El CNI no debe ser parte de la negociación política
EDITORIAL
La reforma del control judicial del servicio de inteligencia que el PNV va a proponer a Sánchez perjudica el funcionamiento del centro y, por tanto, uno de los pilares sobre los que se sustenta nuestra seguridad.
Suele ocurrir que el PNV muestra un especial interés en reformar el control judicial al que está sometido el Centro Nacional de Inteligencia. Esta legislatura vuelve con una iniciativa parlamentaria, apoyada por el resto de socios de Gobierno (Junts, ERC, Bildu), y que en resumen supondría aumentar el número de jueces destinados (de uno a tres) a la supervisión de la actividad de los agentes del CNI de modo que cualquier autorización de intervención tendría que contar con la mayoría de esta ‘tríada’ judicial, lo que debilitaría la eficacia de nuestros servicios de inteligencia. Hasta el momento, el PSOE se ha mostrado contrario a que se considere una iniciativa que perjudique el funcionamiento del centro y, por tanto, uno de los pilares sobre los que se sustenta nuestra seguridad. Dada la anemia de apoyos que tiene Sánchez en el Congreso, no es descartable que acepte discutir la medida como moneda de cambio para que la legislatura llegue a su fin. La labor del CNI debe estar sujeta a una especial protección y la actividad de inteligencia nunca debe formar parte de una negociación política.
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