Ante el aumento de las tensiones en Kosovo, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, ordenó a su ejército que estuviera “al nivel del uso de la fuerza armada”. La presencia militar en la zona fronteriza aumentará de 1.500 soldados a 5.000.
El ejército serbio estaba en alerta máxima en la noche del 26 de diciembre después de las recientes tensiones en Kosovo, donde se produjeron tiroteos y explosiones y se levantaron barricadas.
“El presidente de Serbia […] ordenó al ejército serbio que esté al más alto nivel de preparación para el combate, es decir, el nivel del uso de la fuerza armada”, dijo el ministro de Defensa serbio, Milos Vucevic, en un comunicado de prensa.
El general Milan Mojsilovic, jefe de los ejércitos serbios, anunció que había sido enviado por el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, a la línea de demarcación administrativa con la región de Kosovo.
«La situación allí es complicada», dijo el jefe de gabinete a la televisión Rosa la noche del 26 de diciembre, de camino a Raska, a diez kilómetros de Kosovo. Agregó que la situación requería «la presencia del ejército serbio a lo largo de la línea administrativa».
120.000 serbios en Kosovo
El Ministerio del Interior de Serbia informó que «todas las unidades» estarían «inmediatamente bajo el mando del Jefe del Estado Mayor».
Finalmente, el Ministro de Defensa aclaró que el Jefe de Estado había ordenado reforzar la presencia militar serbia en la zona de los 1.500 soldados actuales a los 5.000.
La provincia serbia de Kosovo proclamó unilateralmente su independencia en febrero de 2008. Ahora es reconocida por Estados Unidos y muchos países occidentales, pero no por China, Rusia, India o España. Belgrado apoya a la comunidad serbia en esta región poblada mayoritariamente por albaneses, en un momento en que Pristina quiere establecer su soberanía sobre todo el territorio.
Varios cientos de serbios de Kosovo han levantado barricadas en el norte de Kosovo desde el 10 de diciembre para protestar contra el arresto de un ex policía serbio, paralizando el tráfico hacia Serbia.
Desde entonces, las tensiones han aumentado constantemente entre parte de la comunidad serbia de Kosovo, que ha levantado barricadas en la frontera, y las fuerzas de Kosovo.
A principios de noviembre, cientos de policías serbios integrados en la policía de Kosovo, así como jueces, fiscales y otros funcionarios públicos abandonaron masivamente sus puestos, en protesta por una decisión, ahora suspendida por el gobierno de Pristina, de prohibir a los serbios que viven en Kosovo utilicen matrículas emitidas por Serbia.
La situación con Kosovo está «al borde del conflicto armado», estimó a mediados de diciembre la primera ministra serbia, Ana Brnabic.
