Los científicos han descubierto cómo una pequeña bacteria, Deinococcus radioduransapodada ‘la bacteria Conan’, es capaz de resistir miles de veces la cantidad de radiación que mataría a un ser humano.
Su secreto, ahora revelado, es que utiliza un poderoso antioxidante resistir las condiciones más extremas; un descubrimiento que podría revolucionar las misiones espaciales.
Una bacteria con superpoderes
No lo verás en ninguna película de ciencia ficción, pero esta bacteria es capaz de resistir el ácido, el frío extremo, la deshidratación e incluso a tasas de radiación que son inconcebibles. De ahí que sus ‘superpoderes’ le valieran el sobrenombre de Conan, en honor al poderoso personaje de cómic que nació en los años 30. Deinococcus radiodurans es una de las bacterias más resistentes de la Tierra.
¿Cuál es tu secreto?
Un equipo de científicos de la Universidad Northwestern y la Universidad de Servicios Uniformados (USU) ha descifrado el mecanismo detrás de esta resiliencia sin precedentes: su supervivencia se debe a un antioxidante.
La bacteria tiene una colección de metabolitos simples que, cuando se combinan con manganeso, crean un poderoso antioxidante que elimina los radicales de oxígeno antes de que puedan dañar las proteínas críticas para el proceso de reparación de las células.
Este antioxidante, al que han llamado MDP, Los investigadores encontraron que forma una estructura molecular compleja que protege a las células del daño de la radiación (basada en iones de manganeso, fosfato y un pequeño péptido).
«Este complejo ternario es el magnífico escudo del MDP contra los efectos de la radiación», explicó Brian Hoffman de la Universidad Northwestern, uno de los líderes del estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. «Hace tiempo que conocemos la fuerza de los iones de manganeso combinados con fosfato, pero la adición de un péptido formar este complejo proporciona un poder inigualable.
¿Cómo actúa exactamente este antioxidante?
La radiación causa daños al sobrecargar los eslabones de nuestra maquinaria biológica; Por eso hay tantos organismos vivos con mecanismos de reparación en sus sistemas, pero si se produce una cantidad gigantesca de radiación, no es posible luchar contra reloj contra este ataque ionizante; pero D. radioduranos ha desarrollado una póliza de seguro contra estos daños causados por el oxígeno de una forma muy peculiar.
Los expertos descubrieron – gracias a espectroscopia de resonancia paramagnética avanzada-, que la resistencia a la radiación del microorganismo estaba directamente relacionada con sus niveles de antioxidantes de manganeso. Cuanto mayores sean los niveles de antioxidantes, mayor será la resistencia a la radiación.
¿Qué aplicaciones tendría este descubrimiento?
La verdad es que hay muchas, pero entre sus aplicaciones estaría la protección de los astronautas contra la radiación cósmica durante las misiones espacialesla gestión de emergencias radiológicas y la creación de vacunas inactivadas por radiación.
“Esta nueva comprensión del MDP podría conducir al desarrollo de antioxidantes a base de manganeso aún más potente para aplicaciones en la atención sanitaria, la industria, la defensa y la exploración espacial”, afirmó Michael Daly, coautor del trabajo.