Google, el famoso motor de búsqueda de Internet, ahora conoce el riesgo de sufrir un infarto. Un equipo de investigación de Google Street View, el servicio digital de Google Maps que proporciona imágenes a pie de calle, ha realizado un amplio estudio sobre el riesgo cardiovascular de las personas en función de su lugar de residencia. El trabajo ofrece datos tan llamativos y ha sido realizado con tal rigor que ha merecido su publicación esta semana en la revista científica ‘European Heart Journal’, editada por la Sociedad Europea de Cardiología. Las investigaciones advierten que el lugar de residencia determina de forma concluyente la posibilidad de sufrir un accidente vascular.
Cuestiones como el tipo de edificios habitados, los espacios verdes que los rodean, la forma en que se construyeron las aceras y las vías, aunque cueste creerlo, informan sobre la enfermedad de las arterias coronarias. Todos estos factores ayudan a predecir el riesgo de cualquier vecino en un entorno con una probabilidad de éxito nada menos que del 63%.
La más conocida de las enfermedades cardiovasculares es la enfermedad coronaria, que se produce cuando un tapón de grasa bloquea el paso de la sangre por las arterias que bañan el corazón y, en consecuencia, se produce una insuficiencia cardíaca. Pero también se pueden desencadenar de esta misma forma otras patologías como la trombosis o el infarto cerebral.
Previsiones poco halagüeñas
Los investigadores aseguran en su estudio que Google Street View no sólo puede proporcionar a las instituciones información clave sobre cómo se deben desarrollar las ciudades para evitar riesgos para la salud, sino que puede ayudar a construirlas o adaptarlas para que sean más saludables. El profesor Sanjay Rajagopalan, del Harrington Vascular Institute y de los hospitales Case Western Reserve University, en Ohio (Estados Unidos), afirma que en su país (como se ha dicho alguna vez de España) el código postal permite predecir mejor las enfermedades cardíacas que saber las medidas de prevención que cada uno adopte. «El entorno, natural o construido, influye en la patología», afirma.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron más de medio millón de imágenes de ciudades estadounidenses y datos sobre las tasas de enfermedad coronaria en todas ellas. Tomaron en cuenta las características de cada barrio. «Con los retos que se avecinan, el cambio climático y la previsión de que el 70% de la población viva en ciudades, comprender los entornos urbanos es ya una necesidad sanitaria», advierten los autores del trabajo.