¿Es el plan un engaño? Las incógnitas del lío Muface

La cobertura médica de un millón de personas en España pende de un hilo. Es el otro gran tema de la semana: ¿qué va a pasar con Muface en los próximos meses? Si no eres funcionario, quizás te hayas perdido en este culebrón de la salud.

Antes de adentrarnos en la historia, empiezo por lo básico para entender todo lo demás: los funcionarios en España pueden elegir si son atendidos por la sanidad pública o por aseguradoras privadas (hay tres) a las que el Estado paga por su asistencia. ¿Podría parecer una contradicción? Pues sí, pero así está montado el sistema desde 1975. Casi nada. La cuestión es que la Secretaría de Administraciones Públicas renueva periódicamente el contrato con las compañías aseguradoras y esta vez ninguna de ellas se ha presentado al concurso porque no les resulta rentable prestar el servicio. Han plantado el Gobierno.

Así que de un lado tenemos a las empresas (Asisa, DKV y Adeslas), que dicen que lo que el Estado les da como beneficio mutuo no es suficiente; y, por el otro, al Ministerio de la Función Pública, que pese a aumentar un 17% la prima por paciente se ha quedado con una mano delante y otra detrás. La cosa no parece acabar así: lo que se espera es que el Gobierno lance una nueva licitación con mayor presupuesto -aquí las aseguradoras llevan muy bien la sartén por el mango- y que las empresas acepten. aunque un prórroga forzosa del contrato en enero para ahorrar tiempo.

en eso luchar entre el sector privado y el Estado, el primero tiene todas las de ganar. Su estrategia se basa en la teoría del colapso. En otras palabras: o lo hacemos nosotros o lo hace el sistema público. El mensaje resuena bien en un contexto de largas listas de espera para operarse, acudir a un especialista o tener cita en Atención Primaria.

Pero vamos a los numeros para ver si ese es realmente el caso. El Ministerio de Sanidad ya analiza las consecuencias que tendría un posible aterrizaje de los mutualistas en los hospitales y centros de salud del SNS. Según las cifras que maneja el equipo de Mónica García, el incremento de la población atendida ascendería entre un 2 y un 3% de golpe. Y crecería más, hasta el 3,7%, entre las personas de entre 64 y 79 años -lo que equivale más o menos a los ‘babyboomers’- porque los mutualistas son cada vez más mayores.

No es poca cosa. Creo que nadie oculta que sería un desafío para el sistema público, que no pasa por su mejor momento. Especialmente si se hace de forma brusca. La profesora Beatriz López-Valcárcel, que siempre hace trabajos de investigación muy interesantes, calcula que se necesitarían 714 médicos de familia más de forma inmediata. Una presión añadida, sin duda. Sin embargo, ella y otros expertos que saben de planificación y gestión sanitaria, como José Ramón Repullo, coinciden en que, de darse este improbable escenario, la salud pública acabaría “pasando la prueba”.

Esta crisis ha abierto un debate que lleva muchos años sobre la mesa: ¿debemos acabar con Muface? Me recuerda un poco, usando trazo grueso, a lo que nos pasa en España con la escuela concertada. Nació para ayudar al público, como muleta de apoyo, y no ha parado de ganar peso. A ver ahora quién piensa que ya no es necesario. En el caso de los mutualistas, sin embargo, el porcentaje que decide quedarse en la sanidad pública ha ido aumentando. Ha subido un 66% en una década y ahora son uno de cada tres.


Mientras hacías otras cosas…

  • Se sospecha que existen dos casos de infección por leptospirosis en Valencia, una bacteria común en zonas inundables que se transmite cuando la orina de animales como las ratas entra en contacto con heridas o mucosas de seres humanos. Que pase de persona a persona es “extremadamente raro”.
  • Esta semana, al verlos venir, Recopilamos los riesgos para la salud que se pueden esperar. después de una catástrofe como esta. Especialmente porque son prevenibles.
  • «Trabajé en dos tsunamis en Filipinas y esto es muy similar». Mi compañero Pol Pareja ha hecho una búsqueda casa por casa con psicólogos de Cruz Roja en Paiporta. Esto es lo que se ha encontrado..

En casa del herrero… cuchillo de madera

Piden a sus pacientes que se vacunen pero en casa no lo hacen. Menos de la mitad del personal sanitario en España fue inmunizado contra la gripe el año pasado. La cifra es la más baja desde 2019, antes de la pandemia, y se prevé que la curva vaya disminuyendo. En Baleares, por ejemplo, sólo el 15% de los profesionales fueron vacunados en la última campaña. Es asombroso.

Las autoridades están preocupadas. El último Congreso Nacional de Vacunología, que se celebró hace dos semanas en Málaga, programó una ponencia específica para hablar del problema sin medias tintas. Surgieron temas muy interesantes: entre los que se creen inmunes, los que dicen que tienen mucho trabajo y los que pasan… también hay otros que se han desvinculado del trabajo por sus malas condiciones laborales.

Gracias por leer un sábado más. Y nada, si te ha gustado díselo a tus compañeros y que se apunten.

Sofía

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