El PSOE de Andalucía pasa de acoger el congreso federal a estallar con Espadas en la picota

El PSOE andaluz está roto, diluido, enfrentado. No queda ni rastro del supuesto papel de anfitrión que debería desempeñar durante todo el fin de semana en el congreso federal de los socialistas que se celebra en el recinto ferial Fibes de Sevilla. Y la figura de Juan Espadas es puesta en la picota, sin nadie que lo defienda en público.

Los socialistas andaluces, la mayor federación del PSOE en términos de número de miembros, siempre han desperdiciado poder en cada congreso del partido. Sus números siempre han sido decisivos a la hora de sacar adelante un Ejecutivo o una resolución en la presentación. En este 41 cónclave no queda rastro. Sólo hubo una foto familiar, la madrugada del sábado. “En el proceso, hemos ido por ir” como señala un líder del partido curtido en décadas de militancia.

El socialismo andaluz ahora mismo es un reino de taifas. Y Espadas, que preside el congreso federal y dirige el partido en Andalucía, se encontró con el principal problema que podía surgir: la falta de apoyo de la dirección de Sevilla y Jaén. Los dirigentes provinciales, Javier Fernández y Paco Reyes, respectivamente, evitaron mostrar su apoyo al exalcalde de Sevilla. Hasta ahora eran las principales columnas sobre las que se sustentaba el liderazgo de Espadas. Y, además, son las dos personas con máximo poder en instituciones con sello socialista como lo son frente a las poderosas diputaciones provinciales.

Crítica en público y privado

Ni siquiera se ha respetado la máxima de no abrir el melón regional en un cónclave federal. Y hubo declaraciones ante los medios de representantes de algunas corrientes críticas con Espadas como Luis Ángel Hierro y Susana Díaz. La expresidenta andaluza, muy dolida por el actual secretario general del PSOE-A, cuya carrera política salvó en su día en el Ayuntamiento, incluso le señaló en el recinto ferial: «Lo que estoy haciendo es un llamamiento. El PSOE Andalucía tiene que ser un partido habitable, un partido respetuoso de la pluralidad de la organización. «No se puede perder tanto talento». Aunque ya no tiene el control de la organización, sí “lidera la cuota del 20%”, como señala un miembro andaluz con conexión directa con Ferraz. «Cuando ella aparece, hay sangre». dijo otro dirigente del PSOE-A.



Espadas no tiene como principal adversario al susanismo, sino al desencantado espadias. Algunos de los que le apoyaron cuando llegó a la Secretaría General confiesan ahora que el PSOE andaluz no está funcionando, que no hay repunte en las encuestas y la sensación de “Juanma Moreno está para rato”. Además, también culpan a Espadas de no saber gestionar las relaciones personales durante este tiempo.

Esa sensación de lejanía se ha instalado en todo el PSOE-A. Y es algo que se siente en primera persona: secretarios provinciales llegando solos, comidas continuas en restaurantes cercanos a Fibes donde se desarrollaban conspiraciones, división de las delegaciones provinciales. Incluso en el almuerzo del viernes Espadas dejó fuera al líder del PSOE de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix. Y, según varios asistentes, la cena de los delegados del PSOE andaluz de la noche del viernes también resultó incómoda. “Hubo burlas de todos lados”, dice uno de los dirigentes. “Tomé una cerveza y me fui”ilustra a otra persona con una posición en la cima del partido.

A pesar de esta tensión, Espadas no da señales de que vaya a marcharse. Siempre ha repetido que quiere ser el próximo candidato a la Junta de Andalucía y ha reivindicado cierto recorte en algunas encuestas. El sevillano siempre ha defendido que necesita tiempo para recomponer un partido muy dañado por la época anterior y por la forma de dirigir de Díaz.

Esperando a Sánchez

¿Y qué va a pasar de cara al congreso de febrero? Todo el PSOE-A mira directamente a una persona: Pedro Sánchez. El presidente no ha hablado públicamente de la candidatura, aunque en una reunión a puerta cerrada del Ejecutivo tras las elecciones europeas sí dijo que había un problema con el partido tanto en Andalucía como en Madrid. Sin embargo, también hay sectores del partido que interpretaron su nombramiento como presidente del 41 congreso como un gesto a favor del actual líder del PSOE-A. “Será imprescindible si haces alguna mención durante el discurso del domingo», explican varias fuentes del PSOE andaluz. Todo ello tras el “mal sabor de boca”, como invoca un dirigente, que dejó el propio discurso de Espadas durante el primer día del congreso.

Si es una realidad que el descontento con Espadas se ha extendido, hay otra: no hay ningún nombre que cuente con el apoyo de todas las críticas. Varios hacen eco en los pasillos del Congreso, empezando por el de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, aunque los dirigentes también sostienen que supondría destituir al Ejecutivo central. También empieza a sonar Javier Fernández, aunque hasta ahora ha sido el gran apoyo de Espadas. Y el tintineo también resuena en torno a Juan Francisco Serrano. Es jienense, mano derecha del Santos Cerdán en Ferraz y hombre de confianza de Paco Reyes. El también diputado en el Congreso, que ha sido uno de los organizadores del cónclave, tuvo que salir corriendo desde Sevilla el viernes al mediodía debido al nacimiento de su segundo hijo.

Aunque el futuro del PSOE-A es incierto, el socialismo andaluz, en cambio, recuperó su pasado con la participación como invitados al congreso de ex dirigentes como Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Magdalena Álvarez y Carmen Martínez Aguayo tras la revisión de sus sentencias por el caso ERE por parte del Tribunal Constitucional. Fueron aplaudidos en el propio Pleno durante el inicio del cónclave. El PSOE-A, en su laberinto por volver a ser el corazón del socialismo español.

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