Querer entrar a tu casa y no tener absolutamente nada. Este es el abismo al que se enfrentan cientos de familias como la de Isa. Su madre vivía en este invernadero de Chiva, allí crecieron ella y sus hermanos: «¿Dónde está el invernadero? No se ve, no hay casa, solo está la fachada, pero no hay casa». «. «Mi madre se quedó sin nada.»
Ahora lo único que queda es un muro, todos los recuerdos perdidos. Días cotidianos que se convierten en tragedia.Ese día Sofía y su familia estaban celebrando un cumpleaños en el patio, en un instante empezó a llover, el agua empezó a entrar hasta inundar todo el piso de abajo. Ahora todo está destruido. Pero a pesar de este caos todos son conscientes de que han conservado lo más importante.