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Cómo quebró Argentina: historia de un siglo de crisis económica – Orden Mundial

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Argentina, nuevamente, está en crisis. Con el desastre de los últimos años, la pobreza ha aumentado al 40% y la indigencia a casi el 10% en 2023. Detrás hay una inflación anual del 140%, un peso devaluado hasta 350 por dólar al tipo de cambio oficial y cerca de mil en el mercado paralelo, y una deuda externa que convierte al país en el mayor deudor del Fondo Monetario Internacional (FMI). La situación no es nueva: Argentina ha tenido dieciséis crisis económicas en los últimos 160 años, en promedio una por década.

Pero no siempre fue así. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Argentina fue vista como una tierra de oportunidades y una potencia emergente. Sin embargo, de 1900 a 2022 su economía cayó del puesto 13 en el mundo al 66 en PIB en valores de paridad de poder adquisitivo per cápita. No hubo un único impulso para esta caída: se han vinculado una historia de inestabilidad institucional, políticas fallidas e intentos de corregirlas, y una dependencia de las materias primas y el gasto público.

El país que aspiraba a ser potencia

La consolidación del Estado argentino a finales del siglo XIX fue de la mano del motor de su auge económico: el campo y la inmigración. Argentina tiene algunos de los territorios más fértiles del planeta, como las Pampas o la cuenca del río Paraná. Éstos concentran grandes extensiones de tierra para cultivar cereales y criar millones de ganado que producen, entre otras cosas, algunas de las mejores carnes del mundo. Mientras la naciente República Argentina lanzaba la Conquista del Desierto, matando o capturando a la población indígena, la Ley de Avellaneda de 1876 promovía la inmigración para trabajar esas tierras.

Ranking global de economíasRanking global de economías
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El despegue argentino atrajo a los países europeos y a una parte de su población más pobre. La compra masiva de sus productos ayudó a modernizar el país con avances como el ferrocarril. Las exportaciones de carne, por ejemplo, aumentaron de 26.000 a 411.000 toneladas anuales entre 1900 y 1916. Ese progreso atrajo a cientos de miles de inmigrantes, especialmente italianos y españoles. El libre comercio, la expansión de las finanzas y la inversión extranjera, especialmente estadounidense y británica, incorporaron a la Argentina al mercado mundial y permitieron que el campo se modernizara. En aquella época, conocida como República Conservadora, la élite del Partido Autonomista Nacional (PAN) dominaba con elecciones restringidas.

Sin embargo, la bonanza no llevó a Argentina a optar por la industrialización y la exportación de productos manufacturados. Lo centró casi todo en las materias primas, y lo pagó con la Primera Guerra Mundial y la caída del PAN en favor de la Unión Cívica Radical (UCR) una vez ampliado el voto masculino. Las potencias occidentales recortaron sus inversiones para centrarse en el conflicto y el proteccionismo se convirtió en la tendencia dominante, especialmente después de la crisis de 1929. Sólo entre 1914 y 1917, el PIB argentino cayó un 20% y el PIB per cápita un 34%. El creciente descontento desembocó en el golpe de Estado militar de 1930, que puso fin a los gobiernos de la UCR. Sería el primero de seis que derrocaron gobiernos en el último siglo.

Golpes de Estado y tambaleo económico

La inestabilidad afectó la economía y la reputación de Argentina. Entre 1930 y 1976 hubo seis golpes de estado exitosos y dos fallidos, la mayoría perpetrados por la influyente casta militar. Los cambios de Gobierno reflejaron la disputa entre un modelo proteccionista y nacionalista y otro centrado en recuperar el libre comercio y las importaciones. Las consecuencias convirtieron a Argentina en un país poco confiable que ahuyentó la inversión extranjera. En este período destacan dos puntos de inflexión: los gobiernos del general Juan Domingo Perón (1946-1955) y la última dictadura militar (1976-1983). Al mismo tiempo, el movimiento político del peronismo y el antiperonismo surgió como otro eje de división política.

Cronología del poder en ArgentinaCronología del poder en Argentina
Cronología del poder en ArgentinaCronología del poder en Argentina

Luego de ser parte de la Revolución del 43 que puso fin a la llamada Década Infame, Perón llegó al poder democráticamente en 1946. Como Secretario de Trabajo había impulsado la seguridad social de los trabajadores, logrando el apoyo de los sindicatos. Ya como presidente fundó el Partido Justicialista, se aprobó el voto femenino e impulsó un modelo proteccionista que buscaba la autarquía y optó por nacionalizar sectores clave, algo que despilfarró la inversión extranjera. Si bien Perón se apoyó en las clases populares, sus medidas le trajeron un fuerte rechazo del sector agrícola y empresarial, y de Estados Unidos. En 1955, la autoproclamada Revolución Libertadora lo derrocó y lo envió al exilio.

Luego, Argentina se alineó con Estados Unidos y se unió al Fondo Monetario Internacional en 1956. Los gobiernos dictatoriales de la Revolución Libertadora (1955-1958) y la Revolución Argentina (1966-1973) y los demócratas no peronistas intermedios pusieron al país en deuda para controlar la inflación e impulsar la economía. La idea era recuperar el libre comercio. Desde entonces, las inyecciones de capital han sido constantes y la incapacidad del Estado argentino para asumirlas ha incrementado su deuda externa. Esta inestabilidad política y económica llevó al regreso del peronismo al poder en 1973, pero la misma falta de control y violencia por parte de guerrillas y grupos parapoliciales motivó el último golpe de Estado en 1976.

