La presión del PSOE no ha hecho mella en las autonomías populares y, pese a que el Ejecutivo estima que perderán 5.000 millones de euros solo en 2025 si la senda del déficit no sale adelante en el Congreso esta semana, el PP insiste en que no la apoyará. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, denunció este lunes ante la cúpula del partido la «amenaza» del Gobierno a sus presidentes autonómicos y aseguró desafiante que el Ejecutivo no va a «amedritar» al PP «con sus insultos, sus vejaciones, ni sus sobornos». Feijóo se aseguró de unificar las filas internas en una comida con sus barones mientras fuentes de la dirección popular argumentaban que «no hay un contexto ideal» para abstenerse por el acuerdo para la financiación singular de Cataluña y que, además de su rechazo «a la política económica del Gobierno», el Ejecutivo ni siquiera ha buscado negociar. «No nos han llamado», insiste la dirección del PP para reforzar su rechazo a los objetivos de estabilidad presupuestaria que se votarán este jueves y para los que La Moncloa no tiene ningún apoyo garantizado.
Génova ya había anunciado la semana pasada que votaría en contra de la senda de déficit, aunque hacerlo restara recursos a las comunidades del PP, que al mismo tiempo se quejan de la infrafinanciación de sus servicios públicos. Hay barones que reconocen que preferirían que salieran adelante tanto la senda como los Presupuestos Generales del Estado, pero se alinean en el rechazo al PP. Los presidentes populares justifican la decisión con el argumento de que es el Gobierno el que se encarga de arbitrar las mayorías para elaborar sus cuentas públicas, mientras Feijóo aprovecha la posible derrota parlamentaria para ahondar en la supuesta inestabilidad del Ejecutivo y el legislativo. “Es todo tan descabellado que el mismo Gobierno que dice que no aprobar los Presupuestos no es un drama, amenace a los presidentes autonómicos con pérdidas multimillonarias si no se aprueban”, se quejó ayer el líder del PP en su intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional del partido popular. “Y es todo tan descabellado que el presidente que dice constantemente que la legislatura durará mucho tiempo, envíe una delegación a Suiza para rogar a Puigdemont que no acabe la legislatura”. “Hay un Govern sin socios estables, sin mayoría en las cámaras, con unos Presupuestos que no sabe si podrá aprobar”, ha dicho. “Es decir, hay un Govern insostenible”.
Varios populares apuestan por que el Congreso dé la vuelta al déficit el jueves, así como por que los Presupuestos puedan ser rechazados después. El único que defendió públicamente este lunes esta posición política, al margen de Feijóo, fue el presidente de Galicia y su sucesor al frente de la Xunta, Alfonso Rueda. Aunque el barón gallego reconoció que “lo mejor sería tener un Presupuesto”, sostuvo que “aprobarlo es responsabilidad de quien lo propone”. “Lo que no se puede hacer es hacer recaer todo este peso sobre las comunidades autónomas y decirles, en una especie de chantaje político-presupuestario, que entonces no tendremos nada o nos faltarán muchas cosas”, se quejó. Al mismo tiempo, Rueda reclamó al Estado que transfiera más recursos a las comunidades autónomas. “Hay mecanismos para que las comunidades autónomas, y además de forma casi inmediata, podamos acceder a los fondos que nos corresponden”, instó Rueda.
La dirección nacional del PP insistió después en que rechazaría el “tragáoslo” que propone el Gobierno con un techo de gasto “que ya fue rechazado” hace dos meses con los votos en contra del PP, Vox, UPN y Junts, recordó la secretaria general, Cuca Gamarra. “¿Dónde está la mayoría progresista de la que hablan desde hace un año? Dejaos de tonterías y poned las urnas en su sitio”, escribió en un mensaje en sus redes sociales.
El Gobierno se niega a rendirse en la batalla
Mientras tanto, el PSOE se ciñe a su hoja de ruta, que consiste en señalar con el dedo al PP y responsabilizarle del impacto que tendría en los servicios públicos no invertir 11.550 millones de euros entre 2025 y 2026. Una presión de la que exime a Junts, al menos en público, hasta el punto de que prácticamente ni se les menciona. “Si el PP vota en contra de la senda de déficit, es probable que el Gobierno pierda la votación”, reconocía este lunes la portavoz de la dirección del PSOE, Esther Peña, culpando a Feijóo de la posible derrota parlamentaria, por segunda vez en dos meses, del Ejecutivo para aprobar unos objetivos de estabilidad actualizados. “Quiero dirigirme a los presidentes y alcaldes del PP, pero también a los ciudadanos que votaron por esta opción. “¿Van a permitir que comunidades y ayuntamientos pierdan casi 12.000 millones de euros solo para que Feijóo gane una votación, solo para que parezca un líder de verdad, solo para un espectáculo en el Congreso?”, ha añadido. Peña añadió, añadiendo los 5 mil millones que perderían en 2025 y casi 7 mil millones en 2026.
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Aunque el PSOE no cuenta con el apoyo de Junts, se niega a rendirse. El Gobierno sigue lanzando mensajes positivos, transmitiendo la idea de que el partido de Puigdemont aceptará darles su confianza en el último momento. Justo lo contrario que la semana pasada, cuando rechazaron una proposición de ley del Ejecutivo para limitar los alquileres temporales. «No renunciamos a nada, vamos a trabajar como siempre, vamos a buscar alternativas», ha asegurado el conseller de Presidencia, Félix Bolaños. «Todos los partidos del Congreso, los diputados, tienen que asumir sus responsabilidades y decidir si quieren estar del lado de esa mejor financiación o jugar a la politiquería», ha subrayado el conseller de Cultura, Ernest Urtasun, de Sumar.
El bloque de investidura cerró el último año con una importante fuga: Junts fue el artífice de que los objetivos de estabilidad no se aprobaran en el último pleno de julio. El Govern sufrió una derrota tan dolorosa como inesperada: la portavoz neoconvergente, Miriam Nogueras, avisó del sentido del voto de los siete diputados de Junts cuando el Govern ya no tenía margen de maniobra. Y lo hizo el mismo día en que Pedro Sánchez había viajado a Barcelona para reunirse con el todavía president. presidente El catalán, Pere Aragonès (ERC), dentro de las negociaciones que culminaron con la elección de Salvador Illa como su sucesor en el Palau de la Generalitat.
En este escenario, el Gobierno sigue defendiendo que presentará un proyecto de Presupuestos pese a que no tiene ninguna garantía de éxito con la senda de la estabilidad mientras revisa el calendario a la espera de que Junts aclare su liderazgo en el congreso que celebrará a finales de octubre. “No sabemos en este momento qué va a hacer Junts este jueves. Espero que nos lo puedan decir con antelación y que no lleguemos a una votación en el último momento”, reconoció el portavoz Peña. La reunión entre Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y Carles Puigdemont con sus respectivos equipos el viernes en Suiza no parece haber resuelto nada. Y por eso ya hay ministros que afirman abiertamente que una prórroga presupuestaria, la segunda consecutiva y la sexta en una década, “no sería un drama”, como afirmó este lunes Óscar Puente en una entrevista en EL PAÍS. “Lo mejor sería que se publicaran los presupuestos, pero si eso no es posible, es evidente que hay presupuestos en marcha”, ha afirmado Óscar López, ministro de Transformación Digital y Función Pública, incidiendo en la tesis de que el Ejecutivo seguirá con o sin cuentas públicas.