El historiador medieval David Nirenberg (Nueva York, 60 años) está cansado. Y, a la vez, extrañamente eufórico. Acaba de cruzar el charco y aterrizar en Madrid, donde despliega su casi perfecto español. “No hablo tan bien”, dice modestamente, antes de mantener una conversación con la arabista Mercedes García-Arenal (presentada por Javier Moscoso) en el marco del Festival de las Ideas que se celebra en Madrid. El tema no puede ser más sugerente en 2024: Comunidades de violencia. Sangre y lecheY la opinión de Nirenberg, conocido por sus estudios sobre la interacción entre cristianos, judíos y musulmanes, no podría ser más pertinente. “La idea de un festival sobre las ideas es magnífica, y más aún en estos tiempos, en los que las ideas son tan difíciles de discutir”, afirma el autor, entre otros, de Comunidades de violencia cualquiera Religiones vecinas: cristianismo, islam y judaísmo en la Edad Media y en la actualidad.
Preguntar. Participas en un festival que exalta el pensamiento crítico. ¿Crees que esta forma de razonar sigue gozando de buena salud hoy en día?
Respuesta. Es evidente que nos encontramos en una época en la que el pensamiento crítico se enfrenta a varios retos. Uno de ellos es la extrema politización de toda expresión. Hoy en día, cualquier forma de escepticismo o duda está penalizada en el ámbito público, y eso es un gran problema. Sócrates ya decía que el pensamiento crítico debe ser consciente de sus propias limitaciones, pero hoy se nos pide que estemos absolutamente seguros de cosas de las que nadie más puede estarlo.
PAG. ¿Las nuevas tecnologías fomentan una urgencia incompatible con la reflexión?
A. Por supuesto. La revolución de los medios de comunicación es parte del problema: el espacio para la exploración silenciosa de ideas difíciles o complejas ha desaparecido. Todo se vuelve público al instante, y en el momento en que algo se vuelve público, se vuelve político. Así que el espacio para confrontar ideas complejas ha desaparecido.
PAG. Uno de los campos de estudio en los que más ha trabajado es la relación entre los judíos, el islam y el cristianismo. ¿Cómo ve la situación actual en Oriente Medio?
A. Bueno, tiene que ver con lo que estábamos hablando. Para alguien como yo, que trabaja con una perspectiva histórica amplia, es imperativo asegurarse de que lo que sucede no destruya toda la profundidad histórica. Un historiador no debe caer en el tipo de certezas u opiniones que la política (o la prensa, perdón) exige. Cuando pienso en lo que está sucediendo en Oriente Medio hoy, no puedo ignorar la perspectiva histórica, cómo los cristianos o los musulmanes han pensado sobre Jerusalén a lo largo de los siglos. Por eso creo que cada vez es más difícil ser historiador: todo el mundo exige que tengamos certezas sobre el presente, pero eso es precisamente lo que debemos evitar.
PAG. ¿Se viviría de otra manera el conflicto de Oriente Próximo sin esta necesidad de juzgar el presente? ¿Sería útil una perspectiva más histórica?
A. Digamos que uno se hace historiador porque cree que la historia puede ayudar a la gente en el presente. Pero sólo es útil si no se ve reducida por pasiones políticas inmediatas. Una perspectiva histórica nos haría ver el conflicto de otra manera, pero Tucídides ya decía que en las guerras las palabras pierden su significado.
PAG. ¿Cómo articular entonces la historia con el presente?
A. Ése es el dilema: debemos utilizar la historia para cuestionar lo que existe, no para reforzar nuestras certezas.
PAG. La charla en la que participa versa sobre la xenofobia y el odio, que parecen gozar de muy buena salud.
A. (Risas) Es una industria muy fuerte.
PAG. Por supuesto, si tuvieras que invertir en acciones como en el mercado de valores, sería…
A. En la xenofobia, sin duda. Sigue creciendo y sólo empeorará.
PAG. Desde una perspectiva histórica, ¿cómo ve usted este auge? En Europa vemos movimientos xenófobos en partidos muy alejados de la extrema derecha; en Alemania, en los países nórdicos…
A. Estamos viviendo claramente un periodo de movimientos migratorios. Las migraciones son puntos de encuentro y estos puntos de encuentro son un punto de conflicto. No hay duda de que a medida que la migración se hace más común, sumado al hecho de que muchos países europeos tienen problemas demográficos, se puede pensar que este va a ser un área de conflicto y debate. Me interesa particularmente cómo los discursos religiosos (judíos, cristianos y musulmanes) contienen elementos tanto antirracistas como racistas. Por ejemplo, el nacionalismo cristiano en Estados Unidos. Si se mira, de nuevo, desde una perspectiva histórica, se puede ver cómo estos conflictos se repiten periódicamente en una especie de Ouroboros: la serpiente que se muerde su propia cola.
PAG. ¿Se resolverá este escenario o se enquistará? ¿Podremos evolucionar hacia un punto de encuentro?
A. Bueno, los historiadores pueden ser profetas cuando se trata de intentar prevenir el futuro que más tememos y remar en la dirección que queremos ir. Pero a menudo no tenemos idea de cómo evolucionará el mundo. Terminé de escribir mi libro sobre el antijudaísmo en 2013 y dije entonces que temía que Israel, como idea, se estuviera alejando de la gente. Y podría haber dicho lo mismo sobre el Islam.
PAG. Está trabajando en una historia del pensamiento racial en el judaísmo, el cristianismo y el islam.
A. En Europa, hace 20 años, cuando yo hablaba de raza, la gente pensaba que era algo muy americano. Antes se veía como un problema americano, y está claro que la esclavitud basada en el color de la piel es un problema ineludible en Estados Unidos. Pero hoy es un concepto que se ha extendido, y muchos países han entendido que tiene sentido hablar de raza y de los problemas que han surgido a lo largo de la historia. España es uno de ellos. Somos más conscientes de los peligros que conlleva la reproducción del racismo.
PAG. Su último libro (Incontable, una historia filosófica de los números) lo escribió con su padre, Ricardo, que es matemático. ¿Cómo es colaborar con un padre?
A. Es genial, pero también difícil. Trajo una enorme cantidad de conocimientos matemáticos, filosóficos y literarios. Salió un libro sobre las matemáticas como forma de entender el mundo que no habría sido posible ni para él solo, ni para mí si hubiéramos trabajado solos. Si tengo que dar un consejo, sería tener un buen padre, tener un buen hijo… y tener un buen psicoanalista (risas).
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