Cuando hablamos de vehículos militares, la defensa es tan importante como la potencia de fuego. Dentro de estas defensas existen medidas pasivas (la propia armadura) y medidas activas. Todo se va adaptando a la tecnología que tienen los rivales y un ejemplo son las armas guiadas por inteligencia artificial para eliminar drones. Otra es el camuflaje, y China está invirtiendo muchísimo dinero en esto.
Hace un ejemplo hablamos del plasma para “invisibilizar” tus aviones. Es algo que no compromete el diseño ni la aerodinámica de los cazas, sino que además se puede adaptar a diferentes formas. Así, podría usarse en armas espaciales (una batalla en la que las principales potencias han entrado a lo grande) o plataformas de lanzamiento de misiles. El problema es que es complejo utilizar este plasma y no es infalible, pero los científicos militares chinos han encontrado un nuevo material de lo más prometedor.
Tiene un espesor mínimo y es capaz de cegar eficazmente a los radares. ¿Su secreto? Los metamateriales.
Aviones furtivos de nueva generación.
Esto es como el juego del gato y el ratón. O la lucha entre virus informáticos y antivirus. Las grandes potencias militares llevan décadas buscando una manera de hacer que tus aviones sean invisibles. A veces se les ocurren auténticos grotescos, como el Tacit Blue norteamericano, o hits como el casi indetectable B-2 Spirit, que cuenta con una nueva generación en la parrilla de salida.
Con el paso de los años, estas características de sigilo han llegado a los cazas “convencionales” y tanto China con el J-35A como Estados Unidos con el F-35 han ido completando hitos importantes a la hora de crear camuflajes sofisticados. Sin embargo, y como decíamos, siempre buscamos ir un paso más allá en el camuflaje, y como podemos comprobar en el South China Morning Post, los científicos chinos parecen haber dado con la clave.
Científicos de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa han encontrado un material ligero, flexible y, sobre todo, fácil de producir en grandes cantidades para hacer tus aviones invisibles. Esto lo han conseguido a partir de metamateriales y metales que no han compartido con los medios (por razones obvias) y que son capaces de convertir en calor ondas electromagnéticas con una longitud de onda de 70 centímetros a 20 centímetros.
Cui Kaibo es el investigador que ha liderado el proyecto y afirma que “los materiales compuestos artificiales emergentes, mediante disposiciones periódicas o aperiódicas, exhiben propiedades inusuales y pueden lograr fenómenos físicos y aplicaciones imposibles para los materiales naturales”. Básicamente, el recubrimiento es capaz de convertir ondas electromagnéticas en calor para cegar los radares enemigos.
Cuando las ondas electromagnéticas de baja frecuencia inciden en el revestimiento de este material, inducen corrientes eléctricas en la superficie de la lámina de metal que se convierten en calor y se disipan rápidamente en el aire. Según los investigadores, se trata de una tecnología sigilosa sin precedentes porque no requiere materiales magnéticos pesados y costosos, lo que le permite, como decíamos, ser rentable y escalable para su aplicación en diversos tipos de equipos militares.
Además, Kaibo pone el broche de oro afirmando que puede convertirse en “la clave para que China gane futuras guerras”. Y esto va mucho más allá de los aviones. Los drones son un peligro hoy en día en muchas zonas de guerra, pero Si un dron de combate está recubierto con un metamaterial así, se convierte en algo más temible. Y, precisamente, hace unas semanas China presentó un dron cubierto de metamateriales que también tiene capacidades de sigilo.
Al final esto es interesante porque las potencias controlan mucho de este tipo de mensajes y es posible que no tardemos en ver a Estados Unidos responder con algo similar que ya tenían en desarrollo. Y también habrá que esperar noticias sobre nuevos radares. Cuando el F-35 se mostró como el pináculo de la tecnología furtiva, China pasó a primer plano afirmando que ya tenían un radar que podía detectarlo.
Imágenes | Alert5, Universidad Nacional de Tecnología de Defensa
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