El Tribunal Supremo acuerda investigar al exministro socialista José Luis Ábalos por su presunta implicación en el ‘caso Koldo’. El alto tribunal admite el comunicado motivado en el que el juez que instruye el caso en la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, pidió abrir causa contra él ante los “indicios fundados y graves” de su “papel principal” en una organización criminal que supuestamente se benefició de la venta de mascarillas durante la pandemia.
En un auto, de 5 de noviembre, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo considera “imprescindible” investigar hechos “que puedan constituir delito de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación” y nombra investigador al juez Leopoldo Puente.
Además, determina que el procedimiento contra los no certificados continúa en la Audiencia Nacional «salvo cuando exista un vínculo material indisociable» entre los investigados y el exministro y ahora diputado del Grupo Mixto tras su expulsión del PSOE y su grupo parlamentario. febrero pasado.
El juez Moreno atribuyó a Ábalos una «acusación clara y concreta» en delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y cohecho tras recibir un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que le adjudicaba un «papel relevante». y responsabilidad” en la presunta trama que anidó en el Ministerio de Transporte que dirigió entre enero de 2020 y julio de 2021.
Tras un año de investigación, este informe policial revela por primera vez la “compensación” que habría recibido a raíz de sus gestiones por la trama. Por el momento no existen sobornos en forma de pagos en efectivo. Pero hay otros regalos que han sacado a la luz siete meses de escuchas telefónicas, cientos de correos electrónicos interceptados y el vertido de 170 dispositivos electrónicos -entre móviles y ordenadores- confiscados a miembros de la red y a personas vinculadas a ella. El disfrute de un chalet a cambio de su intercesión en los contratos o el pago del alquiler de la vivienda de su pareja son los ejemplos más significativos.
Las investigaciones de la UCO acreditan que el empresario Víctor Aldama, el “elemento corruptor” del caso, pagó hasta 32 meses de alquiler por el departamento donde residía una mujer llamada Jessica, quien en ese momento mantenía una relación sentimental con el exministro. Un piso de lujo, ubicado en el edificio Torre de Madrid de la Plaza de España de la capital, y por el que se pagaron 2.700 euros al mes.
No fue el único regalo que recibió Ábalos según la Guardia Civil. La UCO también considera en su informe que existen «múltiples indicios» de que hizo «uso real» de una villa de lujo situada en la urbanización La Alcaidesa, cerca de Sotogrande, adquirida por Aldama a través de otros presuntos testaferros. “En presencia de pruebas (…) vincularía la participación de Ábalos en los contratos investigados con la compra por parte de Aldama de un chalet para el propio exministro”, figura en el informe.