimientos es lo que más llama la atención, pues la tarde del 20 de enero, el mismo día de la toma de posesión, Trump firmó el acta declarando emergencia energética nacional.
«Taladra, nena, taladra». Otra de las frases célebres del recién proclamado presidente de Estados Unidos, haciendo referencia a sus prioridades en materia de extracción de petróleo. En su discurso inaugural afirmó: «Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a lograrlo». Sin embargo, esta no era una premisa sorprendente, especialmente después de haber seleccionado al ejecutivo de combustibles fósiles de Liberty Energy, Chris Wright, para dirigir el Departamento de Energía. Además, la industria del petróleo y el gas donó más de 75 millones de dólares a la campaña de Trump, como la empresa Chevron y financistas como Citibank.
En cuanto a la rapidez de sus acciones, el subdirector del programa climático de Greenpeace EE.UU., John Noel, ha explicado a Guardián que las órdenes de Trump en su primer día reflejan dónde residen las lealtades de su administración y las prioridades están lejos del público estadounidense, sino de los principales donantes de campaña.
Exportando petróleo. Durante su discurso como nuevo presidente, prometió cambiar el nombre del Golfo de México y aprovechar las reservas estadounidenses de petróleo y gas para ofrecerlo «al mundo entero». En esta «liberación» de petróleo y gas, el enclave estratégico al que se refiere es el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR) de Alaska, un espacio natural con una extensión de 7,6 millones de hectáreas. La fijación en este ámbito se debe a que se lo prometió al magnate Elon Musk si resultaba elegido.
¿El fin de la energía eólica? Entre las diferentes medidas, Trump ha decidido suspender temporalmente los permisos para proyectos de energía eólica en la Plataforma Continental Exterior. Según se recoge en el comunicado de prensa de la Casa Blanca, la decisión busca evaluar más profundamente los impactos económicos, la seguridad nacional y los posibles efectos sobre el medio ambiente.
Sin embargo, otras fuentes señalan que la orden también responde a la presión de sectores que prefieren otras fuentes de energía y a la necesidad de revisar los efectos de los parques eólicos en el medio ambiente y las comunidades cercanas. La suspensión incluye tanto nuevos permisos como una evaluación de proyectos existentes.
No deja un títere sin cabeza. En cuanto a los vehículos eléctricos, Trump ha criticado abiertamente los esfuerzos políticos de Biden para promoverlos, calificándolos de «mandato». En esta nueva orden, el actual presidente ha buscado eliminar los incentivos a la adopción de coches eléctricos y suspenderá la financiación de las infraestructuras de carga de vehículos eléctricos. Además, el ejecutivo ha anunciado su intención de debilitar las normas de emisiones de los vehículos, lo que supone un importante retroceso en los esfuerzos de protección medioambiental.
Adiós a los acuerdos de París. En esa línea de volver a los combustibles fósiles, porque ya lo hizo durante su primer mandato, anunció que vuelve a abandonar París. Desde New York Times han preguntado un grupo de expertos, que han advertido de que esta medida, sumada a otras decisiones, socavará los avances logrados en la administración Biden, que se había fijado objetivos ambiciosos para reducir las emisiones un 61% por debajo de los niveles normales. de 2005 a 2030.
¿Cómo está el mercado? Los días previos a la sesión de toma de posesión de Trump ha generado un período de inestabilidad en los mercados energéticos. Por un lado, los precios del crudo estadounidense han caído un 4% y el Brent un 2%, mostrando así la incertidumbre sobre la demanda global y la posible eliminación de los recortes de oferta por parte de la OPEP+. Por otro lado, las empresas de renovables han registrado una importante caída en Bolsa, entre ellas Acciona, Acciona Energía y Solaria. Sin embargo, los analistas han destacado en Reuters que la situación puede cambiar debido a un creciente interés en la inversión sostenible a largo plazo.
Las previsiones. Estas primeras acciones de Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca han marcado una línea de cómo serán los próximos cuatro años en materia de política energética y ambiental en el país. El enfoque es claro que estará alineado con los intereses de las grandes corporaciones del sector energético, pero estas decisiones generarán un impacto significativo en los esfuerzos para combatir el cambio climático y en la estabilidad de los mercados energéticos. El mejor resumen es lo que está pasando en California con los incendios forestales, donde estas políticas inciden en fenómenos extremos y si no se pone freno, se multiplicarán como una bola de nieve.
Imagen | Unsplash y Daniel Torok
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