Dirk Nowitzki se paró junto a su hijo Max, ambos listos para presionar el botón que reveló la estatua de la estrella retirada de los Dallas Mavericks fuera de la arena del equipo.
Ya se había revelado que la estatua tendría la pose característica de Nowitzki saltando hacia atrás con un pie encima. No es que hubiera ninguna duda.
«El tiro desde la distancia, hacia el cielo, creando cualquier tipo de lluvia», dijo el entrenador de Los Angeles Lakers, Darvin Ham, cuyo equipo jugó contra Dallas el domingo de Navidad después de la ceremonia.
Cerca del American Airlines Center hay una calle que lleva el nombre de Nowitzki y su camiseta ya está en el techo de la arena. Ahora una estatua de más de siete metros fue presentada en la plaza sur de la Arena en una mañana soleada, pero fría.
“Fue emotivo”, dijo Nowitzki, quien es el único jugador en la historia de la NBA que ha pasado 21 temporadas con la misma franquicia. “Cuando se levantó sintió que el sol era perfecto, brillando directamente sobre él”.
El mayor de los múltiples honores para reconocer la carrera de Nowitzki llegó en el 11° aniversario del único otro partido navideño de los Mavs.
En ese momento el alemán era la cara de la franquicia y en la temporada 2011-12 defendió el único título que ha ganado el equipo.
La nueva cara del equipo, la estrella Luka Doncic, de 23 años, vio la ceremonia desde atrás de Nowitzki, junto con sus compañeros y el entrenador Jason Kidd, quien jugó con Nowitzki.
Su familia viajó desde Alemania con Holger Geschwindner, el mentor de Nowitzki. El exjugador de 44 años repitió varias veces lo mucho que significó tener a su madre y a su padre en la ceremonia.
El evento se produjo cuatro días después de que Nowitzki fuera incluido en el Salón de la Fama junto con el entrenador de San Antonio, Gregg Popovich, el escolta retirado de los Spurs, Tony Parker, y Dwyane Wade, quien venció a Nowitzki con Miami en las Finales de 2006 antes de perder contra él en 2011.
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