Johnny Depp no había dirigido un largometraje en 27 años. Su primera película, El valientese presentó en 1997 en el Festival de Cannes, donde compitió por la Palma de Oro. Sin embargo, aunque muchos han reivindicado posteriormente su película como casi una película de culto, el actor nunca repitió la experiencia. Mucho se ha especulado sobre si el fracaso comercial de aquella experiencia dificultó su despegue como cineasta, pero está claro que alguien que ha sido la estrella más importante de Hollywood gracias a la saga Piratas del CaribePodría haber repetido la experiencia sin ningún problema.
Han tenido que pasar casi tres décadas para volver a ver una película dirigida por él, y después de ver su Modi, tres días en las alas de la locura, Uno se pregunta si quizás no tenía nada que decir. Su biopic sobre el artista italiano, presentado fuera de concurso en el festival de San Sebastián, resulta por momentos bochornoso. Una película decepcionante que intenta romper el carácter académico de su narrativa con algún arrebato supuestamente moderno (la música, el blanco y negro o las partes aceleradas), sin conseguirlo.