Italia lleva cuatro años de racha desde el punto de vista económico. Incluso en el primer trimestre de 2024, el PIB se situó más de cuatro puntos porcentuales por encima de su nivel pre-Covid, registrando el mejor desempeño entre las economías vecinas (Alemania, Francia y España). Pero, con el paso de los meses, el país se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para la estabilidad económica de toda la Unión Europea. Pese a ser, históricamente, uno de los principales motores del viejo continente, se enfrenta a una crisis fiscal que amenaza con desestabilizar no solo sus propias cuentas, sino también las de toda la región.
No es una exageración, las tablas fiscales hablan por sí solas: entre enero y julio de 2024, el déficit público fue casi igual al registrado en el mismo período de 2020, cuando el planeta estaba paralizado por el impacto de la epidemia de coronavirus.
Tampoco hay datos sociodemográficos y macroeconómicos que alivien la situación. Se trata de un país con graves problemas de crecimiento, con un envejecimiento acelerado y con la peor relación entre deuda pública y PIB de toda la Comunidad Europea. En este sentido, la agencia de calificación crediticia Fitch ha advertido recientemente de que la deuda pública italiana podría superar el 140% del PIB en 2027 si no se toman las medidas correctivas adecuadas.
El resultado es que el país está en la mira de los mercados financieros, por lo que el gobierno de Giorgia Meloni (del partido Fratelli d’Italia) está intentando controlar la situación antes de que sea demasiado tarde.
Una de las medidas más importantes ha sido intentar acabar con el Superbonus, un incentivo fiscal que nació con la idea de impulsar la recuperación económica en 2020, pero que con el tiempo se ha convertido en una pesadilla para las cuentas públicas.
El programa Superbono permitía a los propietarios de viviendas realizar reformas energéticas con deducciones fiscales que cubrían hasta el 110% del coste. También se ofrecían subvenciones para la renovación de fachadas de edificios, que cubrían el 90% de los costes.
Un invento ‘salvador’ de Conte
El Superbonus fue una iniciativa del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), entonces en el poder con el Partido Demócrata, durante el segundo gobierno de Giuseppe Conte. Este programa permitía a los propietarios de viviendas realizar reformas energéticamente eficientes con deducciones fiscales que cubrían hasta el 110% del coste. También se ofrecían subvenciones para la renovación de fachadas de edificios, que cubrían el 90% de los costes.
El proyecto fue un éxito inicial: miles de italianos hicieron cola en la ventanilla para inscribirse con la esperanza de que sus hogares fueran más eficientes gracias a las ayudas estatales. De paso, estimuló un crecimiento económico como no se había visto en Italia en décadas.
Sobre el papel, todo el mundo salía ganando: las viviendas de los ciudadanos serían más verdes, el sector de la construcción se recuperaba y el sector bancario también recibía un impulso gracias a la activación de los créditos. Pocos analistas niegan que la bonificación por renovación de fachadas y el superbono del 110% hayan sido corresponsables de un notable crecimiento del sector secundario en Italia. Según datos de Eurostat, la construcción subió un 31% en los cuatro años hasta finales de 2023. Mientras, en España y Alemania cayó un 12% y un 11% respectivamente.
Pero el coste del plan, estimado inicialmente en unas decenas de miles de millones de euros, ha ascendido a 220.000 millones de euros, casi el 10% del PIB italiano.
El coste del plan, estimado inicialmente en unas decenas de miles de millones de euros, ha ascendido a 220.000 millones de euros, casi el 10% del PIB italiano.
Pero eso no es todo. El gobierno italiano ha tenido que financiar esta colosal apuesta emitiendo deuda en un momento en el que los tipos de interés ya no están en niveles históricamente bajos. Italia paga actualmente alrededor del 3,60% de intereses por su deuda pública, lo que significa que, solo en intereses, el superbono le cuesta al país unos 8.000 millones de euros anuales.
El actual ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, califica este plan de “hemorragia, catástrofe nacional”. En este último vídeo se ofrecen más detalles sobre la situación económica de Italia. Si hubiera sabido, Canal de información financiera de Mutuactivos.