Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica.
Un alivio inmediato y estratégico
El nombramiento de Murtra como presidente ejecutivo y director había carácter inmediatodejando así al ingeniero catalán al frente de Telefónica a partir de este sábado. Por su parte, Álvarez-Pallete también fue destituido como directorconcluyendo una larga trayectoria profesional en la empresa desde abril de 2016.
En un mensaje de despedida publicado en su cuenta X, Álvarez-Pallete expresó lo siguiente:
“Ha sido un privilegio formar parte de la gran familia @Telefónica. Ha sido mi hogar y mi escuela. Juntos hemos convertido lo imposible en posible. Gracias por cada paso que hemos dado juntos y gracias por creer en mí. “Una vez llamado por teléfono, siempre por teléfono”.
Cambios de accionistas tras movimientos estratégicos
El cambio en la presidencia de Telefónica se produce tras una terremoto de valores que comenzó en 2023 con la entrada del operador Saudi Telecom Company (STC), que adquirió el 9,97% del capital de la compañía. Este movimiento generó recelos entre el Gobierno y accionistas estratégicos por la importancia de Telefónica como empresa estratégica y la incertidumbre sobre los planes de STC, controlada por el fondo soberano saudí PIF.
En respuesta, el SEPI adquirió el 10% del capital en mayo de 2024 por 2.384 millones de euros, consolidándose como el mayor accionista de la multinacional. Paralelamente, CriteriaCaixa aumentó su participación hasta el 9,9%, mientras que STC consolidó su posición tras recibir la autorización del Consejo de Ministros para convertir un 5% de su capital en derivados sobre acciones. El reequilibrio accionarial ha generado una transformación en el consejo de administración, proceso que aún continúa. A propuesta de la SEPI, Carlos Ocaña se incorporó al consejo en mayo de 2024mientras que la STC planea solicitar representación directa luego de obtener la aprobación del gobierno. Además, la reciente muerte del vicepresidente Javier Echenique ha dejado una vacante pendiente de cubrir.
El consejo también debe ajustarse a los criterios de paridad de género y Buen Gobierno de la CNMV, lo que implica nombrar dos consejeras para mantener el porcentaje de representación femenina, así como garantizar que al menos el 50% de los miembros sean independientes.
En su comunicado oficial, Telefónica destacó el papel de Álvarez-Pallete durante su liderazgo:
“El consejo de administración ha manifestado por unanimidad su máximo agradecimiento a José María Álvarez-Pallete por los años de trabajo y colaboración con el Grupo Telefónica y, muy especialmente, por su extraordinario esfuerzo, dedicación y aportación durante su dilatada trayectoria profesional”.

José María Aznar y Juan Villalonga en su infancia.
Telefónica: décadas de control del PP
La privatización de Telefónica, uno de los episodios más significativos de la historia económica reciente de España, culminó durante el Gobierno de José María Aznar. Sin embargo, sus bases ya habían sido sentadas durante el mandato de Felipe González. Fue durante los años de Aznar, con Rodrigo Rato como vicepresidente económico, cuando el Estado vendió el 20,9% que aún ostentaba en la empresa, una operación que generó unos ingresos equivalentes a los actuales 3.786 millones de euros. En 1997, 196 millones de acciones pasaron del control público a manos privadas.
Uno de los nombres que se asoció a esta etapa fue el de Juan Villalonga, amigo de infancia de Aznar y nombrado presidente de Telefónica a propuesta directa del Gobierno. Villalonga, con una trayectoria previa en el sector financiero, llegó al cargo meses antes del anuncio de la privatización, en una decisión que generó críticas por su cercanía con el presidente del Ejecutivo. La estrategia del gobierno parecía clara: colocar a una persona con ideas afines al frente de la empresa y al mismo tiempo garantizar el control político a través de la conocida «acción de oro». Este mecanismo garantizaba al Estado una posición privilegiada en las decisiones clave a pesar de la venta.
Después de Villalonga, otro nombre destacado de las privatizaciones de los noventa, César Alierta, asumió la presidencia de Telefónica. Alierta ya había liderado la privatización de Tabacalera y contaba con la confianza de Rato. Aunque su ascenso no estuvo exento de dudas –algunos directivos cuestionaron su experiencia en el sector de las telecomunicaciones–, se decidió compaginar su liderazgo con el nombramiento de Fernando Abril-Martorell como consejero delegado. Abril-Martorell, hijo de un destacado político de la UCD, había sido relegado previamente por Villalonga a la presidencia de Páginas Amarillas para evitar rivalidades internas.
la llegada de José María Álvarez-Pallete como consejero delegado en 2012 marcó una nueva etapa para Telefónica. Su nombramiento se produjo tras una turbulenta Junta de Accionistas en la que el 25% del capital representado, liderado por grandes fondos internacionales, votó en contra de la renovación de Alierta. Uno de los principales motivos fue la acumulación de poder que caracterizó su gestión.
