El ‘cometa del siglo’, visible a simple vista en su único acercamiento a la Tierra

Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El cometa C/2023 Tsuchinshan-ATLAS, también conocido como el ‘cometa del siglo’, podrá observarse en su primera y única aproximación a la Tierra a simple vista a partir de mañana y hasta mediados de octubre.

Habrá dos periodos en los que las condiciones de observación serán ideales: del 27 al 29 de septiembre, antes de que las primeras luces del alba impidan verlo, mirando hacia el horizonte hacia el este; y del 10 al 12 de octubre, después del atardecer, en este caso mirando hacia el oeste.

A partir del 12 de octubre, explica a Efe Alfred Rosenberg, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el cometa será más visible a medida que se aleje del Sol, pero irá perdiendo brillo progresivamente.

Una de las particularidades del ‘cometa del siglo’, destaca Rosenberg, es que su órbita es hiperbólica, a diferencia de la de la mayoría, que es parabólica, y va en dirección contraria a la rotación de los planetas que giran alrededor del Sol; es decir, “viene hacia nosotros”.

Se estima que lo más cerca que estará de la Tierra será el 12 de octubre, a aproximadamente media unidad astronómica, unos 70 millones de kilómetros.

Los expertos confían en que se trata de uno de los cometas más brillantes de las últimas décadas por varias razones: su aproximación, su tamaño, aproximadamente 5 kilómetros de diámetro, y porque probablemente se trata de un cometa “primerizo”, lo que significa que tiene mucho hielo en su superficie que es fácil de evaporar.

Hasta el momento, las mejores imágenes de este cometa, que fue descubierto el 22 de febrero de 2023 desde Sudáfrica, han sido tomadas desde el hemisferio sur, pero debido a su trayectoria, se espera que en los próximos días sea más visible desde el hemisferio norte.

Para verlo desde Canarias, Rosenberg aconseja poner el despertador a las 6.50 horas y mirar al este hacia el horizonte, por donde sale el Sol, lo que será “más que suficiente para verlo”.

Quienes lo hagan verán en el cielo “no un punto brillante, sino más bien una coma, una pequeña mancha y posiblemente una cola sutil en dirección opuesta al Sol”. Sin embargo, su movimiento será imperceptible para el ojo humano.