El autoproclamado Proceso de Reorganización Nacional fue la última dictadura cívico-militar en Argentina. Por un lado, reprimió a la oposición y a las guerrillas peronistas y marxistas con el apoyo de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría. Por otro lado, apoyó la desindustrialización y la promoción de las importaciones. Esto trajo un desequilibrio comercial que disparó la deuda hasta alcanzar el 60% del PIB. En siete años el país solicitó tres préstamos por 2.694 millones de dólares al FMI. La situación económica y la derrota en la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido provocaron el colapso de la dictadura en 1983.

Deuda e inflación: los grandes losas sobre la economía

El regreso de la democracia no sacó a Argentina de la espiral de crisis económicas. El legado del déficit fiscal llevó al Gobierno de la UCR de Raúl Alfonsín a solicitar tres préstamos al FMI que elevaron la deuda externa al 109% del PBI. La organización reclamó recortes y ajustes fiscales, pero suspendió varias veces las ayudas por incumplimiento del Gobierno. Alfonsín intentó reconducir la economía con el Plan Austral, que incluía una nueva moneda, pero fracasó. Ante este callejón sin salida, pidió al Banco Central que emitiera moneda para financiar el déficit. Sin embargo, la decisión generó en 1989 la mayor hiperinflación de la historia argentina. La crisis obligó a Alfonsín a adelantar elecciones que ganaría Carlos Menem.

Evolución de la deuda y la inflación en ArgentinaEvolución de la deuda y la inflación en Argentina
Evolución de la deuda y la inflación en ArgentinaEvolución de la deuda y la inflación en Argentina

Menem llegó al poder desde el peronismo, pero impulsó una corriente neoliberal. Su prioridad era acabar con la hiperinflación. Para ello privatizó empresas estatales en manos de empresas extranjeras e impulsó la Ley de Convertibilidad en 1991, que establecía un tipo de cambio de un peso por un dólar. Menem logró estabilizar la economía y las privatizaciones mejoraron servicios como la electricidad o internet. Sin embargo, otros como el transporte ferroviario empeoraron y el desempleo, la deuda y la pobreza volvieron a aumentar. Como el peso valía lo mismo que el dólar, los productos nacionales se volvieron muy caros y poco competitivos, y las importaciones eran más asequibles. Menem, que había sido reelegido debido a su éxito económico inicial, terminó su segundo mandato en 1999 dejando al país al borde de una nueva crisis.

El nuevo presidente, Fernando de la Rúa, quería continuar con las políticas de Menem. Sin embargo, ante la fuga de capitales, decretó el “corralito” en 2001, con el que los argentinos sólo podían retirar de los bancos hasta 250 dólares semanales. El estallido social provocó su dimisión apenas veinte días después. En 2002, la pobreza era casi del 66% y la deuda alcanzaba un récord del 147% del PIB, lo que llevaría al país a la cesación de pagos. Ante esto, el gobierno interino de Eduardo Duhalde puso fin a la convertibilidad, pero millones de argentinos perdieron sus ahorros en dólares al ser cambiados nuevamente por pesos devaluados.

La respuesta al trauma colectivo por la situación económica y el descontento con la política fue otra rama del peronismo: el kirchnerismo. Los presidentes Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fernández (2007-2015) confiaron en el aumento de los precios de los alimentos. productos básicos moderar la inflación y pagar al FMI. El aumento de ingresos les permitió optar por un programa de ayuda a las clases populares, que redujo la pobreza, pero también aumentó el gasto público. A su vez, el kirchnerismo nacionalizó empresas y se integró con los demás gobiernos latinoamericanos de izquierda.

Evolución de la pobreza en ArgentinaEvolución de la pobreza en Argentina
Evolución de la pobreza en ArgentinaEvolución de la pobreza en Argentina

Sin embargo, la caída de precios de productos clave como la soja, el maíz y el petróleo volvió a perjudicar a la economía argentina. Al final del gobierno de Cristina Fernández y durante el de Mauricio Macri, con quien la derecha volvió al poder, la deuda volvió a dispararse ante la incapacidad del Estado de generar más dinero del que gasta. El peso siguió devaluándose y Macri solicitó un nuevo préstamo de 44.000 millones de dólares al FMI. Ante el descontento, el peronismo regresó en 2019 con Alberto Fernández, pero la economía empeoró con la pandemia, más emisión monetaria y sequías en el campo.

Argentina y una crisis profunda

Desde hace cinco años, Argentina vive una crisis de deuda e inflación que se ha agravado desde 2021. No ha tenido los elementos explosivos de 1989 o 2001, pero tampoco ha tenido un techo. Ante la inflación, los argentinos buscan proteger sus ahorros con el dólar, pero las restricciones para obtenerlos han llevado a un mercado paralelo donde cada vez es más caro. Hoy la pobreza supera el 40% y el descontento le ha dado alas al candidato libertario Javier Milei. Sus principales propuestas contra la “casta política” son reducir el gasto público, cerrar el Banco Central para acabar con la emisión monetaria y dolarizar la economía.

En definitiva, la economía argentina sufre problemas subyacentes que los gobiernos de derecha o de izquierda no han corregido. Tampoco se han solucionado con choques. La dependencia de la exportación de materias primas y el gasto público insostenible durante décadas han mantenido desequilibrada la balanza de gastos e ingresos. Como resultado, persisten la deuda y el déficit, que no se han solucionado ni con una emisión monetaria que aumente la inflación, ni con una austeridad que también es fuente de descontento. Quien gane las elecciones del 19 de noviembre entre Milei y el peronista Sergio Massa, hasta ahora ministro de Economía, tendrá que lidiar con el descontento mientras encamina otro futuro para un país con una crisis de larga data.



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Jewel Beaujolie

I am a fashion designer in the past and I currently write in the fields of fashion, cosmetics, body care and women in general. I am interested in family matters and everything related to maternal, child and family health.
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