Una misión liderada por dos arqueólogos españoles en la ciudad egipcia de Luxor ha sido informada a las autoridades egipcias por El presunto acoso y explotación sufrido por tres de los becarios durante los últimos meses en el marco de una campaña que no pudo realizar excavaciones porque no obtuvo permisos del Ministerio de Antigüedades egipcio. Los responsables, contactados por este diario, niegan los hechos.
El proyecto en el centro de la controversia es la misión española visir Amenhotep Huy dirigida desde 2009 por Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman. Desde entonces, la expedición ha excavado un lugar de enterramiento situado en la necrópolis de Asasif, cerca del templo de Hatshepsut, en Luxor, la antigua Tebas faraónica. La denuncia cuestiona, según el testimonio de las jóvenes, la ética del proyecto que obliga a becarios y estudiantes a cubrir personalmente los billetes de avión y el alojamiento, además de realizar varios pagos a los responsables del proyecto como requisito indispensable para su participación en el proyecto. mismo.
«Mientes descaradamente»
Contactado por el independiente, Martín Valentín ha negado los hechos descritos. “El contenido de mi primera lectura de la demanda es que absolutamente todo está distorsionado. «Mienten descaradamente», declaró tras asegurar que necesita tiempo para «hacer averiguaciones». “Esta es la primera vez que me pasa esto en 24 años de trabajar aquí. Los demás miembros del grupo siguen trabajando sin problemas. Por cierto, ninguna de las personas que han planteado esta demanda es española”, apunta el codirector. “Hemos hecho un trabajo sin tacha alguna. Sólo puedo pensar que esto va demasiado bien y hay alguien interesado en que salga mal”. Las autoridades egipcias consultadas por este diario han confirmado la existencia de la denuncia. «Seguimos investigando la denuncia. Lamento no poder decir nada antes de terminar», dicen fuentes del Ministerio de Antigüedades.
La falta de permisos para excavar y la negativa a devolver el dinero aportado por los estudiantes provocaron los primeros enfrentamientos. “A principios de año Francisco y Teresa presentaron la convocatoria. Buscaban restauradores, historiadores y arqueólogos. Presenté la solicitud y me enviaron las condiciones, incluyendo las cantidades a pagar. En una videollamada, Teresa me explicó que los nuevos socios debían hacer una donación de 2.100 euros. Inicialmente había que pagar 650 a través de la plataforma GoFundMe (utilizada para una iniciativa de crowdfunding) y, al llegar a Luxor, pagabas el resto”, cuenta. el independiente una de las jóvenes que ha denunciado las condiciones sufridas. El proyecto, organizado en el marco del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto que presiden ambos directores, Cuenta con las universidades de Málaga y Sevilla como colaboradoras y cuenta con el patrocinio de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, entre otras.
Se niegan a devolver pagos tras la cancelación de la excavación
Una vez cerrada su incorporación, fue agregada a un grupo de WhatsApp donde la dirección del proyecto comunicaba la noticia. A mediados de agosto pasado la situación empezó a torcerse. «Recibimos un comunicado de Francia informando de la falta de permisos para el inicio de la XVI Campaña, citando problemas internos del Comité Permanente», dice el documento en poder de las autoridades egipcias, que están investigando la denuncia. Ante el escenario de una campaña sin excavación, parte del grupo decidió no asistir, asumiendo el coste de la cancelación de los vuelos. La dirección de la misión se negó entonces a devolver las cantidades aportadas por los becarios y estudiantes.
“Lamentablemente ahora tenemos que pagar el resto de las cinco casas que no vamos a usar, y los chalecos, camisetas, mochilas, etc., que no vamos a usar, el material de restauración que no vamos a usar. utilizar, material para la excavación que no vamos a utilizar. no vamos a utilizar. Y muchas otras cosas que nos comprometemos o compramos en marzo-abril”, argumentó el codirector. “Les insta a intentar recuperar algunos de los billetes de avión y Teresa procede a expulsar a las personas del grupo de WhatsApp sin dar más explicaciones sobre las devoluciones”, enumera la carta enviada a las autoridades.
«Nosotros, que venimos de América y por tanto tenemos vuelos intercontinentales, no tenemos la posibilidad de devolver el dinero, y sabiendo que ya se había hecho una inversión monetaria considerable, tomamos la decisión de venir con base en la propuesta de actividades de formación académica en situ Es importante mencionar que en la propuesta del 19 de septiembre, Teresa Bedman señala respecto de los pagos que. ‘Quienes decidan venir a Egipto deberán entrar o pagar en mano, 250€ a cuenta del segundo pagoel cual se completará allí, en caso de que se obtengan los permisos’”.
