La alopecia, definida como la caída progresiva del cabello, se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más comunes en todo el mundo, afectando tanto a hombres como a mujeres. A diferencia de la caída temporal del cabello, como el efluvio telógeno, esta condición se caracteriza por su progresión continua y, en muchos casos, por ser irreversible sin el tratamiento adecuado. En el caso de las mujeres, a pesar de ser mucho más común de lo que se cree, suele ser un tema tabú. Sin embargo, Saber identificar los primeros síntomas es fundamental para determinar el tipo de alopecia que padeces. para luego realizar el tratamiento correspondiente.
El doctor Antonio Leone, del Hospital Capilar, detalla todos estos puntos en entrevista con este medio y reconoce que La demanda de tratamientos para la alopecia femenina ha crecido mucho en los últimos años, ya que anteriormente “se daba por sentado que la alopecia era inevitable por genética y carecía de solución”.
¿Qué es la alopecia femenina y por qué se genera?
La alopecia femenina se manifiesta como una pérdida generalizada de densidad que comienza a ser más llamativa, especialmente en la línea del cabello, siendo este uno de los primeros motivos de consulta en las mujeres.
Las causas de este proceso pueden ser crónicas, agudas o subagudas dependiendo de la etiopatología subyacente. Los factores implicados en estos procesos pueden ser: periodos de estrés intenso, una dieta baja en vitaminas y minerales, malos hábitos, cambios hormonales (agudos o crónicos) e incluso factores genéticos.
Tipo:
- Alopecia androgenética femenina: Este tipo de alopecia comienza a manifestarse con una pérdida progresiva de cabello en la zona interparietal, mediante su miniaturización y pérdida de densidad por pérdida folicular que, según la gravedad, dejará más o menos adelgazamiento del cuero cabelludo. En este caso las causas son genéticas y hormonales, por lo que es imprescindible iniciar un tratamiento médico guiado por un especialista en tricología. En mujeres jóvenes es muy importante descartar patologías ginecológicas que puedan predisponer al hiperandrogenismo, como el ovario poliquístico.
- Efluvio telógeno agudo o crónico: En algunas épocas del año, como el cambio de estación en otoño y primavera, se suele notar una mayor caída del cabello debido a su renovación, siendo esta una pérdida fisiológica. Aunque este episodio de caída es normal, si es más acusado que en otros años, puede ser que también estén influyendo en nosotros otros factores como el estrés, la mala alimentación u otras causas, que es fundamental investigar y solucionar para poder frenar dicha caída. caer. . El embarazo y el posterior nacimiento del bebé generan importantes cambios orgánicos en la mujer. Durante el embarazo hay una alta producción de estrógenos que aumenta la densidad y fuerza del cabello, pero después del parto se produce una disminución abrupta de estas hormonas que, junto con el estrés físico y emocional del parto, puede generar, especialmente en los 6 meses siguientes. una caída más. abundante de lo habitual.
- En los casos de efluvio telógeno agudo o crónico en los que aún no se ha producido pérdida folicular y para los que se ha dado pronta solución, la recuperación es prácticamente completa.
- Existen otros tipos de efluvios debidos a otras condiciones como los efluvios anágenos, como por causas farmacológicas como la quimioterapia, una enfermedad autoinmune o la radioterapia, que pueden provocar la caída generalizada del cabello en la fase de crecimiento. Es un proceso reversible por lo que pueden recuperar el 80 o 90% de su cantidad de cabello después de tratar la causa subyacente.
- Alopecia fibrosante frontal: Forma parte de un grupo de alopecia que se define como fibrosante porque se acompaña de fibrosis gradual del cuero cabelludo y destrucción de la unidad folicular en las zonas afectadas debido a una alteración del sistema inmunológico a nivel del cuero cabelludo donde se encuentran las células. ellos mismos atacan. la unidad folicular lo reconoce como extraño. Es una alopecia primaria, se encuadra dentro de una familia de alopecias llamadas alopecias fibrosantes que pueden ser primarias o secundarias. En concreto, la alopecia fibrosante es una alopecia fibrosante primaria. Suele manifestarse con una pérdida progresiva de las UF en la zona de las patillas y una retracción de la línea de implantación. Además, puede asociarse a una pérdida de la cola de la ceja y del vello corporal.
- Pérdida severa de cabello en el posparto.: Después del parto, también es común perder una mayor cantidad de cabello, ya que durante el embarazo el cabello permanece en una fase de crecimiento continuo debido a las hormonas. Una vez que nace el bebé, nuestro cuerpo vuelve a la normalidad y el cabello que hasta entonces no se había caído comienza a hacerlo, provocando una mayor sensación de caída del cabello.
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Los síntomas varían dependiendo del tipo de alopecia o caída del cabello al que nos enfrentamos. Es normal perder hasta 100 cabellos al día como parte del ciclo natural de crecimiento del cabello. En el caso del efluvio telógeno, esta pérdida fisiológica suele aumentar considerablemente, por lo que uno de los motivos de consulta en este caso es una pérdida de tiempo más abundante y/o prolongada de lo normal, lo que suele preocupar a las mujeres. En el caso de la alopecia androgénica, ya no se produce una caída aguda del cabello, sino que se observa un aumento gradual del adelgazamiento, especialmente en la línea de nacimiento del cabello o en las zonas frontales. Dentro de la alopecia cicatricial, los síntomas son más variados porque pueden aparecer calvas sintomáticas como picor, hipersensibilidad del cuero cabelludo, aparición muy frecuente de granos o, en el caso de la fibrosación frontal, una retracción progresiva de la línea del cabello.
En estos casos, es recomendable consultar a un especialista en medicina capilar para un diagnóstico adecuado y tratamiento oportuno.
¿Cada vez hay más casos entre mujeres?
La atención a la caída del cabello en las mujeres, y en general, en los últimos años ha aumentado exponencialmente debido a los cánones sociales de belleza y al aumento del cuidado personal. Por tanto, no se trata tanto de un aumento de la patología sino de un aumento de la demanda. Además, el creciente reconocimiento de que la caída del cabello puede tratarse ha llevado a más personas a buscar ayuda médica, a diferencia del pasado, cuando se suponía que la alopecia era inevitable debido a la genética y carecía de solución.
¿A qué edad suelen aparecer los primeros síntomas?
Muy variable. Dependiendo de la etiopatogenia de la alopecia en cuestión. En el caso de la alopecia hormonal, puede ser a una edad más temprana: en mujeres jóvenes con trastornos ginecológicos que las predisponen al hiperandrogenismo como el ovario poliquístico. Por tanto, los síntomas de la caída del cabello pueden aparecer a una edad mucho más temprana, aunque también durante la menopausia.
En la alopecia fibrosante no existe una edad más común.
¿Cuáles son los tratamientos o productos cosméticos para combatirlo?
La prioridad es un diagnóstico adecuado para poder implementar un tratamiento adecuado para resolver cada tipo de alopecia o caída del cabello. Siempre se recomienda acudir a un especialista donde se realizará una valoración de 360 grados, incluyendo un examen tricoscópico y una analítica completa que incluya hormonas, vitaminas o perfil de anemia, etc. para descartar otras causas subyacentes.
Existen tratamientos habituales para la caída del cabello como la suplementación vitamínica para evitar deficiencias nutricionales que incluyen hierro, zinc, biotina y vitaminas A, C y E, además de seguir un estilo de vida saludable.
El tratamiento depende de la causa subyacente, pero en general se pueden considerar las siguientes opciones: