“Si quieres puedes y viceversa”. Esta máxima recurrente no aparece en ningún lugar del Reglamento de las Cortes, pero sí en toda su filosofía y es manejada por todos los responsables de sus grupos parlamentarios y de la propia institución. Junts, el partido de Carles Puigdemont, anunció el lunes el registro de una proposición no de ley para que el Gobierno acepte e impulse por sí solo una cuestión de confianza contra Pedro Sánchez, pero la Mesa del Congreso, órgano que dirige la Cámara Baja, no lo hará incluso admitirlo a trámite en su próxima reunión, el próximo martes. El Ejecutivo y el PSOE no lo entienden ni lo comparten y utilizarán su mayoría en la Mesa, con Sumar, para tumbar de entrada el primer paso de esa iniciativa, algo muy insólito. La Junta se armará de informes de letrados jurídicos del Congreso con varios precedentes para afirmar que la propuesta ha sido mal tramitada y persigue «una moción de confianza oculta».
El líder de Junts, Carles Puigdemont, que permanece en Bruselas sin acogerse a la ley de amnistía, ya avisó el lunes de que tomará nota y actuará en consecuencia si el PSOE no considera su propuesta de organizar una cuestión de confianza contra Sánchez, algo que Sólo puede ser planteado por el propio Presidente del Gobierno, tal y como establecen los artículos 112 de la Constitución y 173 y 174 del Reglamento del Congreso.
La Mesa del Congreso, que es la que acepta y califica los temas a discusión para agendarlos en el calendario parlamentario, no ha abordado este martes este tema, que será tratado en la sesión de la próxima semana. Y la previsión es que ni siquiera sea tomada en consideración y no pase ese primer filtro, algo que no es habitual en las propuestas de los distintos partidos y que difícilmente ocurre en los casos de algunas formaciones de izquierdas, como Podemos. o EH Bildu, cuando requieran determinadas iniciativas relativas al control del Rey o de la Casa Real y que se entiendan fuera del ámbito de control parlamentario. Hay algunos precedentes más, y serán rescatados para esta ocasión. Lo normal es que las propuestas sean aceptadas en la Mesa para su posible discusión y luego, si la mayoría no las considera viables, sean boicoteadas y congeladas por la Junta de Portavoces o en las distintas comisiones.
Abogados del Congreso ya están preparando un informe para sustentar esta tesis en este caso y contiene varios precedentes en los que varios partidos intentaron implementar propuestas mal procesadas. Sucedió con el propio PSOE, que presentó el 19 de septiembre de 2013 una “moción resultante de un interrogatorio urgente al presidente del Gobierno sobre la política general del Gobierno en materia de rendición de cuentas ante el Parlamento” que no fue admitida porque bajo el manto de aparentar una desaprobación Del entonces presidente, Mariano Rajoy, acosado por casos de corrupción, de hecho se formuló una “moción de censura encubierta”.
En la mesa del Congreso de este martes, Vox había registrado una propuesta para que el Rey disolviera las Cortes al amparo del artículo 115.1 de la Constitución «para que los españoles puedan elegir un nuevo Gobierno convocando elecciones generales» y la justificaba en los actuales casos de corrupción que según a su criterio «comprometen presumiblemente al Gobierno, al PSOE y a la comitiva del presidente». La Junta la ha rechazado con el mismo criterio de moción de censura encubierta e incluso el PP, que cuenta con tres miembros en ese órgano, ha defendido que Vox debería reformular su contenido.
La reivindicación de Junts con esta cuestión de confianza no cuenta actualmente con ningún apoyo explícito y expreso en el Congreso, ni siquiera de Vox. Varios partidos, de la oposición y también de la alianza de investidura, como Podemos, han criticado y cuestionado su confianza en el trabajo del actual presidente, pero ninguno ha validado la salida de Puigdemont, y menos en este momento. El portavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, aprovechó para reclamar al PSOE el ansiado giro hacia la izquierda para «reconstruir» su relación. La portavoz de Vox, Pepa Millán, no quiso adelantar públicamente qué harían en esa hipotética votación que calificó de «fuego total» tras recalcar que tanto Sánchez como Puigdemont no son de fiar, pero inmediatamente tachó a Junts de «un partido golpista». .” En Sumar, los comunes y Compromís siguen comprometidos con mantener la mayoría de la investidura.
El portavoz del PP, Miguel Tellado, «dio la bienvenida» retóricamente a Puigdemont y Junts «al muro» de los grupos que desconfían de Sánchez en todo, pero para reiterar una vez más su catarata semanal de acusaciones sobre todo tipo de corrupción contra el Ejecutivo y Sánchez, a quienes se identificaba con la peor agenda del radicalismo y la independencia. Fuentes de la dirección del grupo popular también han admitido que la propuesta de Junts no estaba bien estructurada.
El representante del PSOE, Patxi López, compareció para responder a todas las acusaciones de Tellado, alardear del trabajo legislativo del Gobierno en estas especiales circunstancias parlamentarias y resaltar que a pesar del ruido Junts ha apoyado hasta el momento las 26 leyes y decretos aprobados en este primer año de mandato.