Johann Cruyff se adelantó a su tiempo, pero no sólo porque inventó la ya desaparecida ‘tiquitaca’. En una rueda de prensa de 1992 tras perder 1-0 en Praga, el técnico holandés utilizó la palabra ‘ambiente’ para referirse a todo lo que rodeaba al equipo, desde la prensa hasta la afición, y que se traducía en ocasiones en presión. inaguantable. Sabemos que Cruyff fue un visionario porque es el padre fundador de un estilo de juego que marcó dos décadas de fútbol mundial, pero su legado no es sólo deportivo. También es una persona mediática, y la incorporación del concepto ‘medio ambiente’ al léxico público fue todo un descubrimiento, porque lo dijo antes que Internet. Ay, si el bueno de Johann se diera un paseo hoy por las redes sociales. En la Facultad de Periodismo nos enseñaron una frase de Umberto Eco: «El exceso de información provoca desinformación». ¡Y lo dijo ante Internet también! Admiro esas mentes brillantes y odio los ambientes tóxicos. Detrás de unas gafas y detrás de su característico bigote, Vicente del Bosque veía este lunes a España conseguir su tercera victoria consecutiva en la Eurocopa, algo que sólo habíamos conseguido en la competición de 2008, que ganamos con Luis Aragonés en el banquillo. . Todo empezó con Luis, y luego Del Bosque lo consolidó en 2010 y 2012, y lo hizo sin hacer ruido. No fue fácil, porque el ambiente era un enfrentamiento entre Madrid y Barça que desembocó en enemigos personales entre futbolistas que a todos nos parecían buenos tipos. Del Bosque fue un dique de contención contra el ruido, y eso permitió a los jugadores mostrar el mejor fútbol de nuestra historia. Hay personajes públicos expertos en echar gasolina al fuego, y hay quienes amortiguan el ruido, y Luis de la Fuente es, como Del Bosque, uno de estos últimos. Zidane y Ancelotti también son de esa escuela, aunque a veces los hooligans les acusan de blandos. A estos entrenadores se les suele etiquetar como «no hacen nada» porque no reaccionan ante las provocaciones y los titulares. Algo parecido ocurre con De la Fuente. La virulencia del entorno en el que fue nombrado es difícil de superar: cómo olvidar aquella rueda de prensa en la que pidió disculpas por aplaudir a Rubiales: «Soy sólo un entrenador de fútbol». Para las hordas eso era insuficiente: querían su cabeza. Ese era el ambiente. Sin embargo, nueve meses después, la selección española está centrada en el balón, ahí se habla de fútbol y también gana. Los futbolistas aprenden y se divierten, porque al quedarse callado, De la Fuente ha enterrado la obsesión ‘tiquitaca’ en mitad del campo y está sacando lo mejor de cada jugador. Una verdadera revolución silenciosa. Este artículo elogia a los entrenadores que ponen a todos en su lugar y crean el ambiente adecuado. A veces, para gestionar equipos humanos basta con protegerlos del entorno y confiar en ellos. Requiere conocimientos (cocinar antes que fraile), confianza en uno mismo y humildad, pero es muy eficaz. Ya lo dijo Cruyff: «Sal y diviértete».
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