Es conocimiento universal: los medicamentos pueden interactuar con otros medicamentos y con el alcohol, anulando su efecto o dando lugar a reacciones adversas más graves.
Lo que muchos no saben es que los alimentos también pueden interferir con el efecto de algunos fármacos de uso muy común.
Con el fin de informar y concienciar a la población al respecto, el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (COCF) ha puesto en marcha la campaña «Tu medicamento. Un ingrediente a tener en cuenta en tu dieta». Se trata de «concienciar a la población que consume determinados medicamentos sobre las precauciones que debe tener con los alimentos o complementos de su dieta», explica el COCF.
Advierten, por ejemplo, que no se debe tomar ibuprofeno al comer carnes a la parrilla y incompatibilidad del «jugo de pomelo con cualquier tratamiento».
Ojo con el plátano, el brócoli, el tomate…
Según aclara el Colegio de Farmacéuticos de España, la interacción entre fármaco y alimento puede producirse de dos formas:
1. Interacción de alimentos con medicamentos. «El alimento, o sus componentes, provocan un aumento o disminución del efecto terapéutico del medicamento»
2. Interacción del fármaco con los alimentos. «El medicamento influye en cómo el cuerpo utiliza los nutrientes al alterar el estado nutricional del paciente».
Respecto a la primera forma de interferir, el COFC advierte contra la ingesta de dos frutas tan saludables como el kiwi y el plátano con enalapril, fármaco utilizado para controlar la hipertensión arterial, o dos verduras tan comunes como el brócoli. y tomate con digoxina, un medicamento para tratar la insuficiencia cardíaca.
A la lista se suman los quesos curados con fármacos antiparkinsonianos, debido al alto contenido en tiramina de estos lácteos, y los quesos encurtidos, ricos en histaminas, con antidepresivos.
Finalmente, advierten contra mezclar el desayuno con levotiroxina, recetada para el diagnóstico del hipotiroidismo. «La levotiroxina se absorbe casi exclusivamente en la parte superior del intestino delgado, y la fase del desayuno provocará una reducción de su absorción y modificará la porción de fármaco activo», afirman desde el Colegio de Farmacéuticos de España, que recomiendan tomarla antes desayunar con agua.
Y algo parecido ocurre con las estatinas y los fibratos, que deben tomarse por la noche sin comida: «El único que se debe tomar con la comida es lovastatina, porque se absorbe mejor».