En las últimas décadas, los avances en la prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer han permitido disminuir la mortalidad asociada a esta enfermedad. Gracias a estos avances, el número de personas que sobreviven tras un diagnóstico de cáncer ha aumentado considerablemente en todo el mundo.
Sin embargo, este aumento plantea nuevos retos, tanto para los pacientes, que tienen que hacer frente a una serie de necesidades y efectos secundarios que surgen tras el diagnóstico y tratamiento del cáncer, como para los sistemas de salud, que tendrán que adaptarse para abordar eficazmente estas nuevas realidades con un enfoque multidisciplinar y centrado en el paciente.
Vivir después de un diagnóstico de cáncer puede ser un desafío
Según estimaciones de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, en 2020 se diagnosticaron 19,3 millones de nuevos casos de cáncer en todo el mundo, con un aumento proyectado del 47% en 2040, alcanzando un total de 28,4 millones de pacientes.
Los datos del estudio EUROCARE-6 indican que en Europa hay 23,7 millones de personas con antecedentes de cáncer. Sin embargo, estas cifras pueden estar subestimadas.
En España se registraron más de 282.000 casos nuevos en 2020, con una prevalencia total de 2.265.152 personas, es decir, pacientes que viven tras un diagnóstico de cáncer, independientemente de que estén recibiendo o no tratamiento.
Redefiniendo el concepto de superviviente de cáncer
El concepto de “superviviente de cáncer” ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. La definición adoptada por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), reflejada en la reciente guía Recomendaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica para la evaluación y atención integral de las necesidades de los supervivientes de cáncer, abarca toda la vida del paciente desde el diagnóstico. Esta definición amplia, en línea con las de la Sociedad Europea de Oncología Médica y la Sociedad Americana del Cáncer, reconoce que la supervivencia no solo implica la ausencia de la enfermedad, sino también los diferentes estadios que se presentan tras el diagnóstico de cáncer.
Entendiendo que la situación de los sobrevivientes de cáncer varía en relación al diagnóstico y tratamiento, se han definido varias fases de supervivencia:
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Agudo: período inmediatamente posterior al diagnóstico y durante el tratamiento inicial).
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Transicional: fase posterior al tratamiento inicial.
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Extendido: tratamiento a largo plazo en pacientes con cáncer avanzado, o tratamiento de mantenimiento en pacientes sin enfermedad.
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Permanente: pacientes libres de cáncer y sin tratamiento.
Necesidades y efectos secundarios: un nuevo obstáculo tras el diagnóstico de cáncer
A pesar de los avances, los supervivientes de cáncer se enfrentan a numerosos retos, entre ellos nuevas necesidades y efectos secundarios que pueden surgir tras el diagnóstico o el tratamiento y que persisten durante meses o incluso años. Estos problemas pueden afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes e incluyen aspectos físicos, psicológicos, sociales, laborales y económicos.
En algunos casos, los pacientes pueden experimentar efectos secundarios derivados del tratamiento, como entumecimiento en las manos y los pies relacionado con la quimioterapia. Sin embargo, en otros pacientes, las principales dificultades no estarán directamente relacionadas con el tratamiento, como el miedo a la reaparición del cáncer o problemas sociales o laborales relacionados. Estos pueden conducir, en ocasiones, a un mayor aislamiento social, una reducción de la jornada laboral o incluso a una jubilación anticipada.
Además, la vigilancia de los supervivientes es crucial para detectar precozmente las recurrencias, así como la promoción de la salud para prevenir la aparición de nuevos cánceres u otros problemas de salud.
Oncología, medicina familiar y enfermería, pilares de la atención
En la actualidad, existen pocos especialistas con formación específica en el manejo y atención de los efectos secundarios y las necesidades particulares de los supervivientes de cáncer. En España, el modelo asistencial está liderado generalmente por oncología, ya sea de forma individual o compartida con medicina de familia y enfermería.
Sin embargo, este enfoque a menudo no logra cubrir por completo el amplio espectro de necesidades de los sobrevivientes, por lo que se están explorando modelos de atención que podrían ofrecer un enfoque más integral y eficiente, y se están creando unidades específicas.
Los modelos multidisciplinares deben incluir profesionales de la psicología, la nutrición, el trabajo social, la fisioterapia y los especialistas en ejercicio, entre otros, para abordar las necesidades específicas de cada paciente. Este enfoque promueve la educación y la colaboración entre especialistas y enfatiza la importancia de la atención individualizada.
Investigación más allá del cáncer
La investigación sobre la supervivencia al cáncer ha sido tradicionalmente limitada, pero ahora se reconoce la necesidad de priorizar este campo para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La Sociedad Española de Oncología Médica recomienda la creación de varias áreas de trabajo e investigación, entre las que se incluyen el conocimiento en profundidad de las necesidades no cubiertas de los supervivientes de cáncer en España, la implementación de modelos de atención multidisciplinares, la formación de los profesionales sanitarios, así como la educación y participación activa de los pacientes en su atención sanitaria.
Si bien el aumento de sobrevivientes de cáncer es una consecuencia de los avances médicos, también representa un desafío importante para los sistemas de salud. Es fundamental desarrollar estrategias integradas y personalizadas que no solo aborden la prevención y detección del cáncer, sino también los efectos secundarios y las necesidades de la enfermedad y su tratamiento.
Con una atención adecuada, continua e individualizada, es posible mejorar significativamente la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer, permitiéndoles vivir plenamente más allá del diagnóstico.