Carles Puigdemont, líder de Juntsha causado un gran revuelo en el tablero político, por exigencia de Pedro Sánchez presentar un problema de confianza en el Congreso. Desde Bruselas, Puigdemont ha destacado el «incumplimiento» del Gobierno en el marco de Pacto de investidura firmado hace más de un año. Sin avances en cuestiones clave como Oficialidad catalana en la UE, o la aplicación de la ley de amnistíaEl expresidente de la Generalitat ha calificado al líder socialista de «un político «no confiable». La cuestión de la confianza, que está recogida en la propia Constitución, es una Mecanismo que sólo puede ser activado por el presidente del Gobierno..
A diferencia de la moción de censura, la cuestión de confianza permite medir el apoyo parlamentarioya que si se niega, el La renuncia es automática y se abriría un nuevo procedimiento electoral en el Congreso.. Sin embargo, lo mismo Sánchez ha dejado claro que no baraja la opción que se niega la cuestión de confianza. Desde el PSOE han afirmado que la propuesta de Puigdemont sobre la cuestión de confianza es «una demostración de fuerzas» en el contexto de la negociación presupuestaria.
Qué significa la cuestión de confianza para Sánchez
La cuestión de la confianza es todo o nada. Es una medida arriesgada, incluso en los momentos políticos más estables. Si se plantea la duda, Pedro Sánchez tendría que presentarse ante el Congreso y someterse a votación directa. de los grupos parlamentarios, incluidos los que alguna vez apoyaron su investidura como Junts o ERC. El proceso, que ya está regulado en los artículos 112 y 114 de la Constitución requiere mayoría simple para que el presidente continúe en su cargo. Es decir, sólo hace falta tener más votos a favor que votos en contra de la cuestión de confianza.
Si no se logra la confianza, la dimisión sería automática y España abriría una nueva fase de incertidumbre política. En el camino democrático español sólo han hecho Uso de esta herramienta por dos presidentes: Adolfo Suárez en 1980 y Felipe González en 1990.. Ambos pasaron el trámite, pero en contextos muy diferentes al actual, ciertamente. Para Sánchez, afrontar una cuestión de confianza con una aritmética parlamentaria tan ajustada sería un salto al vacío.
Las implicaciones políticas del ultimátum de Puigdemont
Más allá del alcance legal de este tema, y asumiendo que usted está en su derecho de hacerlo, el El gesto de Puigdemont tiene claramente un cariz político muy específico. Por un lado, presionar al gobierno en el delicado momento de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Por otro lado, poner a ERC en una situación difícilobligándole a decidir entre hacerse eco de la maniobra de Junts o distanciarse justo en el momento de la reconfiguración del liderazgo de esta formación. Puigdemont no se cansa de repetirlo su partido no está dispuesto a «apoyar» gratis al gobierno socialista. Para él hay un pacto de investidura que sigue vigente, pero la inacción en cuestiones como la financiación autonómica, la oficialidad del catalán o la ley de amnistía ha llevado a agotar la paciencia de su grupo.
El PSOE resta importancia
Mientras tanto, el El PSOE intenta quitarle dramatismo al desafío. Desde la Moncloa aseguran que el Gobierno está centrado en la negociación presupuestaria y que Puigdemont lanza «ultimátums» sin ningún camino real. La portavoz socialista, Enma López, ha pedido «no distraerse» de las políticas que, según explica, «mejoran la vida de la gente».
Aunque Puigdemont es consciente de que no puede forzar una cuestión de confianza, su argumento sigue siendo un Maniobra estratégica para mantener en vilo a Sánchez y a su propio electorado. En palabras del jefe de Junts, el Govern no ha demostrado tener «voluntad política» para cumplir los pactos establecidos. El desafío lanzado desde Bruselas sitúa a Sánchez en una situación complicada. Dado que puede despreciar la propuesta de Junts, el desgaste político y las tensiones con sus aliados independentistas podrían tener un impacto importante en un momento en el que cada votación puede decidir la estabilidad parlamentaria, el desgaste, al no entrar en la división de lo mismo. bloque político. independencia.