En el canal Rossiya 1, el presidente ruso, Vladimir Putin, volvió sobre los últimos acontecimientos de la operación militar en Ucrania, reafirmando que su país está dispuesto a negociar “con todos los participantes”.
El presidente ruso Vladimir Putin se mostró confiado sobre la situación en Ucrania durante una entrevista con el periodista Pavel Zaroubin, como parte del programa “Moscú. Kremlin. Putin” en el canal de televisión Rossiya 1 transmitido el 25 de diciembre. Cuando se le preguntó primero sobre las nuevas armas prometidas por la OTAN a Kyiv, como las baterías de misiles Patriot que Washington dice que quiere entregar, el presidente ruso dijo que serían «eliminadas». “Por supuesto que los eliminaremos, al 100%”, dijo. El pasado 22 de diciembre, el Jefe de Estado ya había calificado estos misiles como un sistema “bastante antiguo” contra el que el ejército ruso encontrará un “antídoto”.
Sin embargo, estamos dispuestos a negociar una solución aceptable con todos los participantes en este proceso.
Sobre los riesgos que plantea la situación en Ucrania, el presidente reafirmó los méritos, en su opinión, de las acciones de Rusia: “Creo que estamos actuando en la dirección correcta. Estamos protegiendo nuestros intereses nacionales, los intereses de nuestros ciudadanos, de nuestra gente”, dijo. Rusia, según el líder, no tuvo más remedio que «proteger [ses] compañeros ciudadanos». “Sin embargo, estamos listos para negociar una solución aceptable con todos los participantes en este proceso. Pero es su negocio, no somos nosotros los que nos negamos a negociar, sino ellos”, dijo.
¿Una situación estancada?
Pareciendo estar abierto a la negociación en los primeros momentos después de la ofensiva rusa en Ucrania, el presidente Volodymyr Zelensky cambió su tono con el tiempo, llegando incluso a prohibirse por decreto negociar con Vladimir Putin. Desde el fracaso de las conversaciones, el presidente ucraniano compite con estruendosas declaraciones, proponiendo condiciones inaceptables a los ojos de Moscú. En particular, exigió ante el G20 en noviembre un canje de prisioneros “todos por todos”, en el que incluyó a civiles que habían ido a Rusia y los calificó de “desplazados”. En agosto, declaró que Ucrania recuperaría Crimea y Donbass, “sin concesiones ni compromisos”, calificando el paso a los rusos de “terroristas”.
Según Moscú, Kyiv estaba dispuesta a ponerse de acuerdo con Rusia durante las conversaciones, pero cerró la puerta en el último momento. El portavoz del Kremlin dijo que era «obvio» que este cambio se debió a la presión de Washington.
La parte rusa critica regularmente la postura ucraniana que imposibilita cualquier reanudación del diálogo.