Juan Carlos I está rodeado de guardaespaldas, y a estos los rodea un absoluto secretismo. Coincidiendo con una nueva visita del ex monarca a España, el Oficina en casa Una vez más ha guardado silencio sobre el coste del servicio de seguridad que le acompaña en sus visitas cada vez más frecuentes.
El emérito está en Sanxenxo. El avión procedente de Emirates, su refugio dorado, aterrizó el lunes por la tarde en el aeropuerto de Vigo bajo un dispositivo de seguridad integral y de allí partió hacia la ciudad de Pontevedra para participar en las regatas, una de sus aficiones favoritas. Esta es su 14ª visita a España desde que se instaló en Abu Dhabi.
El ministerio que dirige Fernando Grande-MarlaskaComo ha ocurrido en todos y cada uno de los viajes anteriores, asumió el dispositivo de seguridad que acompañará a Juan Carlos I durante toda su estancia en tierras gallegas.
¿Cuanto cuesta esto? Servicio de escolta para eméritos ¿En el marco de sus actividades de ocio? La pregunta se ha planteado varias veces en el Congreso y en la Consejo de Transparencia y Buen GobiernoSea en un escenario u otro, la respuesta a esa pregunta siempre ha sido la misma: silencio oficial.
Tras la llegada del emérito a Sanxenxo bajo estrictas medidas de seguridad dispuestas por el Estado, Público se puso en contacto con el ministerio el martes para solicitar información sobre este asunto.
«Lo sentimos, pero, Por razones de seguridad, El Ministerio del Interior nunca ofrece información sobre la protección de las personas ni es posible confirmar la Existencia de dispositivos específicos«, respondió la Oficina de Comunicaciones a este diario.
«Distorsión»
No es la primera vez que el Gobierno resuelve de esta forma una petición de datos sobre el emérito. El pasado mes de mayo, el Ministerio del Interior descartó facilitar información sobre El coste del dispositivo que rodea a Juan Carlos I Durante sus visitas a Sanxenxo, una petición que Maldito había formulado a través de la Portal de Transparencia y recibió la protección de dicho Consejo.
El Gobierno argumentó entonces que «los gastos en que incurrió el personal que componen los dispositivos de seguridad» están incluidos en el presupuesto asignado al Ministerio del Interior.
El Ejecutivo argumentó que “dada la cooperación y coordinación entre diferentes unidades, cualquier información parcial sobre este tema Estaría distorsionadocarente de sentido práctico.»
A su juicio, facilitar datos sobre el coste de la seguridad del emérito en sus viajes de ocio a España «colisionaría» con el «derecho fundamental» a la seguridad «ya que de su conocimiento podría deducirse un determinado dimensionamiento de los dispositivos, unidades y plantillas establecidas, generando un riesgo tanto para las personas protegidas en cuanto a los agentes participantes.»
«Riesgos o daños graves»
El Ministerio del Interior también recurrió a la Ley de Secretos Oficiales de la dictadura franquista, todavía vigente, para garantizar que en la materia clasificada como reservada se incluiría «la información sobre personal y medios», «de forma que se impida su divulgación a personas no autorizadas Podría generar riesgos o
daño grave para la seguridad y defensa del Estado.»
Sostiene también que “el nivel de confidencialidad otorgado a los planes de protección de las personas sujetas a él es Independientemente de su naturaleza militar o su pertenencia al ámbito de la Defensa”, por lo que no hay lugar a “discriminación basada en esta diferente condición”.