Fundido a negro. Málaga se despidió anoche de su gran cita anual con el séptimo arte. Y lo hizo por todo lo alto. Con una imponente alfombra roja a las puertas del Teatro Cervantes a la que estaban convocados más de 80 invitados en una espectacular tarde primaveral como telón de fondo. Quedaban diez minutos para las 18.00 cuando Eric Masip inauguró el paseíllo vestido con un traje celeste de aires deportivos de IKKS. No tardó en hacerle competencia en los selfies con los fans de la popular Mar Lucas. No ha rodado ninguna película. Pero su fama es de cine: la friolera de 14 millones de seguidores en TikTok. «Estar en Málaga es una locura. Me voy enamorada de su gente», destacó la joven vestida con un atrevido vestido topo de Blumarine que realzaba su figura.
No fue la única influencer que se dejó ver ayer sobre la ‘red carpet’. Sara Fructuoso, la actriz y maquilladora Alex Saint, Natalia Cebrián (muy elegante con traje azul con volantes de Ze García) o Rocío Camacho (que brilló con un diseño rojo de Hinsomnia) fueron de las más aclamadas sobre una alfombra que cada vez se abre más a personajes ajenos a la industria cinematográfica pero con gran tirón en redes sociales, lo que supone un gran escaparate para el festival.
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El siempre infalible negro, el blanco roto, el verde y el rojo fueron los tonos más repetidos en los looks de anoche, dominados por estudiadas transparencias, brillos, siluetas sirena, colas y detalles de plumas. El podio de las mas guapas estuvo reñido. Son muchos los ingredientes que deben alinearse para que un estilismo consiga el sobresaliente. Lo lograron Andrea Duro -impecable con un dos piezas negro de Beatriz de la Cámara-, Vanesa Romero -espectacular de Elisabetta Franchi con joyas vintage en verde esmeralda-, Marta Nieto -perfecta con un ‘cut out’ joya en verde de Paco Rabanne- María Botto -muy favorecida de Rubén Hernández- o Macarena García, siempre fiel a Teresa Helbig.
Sin embargo el ‘outfit’ que más miradas centró lo lució la periodista y escritora Noemí Casquet. Un vestido de gasa de la firma malagueña Álvaro Calafat con manos negras sobre el pecho que la convirtió en la más original. «El diseño finge romper estigmas. Durante mucho tiempo a las mujeres no se nos ha mirado bien por hablar de sexualidad. Y toca superarlo», reivindicó. ¿La anécdota? El paseíllo con muletas -y descalza- que protagonizó la actriz y guionista Sofía Squittieri, que tuvo que transformar su traje para tapar la escayola de su pierna derecha con una manga, «pero aún así, tenía que estar». Estragos de un festival que acaba de sufrir un accidente para la estadounidense.
También sorprendió -con su faceta de diseñadora- la cantante Eva Amaral. Preguntada por la procedencia de su vestido plisado asimétrico con tonos degradados, nos confesaba que ella misma había comprado la tela «y unos amigos costureros me lo han confeccionado», nos contó.
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