«Es el trauma de la crisis financiera»

La tasa de ahorro de los hogares en España aumentó en el primer semestre de este año hasta casi el 14% de su renta bruta disponible -en términos menos técnicos: de media hemos ahorrado 1,4 euros de cada 10 euros que hemos tenido que gastar después de pagar impuestos, incluidos depósitos o productos financieros considerados a la vista. Este nivel es un máximo no visto desde el registro de la primera parte de 2021 (18,9%), durante la pandemia, cuando las opciones de consumo eran muy limitadas. Las previsiones indican que esta tasa de ahorro finalizará el año en el 13,3%, algo más de un punto por encima del nivel de 2023 (12%) y casi cinco puntos por encima de la media entre 1999 y 2019 (8,7%).

Este comportamiento “conservador” o “cauteloso” de las familias sorprende a todos los expertos. El ahorro está frenando el crecimiento del consumo a pesar de la moderación de la inflación -que, junto con los aumentos salariales, conduce a la recuperación del poder adquisitivo tras los daños sufridos entre 2021 y 2023- y la histórica creación de empleo -en el tercer trimestre se registró un nuevo récord-. alcanza con 21,8 millones de trabajadores, lo que también aumenta la renta disponible de las familias porque en cada una de ellas trabaja más gente de media.



«Es de considerable interés», admite el grupo de expertos que firma el último «Observatorio del ciclo económico en España» del centro de análisis Fedea. «Nadie lo había previsto», reconoció, por su parte, Raymond Torres, director de situación económica, en la presentación de la actualización de las previsiones de Funcas para esta última semana.

Las explicaciones de esta propensión de las familias a ahorrar más que antes de la pandemia se ven obligadas a romper con tendencias históricas. “Los niveles de ahorro actuales sólo se han observado en contextos de alta incertidumbre. “Es la primera vez que se observan estos niveles en un entorno de constante creación de empleo”, señala el informe de proyecciones económicas de BBVA Research.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha abordado esta cuestión en su informe regional sobre Europa, publicado esta semana: “La baja confianza de los consumidores y la incertidumbre sobre futuras perturbaciones en sus ingresos han aumentado el ahorro precautorio y, en consecuencia, las tasas de ahorro se han mantenido por encima de las cifras anteriores. -niveles de pandemia. A esto se le han sumado los efectos de las altas tasas de interés por la austeridad monetaria del Banco Central Europeo (BCE).

Raymond Torres comparte esta reflexión y le da otro nombre a los “ahorros preventivos” del FMI: “Es el trauma de la crisis financiera, que sabemos que en otros países como Japón dejó su huella en toda una generación”. Según este experto, “es cierto que con tipos de interés altos es más interesante ahorrar que en épocas anteriores, donde el ahorro estaba prácticamente penalizado. Pero el comportamiento actual del ahorro va más allá de la tradicional relación con los tipos de interés, porque también asistimos a un desapalancamiento adicional (en el segundo gráfico de esta información). «Tras la crisis financiera, tanto los hogares como las empresas tienden a comportarse con especial cautela en un entorno incierto».



Aquellas familias que cargan con el “trauma” del estallido de la burbuja inmobiliaria, la crisis del euro, el shock de la pandemia y, finalmente, el pico de la inflación tienen entre sus peores pesadillas las insoportables tasas de desempleo de hace apenas una década o la Drama de desahucios por impago de hipotecas. Un “trauma” que coincide con un acceso cada vez más complicado a la vivienda.

Como resume el Banco de España en un informe reciente, el endurecimiento en la concesión de hipotecas ha “contribuido al desplazamiento de la demanda de vivienda del segmento de compra al de alquiler en colectivos con menores rentas y ahorro acumulado. Este desplazamiento hacia el mercado del alquiler habría sido especialmente intenso entre los jóvenes y en aquellas áreas geográficas en las que el incremento de los precios de la vivienda ha sido mayor que el de la renta media de los nuevos hogares residentes. Estos hogares se ven obligados a ahorrar lo poco que pueden.

“Se espera que una mayor incertidumbre mantenga altas las tasas de ahorro precautorio, mientras que el recuerdo de las grandes crisis se desvanece gradualmente (…). Además, la lenta caída de los tipos de interés mantendrá el atractivo de la inversión en productos de ahorro de bajo riesgo (depósitos o letras del Tesoro), al tiempo que desincentivará el consumo financiado con deuda (créditos y también hipotecas)”, añade el FMI.

Además, en España, «aunque la reducción de los tipos de interés permitirá un mayor crecimiento del consumo, hay evidencia de que los beneficios de la recuperación se están concentrando en los grupos con menor propensión marginal al consumo (las familias más ricas y los pensionistas). Además, el aumento del empleo se concentra desproporcionadamente en los inmigrantes”, continúan los expertos de la firma de análisis BBVA.

En septiembre, con datos hasta el primer trimestre, Javier García, economista de Caixabank Research, destacó que precisamente los más ricos se han beneficiado en los últimos años del aumento de «las rentas inmobiliarias, gracias al aumento de las cuotas hipotecarias». dividendos, y otras rentas de inversión”, y también hay que tener en cuenta las rentas de alquiler, que captan hasta tres millones de familias en España. Mientras tanto, el Gobierno ha protegido los ingresos de los pensionistas, revalorizándolos en función del IPC (Índice de Precios al Consumo).

En Fedea amplían el análisis del impacto de esta tendencia en nuestro país: “A finales del segundo trimestre de 2024, el consumo por persona en edad de trabajar se situaba un 4% por debajo de los niveles de 2019 y un 6,2% por debajo de su pico de 2007. El pobre comportamiento del consumo, en contraste con el crecimiento del PIB, se ha producido al mismo tiempo que el aumento de la tasa de ahorro de los hogares, alcanzando el 14,2% en el primer trimestre de 2024. «Factores como el aumento de los precios de la vivienda y las expectativas sobre la situación económica han influyó en esta tendencia.»