El año 1988 estuvo cargado de películas de Hollywood de renombre que han envejecido bastante. Clásico, pero con canas, es un término que le sienta bastante bien a ‘Rain Man’, ganador absoluto de aquel año en los Oscar. También podemos decir lo mismo de una ‘Acusada’ que le dio el Oscar a Jodie Foster. Y, si seguimos mirando los Oscar de aquel año, lo mismo podemos decir de ‘Un pez llamado Wanda’ o ‘El turista accidental’. Menos suerte pero más longevidad han tenido ‘La última tentación de Cristo’, ‘Armas de mujer’, ‘Las amistades peligrosas’, ‘Gorilas en la niebla’ o la película que le quitó el Oscar a ‘Mujeres al borde de un Infarto de miocardio’. nervios’, ‘Pelle el conquistador’.
Pero quizás lo más grande e injusto olvidado por este palmarés fue la película que partía como la segunda con más nominaciones, 7, y acabó llevándose a casa sólo el premio a la Mejor Fotografía. Estamos hablando de un ‘Mississippi Burning’ que debería surgir más a menudo cuando hablamos de grandes dramas policiales, pero también de clásicos en torno al tema racial, uno de los argumentos más recurrentes en el cine estadounidense con pretensiones desde entonces. Dirigida por el gran Alan Parker, director injustamente olvidado de ‘Midnight Express’ (1978), ‘Pink Floyd: The Wall’ (1982) o ‘Angel Heart’ (1987), ‘Mississippi Burns’ es una de esas películas cuyo reparto da el efecto ‘Philadelphia Story’. En la famosa película de George Cukor se juntaron James Stewart, Cary Grant y Katharine Hepburn, un reparto irrepetible con tres estrellas altísimas que, visto décadas después, ya resultaba inconcebible. ‘Mississippi Burns’ no se queda corta y entre Gene Hackman, Frances McDormand y Willem Dafoe han ganado 5 premios Oscar. 2 para Hackman, 3 para McDormand y 0 para un Dafoe que merecería tres o cuatro.
Sí, porque aquí tenemos otra de las grandes injusticias de la historia del cine. Dafoe no tiene un Oscar, pero bien podría haber ganado en esta película en la que brilla más que cualquiera de sus gigantes coprotagonistas. Todo para llevar a un terreno muy dramático (demasiado dramático para algunos) una oscura y horripilante historia real. Con guion de Chris Gerolmo, ‘Mississippi Burns’ nos traslada a un pueblo del sur en 1964. Aunque han pasado poco menos de 60 años de los hechos, hablamos de una época en la que el Ku Klux Klan estaba rampante. La historia cuenta la llegada de dos agentes del FBI a la localidad tras la «desaparición» de tres activistas de derechos humanos.
La película tuvo una especie de secuela llamada ‘Fantasmas del pasado’, protagonizada por Alec Baldwin y Whoopi Goldberg en 1996, donde nos fijamos en los hechos reales 30 años después. También podemos relacionarlo con el caso que ocupa ‘Playtime’, nuevamente de 1996, y protagonizada por Matthew McConaughey, Sandra Bullock, Samuel L. Jackson y Kevin Spacey. Esto último nos lleva a otro horroroso caso donde dos jóvenes violan a una niña negra de diez años en ese pueblo de Mississippi.
Aunque también estimable, ninguna ha captado mejor el calor, la ira, el desamparo y el peso del ambiente de odio racial que rodea a una comunidad como ‘Arde Mississippi’, disponible tanto en Filmin como en Amazon Prime Video. Así que verla es un ejercicio de historia, tanto en el sentido racial de conocer la denuncia de una horrible historia real como en el de hacer alguna recapitulación cinematográfica hacia una película que merecía más.

Rafael es un experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierde ninguno de Marvel ni el hit del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene un lado geek, como lo demuestra su especialización en anime, k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática.
Por generación, a veces le toca escribir sobre éxitos musicales actuales, desde Bizarrap hasta Blackpink. Incluso tiene su lado erótico, pero limitado, lamentablemente, a seleccionar lo mejor de series y películas eróticas. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir sobre gastronomía, viajes, humor y memes.
Después de 5 años escribiendo para Fotogramas y Esquire, lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones con móviles o catas de aceite, insectos y, sí, si tiene suerte, vino.
Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Posteriormente continuó en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de iniciar un doctorado sobre representación sexual en el cine de autor (que nunca terminó), también estudió un Máster en crítica cinematográfica, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes se inició escribiendo en el blog Cinealacarbonara, continuó en medios como Amanecemetrópolis, Culturamas o Revista Magnolia, y dedicó todos sus esfuerzos a la Revista Mutaciones desde su fundación.
Llegó a Hearst en 2018 y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo sobre todo lo que le gusta y lo que le envían (muchas veces coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) también le llevó a adentrarse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.