El rechazo de órganos sigue siendo una de las principales complicaciones de los pacientes trasplantados, constituyendo una de las principales causas de fracaso del trasplante. Para prevenir este rechazo, los pacientes deben seguir un tratamiento de por vida con medicamentos inmunosupresores que, aunque eficaces, … Llevan múltiples efectos secundarios.
Por ello, las investigaciones se han centrado en desarrollar estrategias que permitan inducir tolerancia inmunológica, de modo que el sistema inmunológico acepte los órganos y tejidos trasplantados sin necesidad de recurrir a inmunosupresión farmacológica.
Ahora, un estudio publicado en ‘Science Translational Medicine’ presenta una estrategia innovadora: el trasplante combinado de corazón y riñón.
Según investigadores coordinados por Makoto Tonsho, del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), la estrategia ha demostrado, en simios -macacos cynomolgus- que, en el caso de un trasplante de corazón, se podría evitar el uso de estos fármacos. si se combina con un trasplante de riñón del mismo donante.
Su estudio se basa en trabajos preclínicos previos que muestran que el cotrasplante de corazón junto con el trasplante de riñón y médula ósea pueden prevenir el rechazo en el trasplante de corazón.
Los científicos ya habían demostrado que dos procedimientos llamados condicionamiento no mieloablativo seguido de un trasplante de médula ósea de un donante podría establecer tolerancia a los trasplantes de riñón en primates no humanos, ampliando la vida útil de los órganos. Sin embargo, replicar este éxito con los trasplantes de corazón ha sido un largo camino.
«Uno de los procedimientos más estudiados para conseguir la inmunotolerancia es combinar el trasplante del órgano con otra médula ósea u otra forma de progenitores hematopoyéticos del mismo donante precedido de un tratamiento preparatorio», asegura a ABC Salud. Rafael Matesanzcreador y fundador de la Organización Nacional de Trasplantes. Así, comenta, en España algunos centros como el Hospital de La Paz o el Hospital Gregorio Marañón de Madrid están investigando esta estrategia, con células de timo o combinada con trasplante de médula ósea.
Ahora, añade, mientras en EE.UU. este tipo de trasplante combinado corazón-riñón representa el 5% de todos los trasplantes de corazón, en España es menos del 1%, apenas 1 cada año.
Lo que el equipo de Tonsho ha investigado es si trasplantar un riñón junto con un corazón del mismo donante podría inducir la supervivencia a largo plazo de los corazones trasplantados.
El equipo desarrolló un protocolo en el que realizaron un trasplante de médula ósea de un donante una semana antes del cotrasplante de órganos en simios y los compararon con otros simios que recibieron un trasplante de corazón solo o un trasplante de corazón y riñón del mismo donante no compatible. .
Los resultados mostraron que los corazones trasplantados sobrevivieron mucho más tiempo sin necesidad de fármacos inmunosupresores en los trasplantes dobles en comparación con los animales que recibieron sólo corazones.
Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes, explica que el estudio demuestra cómo cuando se trasplantan médula ósea y riñón de un mismo donante, el riñón parece colaborar con el efecto tolerogénico del tejido hematopoyético, que permite la aceptación de terceros. órganos, como el corazón (que por sí solo no tiene ese efecto) e incluso cuartos injertos, como el de piel, que también evalúan.
Ahora, explica a Science Media Center, «los autores no demuestran cuál es la causa, lo que constituye una limitación del estudio, aunque correlacionan sus hallazgos con la aparición de cierto tejido linfoide en el riñón, en el que se detecta la presencia de «foxP3″. -linfocitos T reguladores positivos».
Como explica el estudio, esta tolerancia estaría relacionada con estructuras linfoides en los riñones que eran ricas en células T reguladoras, de las que se sabe que tienen propiedades inmunocalmantes.
Como un paso hacia la traducción clínica, los autores también adaptaron el protocolo simultáneo para dar cabida a los trasplantes de donantes fallecidos. «Una versión de este protocolo puede inducir tolerancia en pacientes con insuficiencia cardiaca y renal enfermos terminales que requieren un trasplante combinado de corazón y riñón”, escriben los investigadores.
Limitaciones
Para Beatriz Domínguez-Gil, el trabajo es sólido metodológicamente, «aunque otra de sus limitaciones es que los resultados no son los mismos en todos los casos del grupo de estudio, algunos incluso desarrollan rechazo al injerto cardíaco al cabo de un tiempo».
En definitiva, añade, «el estudio representa un avance hacia la consecución de la tolerancia inmunológica en el campo del trasplante de órganos, aunque es difícil valorar si estos resultados serían reproducibles en humanos».
Para Matesanz, «el artículo representa una contribución experimental «Sin duda, es interesante entender mejor cómo abordar la inmunotolerancia en la clínica, pero el aporte es más teórico que práctico».
Sin embargo, reconoce que a partir de la información obtenida en este trabajo sobre los mecanismos de inducción de tolerancia inmunológica que evitan el uso de inmunosupresión a largo plazo, como un posible aumento de células T reguladoras en los órganos linfoides del propio riñón, es Se podrían buscar nuevas estrategias que induzcan la tolerancia inmune. Pero subraya: «El estudio se realizó en simios, no debemos olvidarlo».