José Luis Ábalos, que fue ministro de Transportes entre 2018 y 2021, está acusado de participar en una red de corrupción que involucraba contratos para la compra de mascarillas y material sanitario entre marzo y junio de 2020 durante la pandemia de Covid-19.
El Tribunal Supremo de España inició una investigación el mes pasado contra el ex miembro del círculo íntimo de Sánchez por corrupción, desvío de fondos y mal uso de su cargo.
«No hubo comisiones, como ya he dicho en muchas ocasiones», dijo Ábalos a los periodistas tras ser interrogado por un juez de instrucción del juzgado de Madrid, añadiendo que había aportado documentos «que así lo acreditan».
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«Creo que he aportado las aclaraciones necesarias», afirmó Ábalos, que solicitó la audiencia para poder defenderse de las acusaciones.
Según un documento judicial consultado por la AFP, Ábalos habría recibido una «compensación económica» por sus servicios en forma de una casa en Cádiz, Andalucía, ofrecida por la empresa que recibió los contratos de material médico.
La misma empresa también habría pagado el alquiler de un piso en Madrid a una mujer con la que el exministro «aparentemente tenía vínculos», según el documento.
El escándalo es muy sensible políticamente para Sánchez, quien ha sido acusado por la oposición de derecha de haber estado al tanto y de haber encubierto todo el asunto.
Ábalos, a quien Sánchez destituyó de su cargo en julio de 2021, fue expulsado del Partido Socialista en febrero cuando el asunto estalló.
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Todavía es miembro independiente del parlamento.
La esposa de Sánchez, Begoña Gómez, también enfrenta su propia investigación por presunta corrupción y tráfico de influencias, que el primer ministro ha caracterizado como un esfuerzo por socavarlo a él y a su gobierno de izquierda.
Debe ser interrogada ante el tribunal el 18 de diciembre.