En dos meses, España podría recibir fondos europeos del programa Next Generation EU para la reconstrucción de infraestructuras (ferrocarriles, carreteras, puentes…) dañadas por la DANA. Ése sería el plazo para recibir el dinero a partir de que el Gobierno de coalición hiciera la petición formal a la Comisión Europea, según han confirmado a ‘La Información’ fuentes cercanas al Ejecutivo comunitario.
España tendría que presentar la solicitud primero una modificación del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)que podría justificarse por circunstancias imprevistas, de conformidad con el artículo 21 del Reglamento del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia. Uno de los objetivos del plan es reducir tanto los riesgos de inundaciones como los vinculados a otros desastres relacionados con el clima. Así, aunque no se trata de un instrumento de emergencia como tal, el plan español puede modificarse si fuera necesario ante circunstancias imprevistas en dicho artículo.
«La aprobación de dicha modificación requeriría unos dos meses»señalan las mismas fuentes. Este período cubriría el mes necesario para su aprobación por el Consejo Europeo. Sin embargo, señalan que España podría plantearse empezar a implementar antes las inversiones subvencionables, «ya que la elegibilidad puede aplicarse con carácter retroactivo», apuntan. Como ocurre con el resto de medidas vinculadas al programa europeo, cualquier nueva inversión debería completarse antes de agosto de 2026.
Actualmente, la principal fuente de financiación a nivel europeo para ayudar a las regiones a prevenir, prepararse y abordar los riesgos de desastres relacionados con el clima, como inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios, tormentas o sequías, entre otras, es la política de cohesión. En el periodo comprendido entre 2021 y 2027, España ha destinado alrededor de 863 millones de euros de financiación procedente de estos fondos a estos objetivos.
El pasado martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya anunció que España recurriría al Fondo Europeo de Solidaridad, informa Emilio Ordiz. Esta herramienta no permite dar respuestas rápidas ante emergencias o desastres naturales concretos, sino que se utiliza para resolver los daños causados por los mismos a posteriori.
Una respuesta más rápida a los desastres naturales
El hecho de que los desastres naturales sean cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático ha llevado a la Comisión Europea a tomar medidas. Tras las inundaciones en Europa Central en julio de 2021 y los incendios registrados el mes pasado en Portugal, el Ejecutivo comunitario ha puesto sobre la mesa nuevas flexibilidades en el marco de las políticas de cohesión y de la Política Agrícola Común (PAC) para ayudar a los Estados miembros a gestionar el impacto social y las consecuencias económicas de estos desastres.
Se trata del RESTAURAR propuestaque se encuentra actualmente en manos del Parlamento Europeo y del Consejo para su negociación y aprobación, y que pretende facilitar un marco más flexible que permita a los Estados miembros cubrir las necesidades más apremiantes. También servirá para aliviar la carga financiera que pesa sobre los presupuestos nacionales a la hora de afrontar el impacto de las catástrofes climáticas.
Los cambios propuestos a este reglamento permitirían a los socios europeos la flexibilidad de dedicar parte de los fondos de la política de cohesión a reparar infraestructuras y equipos dañados por desastres relacionados con el clima, pero también a proporcionar alimentos y asistencia material básica. Garantizar el acceso a la atención sanitaria para todos los afectados. y apoyar temporalmente de forma más flexible la financiación de los regímenes de trabajo a corto plazo.
En este último caso, el ERTE por fuerza mayor que desarrolló el Gobierno de Pedro Sánchez como consecuencia de la pandemia de coronavirus, y que se ha reactivado tras el paso de la DANA en las provincias afectadas por la misma, o la prestación por cese de actividad de los autónomos.
Hasta la fecha, el Gobierno estima que alrededor de 420.000 puestos de trabajo podrían haberse visto afectados por las consecuencias de la DANA. Desde el día siguiente de la riada y hasta el jueves se habían registrado un total de 159 expedientes de regulación de empleo que afectaban a 2.318 trabajadores en la Comunitat Valenciana, según cifras de la Generalitat.
A todo lo anterior se suma que, gracias a los cambios propuestos en el Fondo de Desarrollo Rural de la UE (marco jurídico del Feader 2014-2022), los Estados miembros también tendrán más flexibilidad para apoyar a agricultores, silvicultores y empresas afectadas por problemas relacionados con el clima. desastres.
Las fuentes consultadas explican que serán los Gobiernos y las propias regiones quienes decidan si aceptan las nuevas flexibilidades, cómo utilizarlas y cuánta financiación quieren movilizar en respuesta a las catástrofes naturales, teniendo en cuenta sus necesidades.