Como nutricionista, suelo ver en consulta a personas que relacionan las conservas con alimentos ocasionales, alimentos que debemos evitar. Sin embargo, hay algunos que tienen excelentes valores nutricionales.
¿Qué me dirías de un alimento rico en proteínas, hierro, zinc, calcio, vitamina B12, ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, vitamina D…? No está mal, ¿verdad? Pues se trata ni más ni menos que de una lata muy típica desde hace años: sardinas en aceite.
Las sardinas en aceite son un gran aliado, esto te lo digo como nutricionista.
Al igual que las sardinas frescas, es un pescado azul con un alto contenido proteico de alto valor biológico. Además, contienen minerales, destacando el selenio, fósforo y calcio.
Este calcio lo encontramos principalmente en su espinazo, que es fácilmente comestible en el caso de las sardinas en conserva. Además, se puede absorber mejor, ya que también contienen vitamina D, que ayuda a la absorción del calcio.
Por todo ello, las sardinas serán especialmente recomendadas para aquellas personas que no consuman lácteos y otros alimentos ricos en calcio. Pensemos que el calcio siempre ha estado ligado a la leche, pero una ración de sardinas tiene mayor cantidad de calcio que un vaso de leche.
Por último y en menor cantidad encontramos otros minerales como el zinc, hierro, magnesio y potasio. En cuanto a las vitaminas, también tenemos la vitamina B12.
Los alimentos enlatados no son igualmente saludables y nutritivos para todos
Sí, es cierto que habrá casos en los que habrá que tener especial cuidado. Esto sucede porque, al estar conservada en aceite, su contenido en grasa es superior al de la sardina fresca.
Debido a esta cobertura de aceite de oliva, aumenta el aporte de ácidos grasos mono y poliinsaturados, siendo el contenido de Omega-6 mayor que el de Omega-3. Es un alimento muy recomendable, aunque en determinados casos habrá que hacer pequeños matices. Me refiero a personas con colesterol alto.
Aunque el pescado aumenta menos el colesterol en sangre que otros alimentos de origen animal debido a su menor contenido en ácidos grasos saturados, aun así hay que tener cuidado.
Además, el contenido en sodio es muy alto, ya que se utiliza sal para conservarlos. Por este motivo, también habrá que vigilar el consumo de sardinas en aceite en personas con hipertensión arterial, problemas cardiovasculares y retención de líquidos.