El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) celebrará su primera reunión del año el próximo 30 de enero en un contexto de «elevada» incertidumbre con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y crecientes tensiones geopolíticas. El gobernador del Banco de España (BdE), José Luis Escrivá, no descarta que en esa reunión la entidad anunciar un nuevo recorte de tipos de interés de 0,25 puntos, que es de hecho la expectativa que los mercados están considerando.
Desde su punto de vista, Ésta es la opción «más probable». en un marco en el que los indicadores confirman el escenario central que gestiona la entidad, con una gradual convergencia de la inflación hacia el objetivo del 2% y una suave recuperación de la economía de la Eurozona, que tiene la inversión como principal lastre y motivo de preocupación para los gobiernos y para el propio BCE.
La organización liderada por Christine Lagarde ya aplicó el año pasado cuatro recortes en sus tipos de referencia, llevando el tipo de depósito al 3% y el principal tipo de financiación al 3,15%. En una entrevista concedida este miércoles a Bloomberg TV en el marco del Foro Económico Mundial, que se celebra esta semana en la ciudad suiza de Davos, Escrivá destacó que en una situación como la actual es muy importante seguir la información reunión por reunión.
«Avanzaremos hacia una progresiva normalización de la política monetaria», afirmó el gobernador del BdE. Previsiones como las elaboradas por el panel de expertos de Funcas, la Fundación Cajas de Ahorros, apuntan a que el banco con sede en Frankfurt recortará los tipos de interés oficiales otros 0,75 puntos a lo largo de este año.
Las dificultades para medir el efecto de los aranceles
Ha reconocido que, pese a que el banco central ha hecho muchas simulaciones internamente sobre el impacto de una posible escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China o sobre un previsible aumento de la inflación norteamericana -que obliga a la Reserva Federal a detener los recortes de tipos-, «Lo más difícil de evaluar es el impacto de los aranceles». Esto dependerá mucho de las medidas que se tomen. De las que anuncia Trump, pero también de la respuesta que puedan dar otros países.
Escrivá explicó que la entidad sigue de cerca el comportamiento de la inflación de servicios, que es el componente que más se resiste a bajar y puede generar tensiones de precios adicionales. Según los últimos datos publicados por Eurostat, la oficina europea de estadística, el IPC subió dos décimas en tasa anual hasta el 2,4% en diciembre. Mientras tanto, la inflación de los servicios volvió a subir hasta el 4%, nivel en el que lleva meses estancada.
Los indicadores apuntan a que ésta se moderará en los próximos meses hacia el entorno del 3%, aunque Escrivá ha dejado claro que habrá que ver cómo se materializan las expectativas. «Los próximos datos serán relevantes y ya hemos dicho que dependemos de los datos en nuestras comunicaciones anteriores», concluyó, respaldando un mensaje que Christine Lagarde viene repitiendo hasta la saciedad.