Seis de cada diez municipios valencianos han perdido población desde 2012, según el censo que muestra un descenso de 31.299 habitantes en la última década pese al aumento respecto a 2019. Las ciudades de Valencia y Castelló experimentan un descenso demográfico, mientras que Alicante crece de forma moderada.
En conjunto, más de 6 de cada 10 municipios de la Comunidad Valenciana han perdido habitantes en la última década, según los datos extraídos del último balance oficial de población publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el miércoles 21 de diciembre. El informe así lo confirma , en 2022, en la Comunidad Valenciana hay 32.000 personas menos censadas que en las mismas fechas de 2012. Es decir, la población valenciana ha disminuido un 1,6% en los últimos 10 años, a pesar de que entre 2019 y 2022 ha subido un 2,6% debido a un saldo migratorio positivo provocado por la pandemia.
El descenso demográfico no ha seguido un patrón definido, ya que a pesar de que la pérdida de habitantes afecta especialmente a los municipios más pequeños de las zonas rurales, también se ha reducido en algunas de las ciudades más grandes del territorio valenciano. Esa tendencia que indicaba que las ciudades más pobladas ganaban censos sigue presente, pero no tan marcada como hace una década. A saber: siete de las veinte localidades más habitadas de la Región han perdido población, entre ellas Valencia, con un descenso del 0,6% en los últimos 10 años, y Castelló de la Plana, que ha perdido nada menos que un 4,7%. de personas desde 2010.
Valencia, con 797.028 habitantes (frente a los 792.492 de 2012) duplica la población de Alicante (334.678), la única de las tres capitales de provincia que ha experimentado un aumento de población, aunque ha sido mínimo. Tiene un 1,1% más de habitantes respecto a 2012. Elche ha ganado un 2,1% de empadronados, mientras que la ciudad de Torrent, la quinta más poblada de la Comunidad Valenciana, cuenta ya con un 4,5% más de habitantes que hace una década. Otro aumento que llama la atención es el de Sant Vicent del Raspeig, con más de 4.000 habitantes ganados.
En términos negativos, destaca el caso de Torrevieja, el municipio valenciano que más población ha perdido de media, con casi un 20% de descenso demográfico, con un total de 82.842 vecinos empadronados a 1 de enero de 2021. Pero tiene su explicación: la La principal causa es la depuración del censo ordenada por el INE al detectar que durante años se incorporaban residentes extranjeros sin que posteriormente se constatara su efectiva baja del padrón, con lo que la estadística no podía sino aumentar. Es decir, cuando los residentes empadronados salieron del municipio, no lograron darse de baja del padrón, por lo que la población parece aumentar, falsamente. El fuerte descenso se ha producido en otras ciudades turísticas como Orihuela por el mismo motivo, ya con 78.940 residentes a 1 de enero de 2021. En segundo lugar, existe un número desconocido de residentes extranjeros que regresaron a sus países de origen durante la crisis económica, un tendencia que se ha sumado recientemente a la reducción de población en el caso de los británicos debido al Brexit.
Había 4.743 británicos registrados en Torrevieja el 1 de enero de 2021 y 10.025 británicos registrados en Orihuela, lo que representa el 5,72% y el 12,7% de la población, respectivamente. En el censo de 2011, hace una década, había censados 102.136 vecinos de Torrevieja, de los cuales 12.994 eran británicos, el 12,7% de la población, un porcentaje exacto del que hay hoy en día en Orihuela. En Orihuela en el censo de 2011 había 88.714 residentes empadronados, de los cuales 18.130 eran británicos, un 20,4% de la población.
La provincia de Castellón ha perdido cerca de 10.000 empadronados respecto a 2012 (ha pasado de 604.564 a 590.616 habitantes). El 75% de sus municipios han visto disminuir su población en los últimos 10 años y la mayoría son del interior, cada vez más despoblados. En concreto, poco más de una treintena de localidades ganan vecinos o se quedan igual. Mayoritariamente lo realizan municipios de tamaño medio como Moncofa, Almassora, Benicarló, Almenara, Benicàssim, Sant Jordi, Vinarós, Borriol o Cabanes, y en menor medida Vila-real.
Por otro lado está la situación por la que atraviesan muchas poblaciones del interior. Son los pueblos más alejados de los grandes núcleos comarcales de referencia (los más aislados), los de menor dotación y los situados en comarcas claramente regresivas, como el Alto Mijares, o con núcleos rectores que atraen habitantes (Els Ports, con Morallea y Villafranca y otras localidades que siguen siendo atractivas por su tamaño). Hay municipios que en una década han perdido la cuarta parte de su barrio.
La provincia de Alicante tiene unos 42.000 habitantes menos (de 1.943.910 a 1.901.594), aunque el número de localidades en las que se ha producido un descenso demográfico se reduce en este caso a la mitad.
En la provincia de Valencia la cifra es más equilibrada, ya que en 109 municipios se ha producido un aumento de los padrones y en 154 se ha producido un descenso de población. Gandía, la octava ciudad más poblada de la Comunidad Valenciana, ha perdido en esta década un 3,9% de sus habitantes, mientras que otras grandes ciudades como Paterna y Burjassot han ganado un 6,7% y un 1,8%.
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