Una de las fachadas de la plaza de Callao de Madrid, por donde pasan cada día miles de personas, apareció adornada con un enorme lienzo rojo anunciando la gira internacional de Fermín Muguruza. La imagen sacudió las redes, e incluso dicen que se convocó a una oración colectiva para exorcizar los demonios que el músico vasco había traído desde su tierra al corazón de la capital castellana.
Al día siguiente, Fermín posó en la misma plaza, sin el lienzo de fondo. Si alguna vez estuvo allí, sólo él lo sabe, pero es lo primero que le pregunté cuando llegó a la redacción. Público el pasado lunes, mientras que la imagen del Callao con los logos de Corto y Negu Gorriak en la fachada siguió rodando. «Qué troll», le dije. Y Fermín sabe muy bien cómo llamar la atención, incluso cuando no quiere.
Tras agotar todas las entradas para los dos únicos conciertos que tenía previstos en Bilbao a finales de año para celebrar los cuarenta años de carrera musical, el músico vasco ha anunciado en los últimos días que realizará una gira por varios países a lo largo de 2025. Lo hizo justo el día en que se cumplía el 40 aniversario de la publicación de la primera maqueta de Kortatu, banda con la que empezó en 1984 junto a su hermano Íñigo, que también le acompañaría en Negu Gorriak y que falleció en 2019. Su recuerdo siempre aparece cuando Fermín habla de sí mismo, de su música, porque no entiende sus proyectos sin la influencia de su hermano. Por eso esta próxima gira también será un gran homenaje a su hermano.
En los últimos años, Fermín ha estado involucrado en varios proyectos audiovisuales, siempre atravesados por cuestiones políticas y sociales, como su música. Tras las dos partes de la película de animación Black Is Beltza, el año pasado presentó el documental Bidasoa 2018-2023, del que ya tuvimos oportunidad de hablar con él en Público. Pero ahora, tras varios años alejado de los escenarios, Fermín ha decidido volver a ellos. Y como siempre, a lo grande.
Y su música no ha dejado de sonar en bares, en centros sociales, en fiestas populares e incluso en galas como la de los Premios Tuyos, donde la actriz Itziar Ituño se lanzó a cantar. sarri sarri de Kortatu desafiando la enésima campaña de criminalización contra el músico desatada unos días antes, este año.
«Esta gente que siempre ha gozado de todos los privilegios del mundo, venir a explicarte en un programa de máxima audiencia que ahora no puedes decir nada, es un mal chiste», dice Fermín cuando le preguntan por la llamada cultura de la cancelación. Y es que, si alguien sabe lo que es eso es precisamente él, que lleva desde que empezó a cantar sufriendo censura, ataques a sus conciertos, campañas de boicot y hasta atentados con bombas por parte de la ultraderecha. «Vamos a responderles llenando salas», sonríe.
Hablamos de la influencia de su música a lo largo de todos estos años, cuando fue de los primeros en mezclar el punk rock con el ska y el reggae, y la influencia que tuvo el contexto político de la época. Cita el movimiento de Roca contra el racismo que reunió a músicos de todos los estilos contra el ascenso de la extrema derecha en el Reino Unido hace cuarenta años, algo que hoy también preocupa al músico y cineasta irundarra, y reflexiona sobre la pedagogía necesaria para afrontar estos nuevos tiempos.
Cuestionado sobre si cree que la música hoy tiene menos compromiso social y político, recuerda que también fueron muy criticados por lo mismo. «La generación que nos precedió fue la de los cantautores. Creían que lo nuestro era pura droga y libertinaje, y nosotros sin embargo teníamos la conciencia política muy clara, pero también reivindicamos el lado recreativo. Cada vez que llega una nueva generación, pasan cosas .
Los conciertos previstos prometen ser «una ceremonia de abrazos», dice con evidente emoción. Muchas personas que, por circunstancias, no se han visto durante años, se volverán a encontrar en sus conciertos.Todavía estamos vivos. Para todas estas personas, mantenerse con vida es una victoria. Cada año que seguimos cumpliendo es una victoria.”. Por eso afirma que cada nuevo encuentro es una celebración.
Por último, Fermín no quiere olvidarse de mencionar a Palestina. Estuvo recientemente con los integrantes del grupo. PresaDos músicos palestinos que el vasco conoció hace años y retrató en su documental Checkpoint rock: Canciones de Palestina (2009). Mientras se comete un genocidio en su tierra, los palestinos nunca pierden la esperanza: «A pesar de todo esto, nos seguimos enamorando», le dijeron.
Fermín quiere reafirmar su compromiso con la esperanza, y reivindica la música y celebrar la vida sin dejar de luchar, siguiendo lo que dijo su amigo, el activista y docente Ángela Davis hace apenas un mes en la Fira Literal de Barcelona: “La esperanza es una disciplina en la que hay que trabajar día a día, y hay que imaginar ese mundo diferente. Intentar siempre pensar en cómo puedes cambiarlo. Esa es mi escuela. » Una escuela de la que varias generaciones han aprendido y se reencontrarán en este memorable recorrido que nos regala una vez más Fermín Muguruza.