En sus otras empresas, que incluyen el fabricante de automóviles eléctricos Tesla y el fabricante de cohetes SpaceX, Musk a veces ha designado a un asesor clave para administrar el negocio en su ausencia. En SpaceX, la tarea ha recaído en Gwynne Shotwell, su presidenta y directora de operaciones.
En Twitter, Musk había optado por dirigir él mismo la empresa. Ha tomado prestados empleados de sus otras empresas, incluidas Tesla y Boring Company, una nueva empresa de túneles, para que se unan a él. Steve Davis, presidente de Boring Company, ha liderado varias iniciativas de reducción de costos en Twitter. Musk ha tenido personas que van y vienen para asesorarlo sobre asuntos legales y financieros, incluido el inversionista Antonio Gracias, ex miembro de la junta de Tesla, y Alex Spiro, su abogado personal.
Musk también ha confiado en los empleados de Tesla y SpaceX para que se ocupen de los asuntos técnicos, ya que los despidos y las renuncias han diezmado las filas de ingeniería de Twitter. Si bien al menos un miembro de la junta de Tesla dijo que creía que los trabajadores del fabricante de automóviles solo se desplegarían brevemente en Twitter, Musk continuó usándolos, incluido Sheen Austin, un ingeniero de Tesla que ha estado al frente de la organización de infraestructura de Twitter.
Algunos de los asesores de Musk han presionado para liderar Twitter. El domingo, Jason Calacanis, un inversionista en el Twitter de Musk, preguntó a sus propios seguidores en la plataforma si él o el capitalista de riesgo David Sacks deberían ser el director ejecutivo de Twitter, o compartir el puesto.
Musk, quien estuvo en Qatar para la final de la Copa del Mundo este fin de semana con Jared Kushner, también está buscando nuevas inversiones en Twitter. Después de que vendió 3.600 millones de dólares en acciones de Tesla la semana pasada, su equipo de finanzas, encabezado por Jared Birchall, jefe de su oficina familiar, envió correos electrónicos a posibles inversionistas, dijo una persona a la que se le acercó para invertir y que no estaba autorizada para hablar en público.
Los correos electrónicos a los patrocinadores potenciales los invitaban a invertir al precio de las acciones de $54,20 que Musk pagó para comprar la compañía, dijo la persona. Pero desde entonces, Musk ha dicho públicamente que el precio que pagó por Twitter fue más del doble de lo que valía. Semafor informó anteriormente sobre la posible recaudación de fondos.
Musk ha continuado recortando agresivamente los costos en Twitter. El viernes por la noche, la empresa inició otra ronda de despidos, según cuatro personas con conocimiento de las acciones y documentos vistos por The New York Times. Se despidió a unos 50 empleados, principalmente de la división de infraestructura de la compañía, dijeron las personas. No estaba claro cómo se vieron afectadas otras divisiones.