En tareas administrativas y personales
Una vez en el terreno, la promesa de clases de formación se desvanece por completo, según el testimonio de los denunciantes. “Al día siguiente de llegar a Luxor, se requiere cobrar el resto de los montos para participar en la campaña, esto sin siquiera tener los permisos. Posteriormente, durante los días siguientes, nos asignan a trabajar en su casa; Estos trabajos no son formativos ni docentes sino que consisten en tareas administrativas y personales para Teresa y Francisco. Estas jornadas laborales las realizamos con nuestros portátiles y el uso de datos móviles personales, a pesar de la constante petición de la conexión wifi del hogar. Este trabajo se realiza todos los días, sin respetar el día de descanso, el viernes.«, detalla la denuncia.
Los estudiantes solicitan una excursión para visitar alguno de los yacimientos del patrimonio faraónico. “Nos lleva a esna el viernes 8 de noviembre. Sin embargo, los costos de transporte y entrada personal los asumimos nosotros”, indican. “Durante nuestra estancia, a pesar de solicitarlo, no fuimos acompañados ni guiados a ningún lugar de interés arqueológico. Tampoco hay sesiones de estudio, docencia, cursos de formación o prácticas. Tampoco se abren espacios para seguir nuestras carreras profesionales. Ante estas situaciones y las condiciones laborales contrarias a lo pactado previo al viaje, se generan inconformidades y molestias, sobre todo por la falta de claridad de los permisos, que repetidamente nos dijeron que iban a llegar y estaban siendo gestionados», añaden.
Una situación que lleva a los denunciantes a pedir «reestructurar la forma y los horarios de trabajo para tener la oportunidad de conocer los sitios arqueológicos». “Su respuesta fue negativa y agresiva: nos dijeron que ese era el trabajo que había que hacer y que si no nos gustaba, tomáramos nuestras maletas y volviéramos a nuestros países”, dicen. “Nos dicen que no nos pagan por hacer turismo y que si venimos de vacaciones estamos desubicados. Reafirmamos que esta no es la propuesta ni las intenciones de nuestro viaje y citamos sus propias palabras del 19 de septiembre donde se prometen actividades de formación académica, las cuales no han cumplido.»
«Nos pidieron que saliéramos de casa»
La dirección de obra sugiere que “si no hay permisos durante la semana del 17 de noviembre, la mejor decisión es salir de casa para no crear mal ambiente y malestar”. Según los denunciantes, la situación acaba con la expulsión de su alojamiento. “Para nosotras, la decisión repentina de los directores de prácticamente expulsarnos de su casa, de nuestros alojamientos, sin importarnos que somos mujeres jóvenes, extranjeras, muy lejos de casa y sin tiempo ni posibilidades de modificar nuestras fechas de regreso por costos, Fue sorprendente. En nuestro caso todavía nos quedaban dos semanas y un mes y medio de estadía y ya nos habían quitado el dinero que supuestamente incluía el pago del hospedaje”.
Los denunciantes optan por “solicitar la devolución del importe previamente pagado según las condiciones dadas por Teresa Bedman”. “Le informamos a los directores del proyecto sobre la decisión de abandonar las actividades que veníamos realizando los días anteriores, por considerarlas injustas, fraudulentas y de carácter personal (no relacionadas con la campaña), ya que habíamos pagado por una campaña que no era llevado a cabo. Ante esto, Francisco y Teresa nos exigen que abandonemos la casa (que habíamos pagado), que entreguemos las llaves y nos exigen la firma de un documento”, detallan. Durante el día siguiente, ambos directivos envían constantes mensajes y llamadas pidiéndoles que firmen una carta en la que se niegan a exigir la devolución del dinero. En uno de los mensajes, “Francisco menciona que si no firmamos, seremos denunciados a la policía, harán una denuncia de desaparición y se harán las investigaciones pertinentes”. Dos de los denunciantes acaban firmando el documento, rechazado por otro.
Los demandantes afirman “haber pagado efectivamente 500 y 900 euros por su participación”. “Se desconoce el uso de este dinero ya que no existían permisos, por lo que nos parece fraudulento su cobro”que superó los 15.000 euros. “Conocemos diversos testimonios de personas que formaron parte del proyecto y pasaron por malas situaciones y cobros fraudulentos; nos obligaron a firmar documentos bajo presión y coacción; Nos ha mentido constantemente sobre el estado de los permisos y sobre otras campañas; Acudimos a realizar actividades de tipo “escuela de campo” y en cambio, nos pidieron que trabajáramos en torno a los proyectos personales de Teresa y Francisco; Actualmente se encuentran publicando en Facebook e Instagram simulando actividades de documentación de la campaña, mientras suben fotografías de la campaña 2023 como si fuera la campaña 2024; y han incumplido los acuerdos antes mencionados para la realización de actividades académicas en espera de los permisos de excavación”, concluye la nota.